Noche del Jueves.
- Esta va a ser la última vez que participo en esto. – dijo Federico. Mientras, Gonzalo y Sebastian guardaban los pasamontañas y recargaban algunas armas. Martin, que fumaba desde la ventana, se volteó a mirarlo.- ¿Escucharon? Fede se va de Tentation. – dijo irritado pero a la misma vez sonriéndole irónicamente. – se va y deja todo.
Federico fingió no haber escuchado nada. Observó una vez más el mapa que había memorizado y que él mismo diseño sobre el banco que robarían esa misma noche. Atrás, las paredes de su departamento yacían llenas de varias fotos. Fotos de los trabajadores del banco. Del tipo de seguridad. De su reemplazo. De los horarios de este. De los horarios de todos. De los nombres de algunos. De los importantes. Direcciones. Números. Calles. Códigos. Todo lo que adornaba aquella pared, había sido memorizado por Federico.
- ¿Por qué haces esto? – preguntó Sebastian, levantando la vista. Colocó la ametralladora sobre su hombro y apuntó directo al suelo.
- Yo no tengo porque darles explicaciones.
- Sabes que no podes irte Fede. Es inútil. – intervino Gonzalo. – nadie puede... lo sabes perfectamente...
- Exacto. Lo sabe. – rio Martin, de repente. – sabe perfectamente que nadie puede irse de Tentation, pero él aun así insiste... ¿y saben por qué? – levantó una ceja y dejó caer el cigarrillo por la ventana. – por la bonita cajera.
- Cállate la maldita boca... - susurró Federico. Últimamente había aprendido a manejar sus impulsos. Probablemente era algo que había aprendido gracias a Gabriela. De otra manera, Martin ya estaría derribado.
- ¿Miento? – dijo subiendo los hombros. – decime que es mentira.
- Me voy a ir de esta maldita mafia. No por ella, sino por mí.
Martin sonrió una vez más. Los demás se dedicaron a no intervenir.
- Esa zorra está causando demasiados problemas... - le dijo este otra vez. – no te sorprendas que uno de estos días, no amanezca viva por todo lo que está causando.
Y había sido todo. Perdió el control y se puso de pie rápidamente con la intención de golpearlo hasta que se tragara todas y cada una de sus palabras. Gonzalo logró detenerlo, con todas las fuerzas de sus brazos y cuerpo, se interpuso entre Federico y Martin. Pero aun así, Federico no pensaba en detenerse.
- La tocas, y te juro que te mato. – le apuntó con el arma que guardaba entre sus pantalones.
- Mátame. Hacelo si esa zorra lo vale.
- Lo vale más que vos.
Martin dejó salir aire... bajó la mirada y volvió a subirla rápidamente. Aunque Gonzalo estaba entre los dos, podía sentir todo el rencor que Federico estaba sintiendo por él en ese momento.
- Escúchate imbécil. – le pidió. - Estás perdiendo la cabeza por una mujer que se va avergonzar de vos...cuando se entere de esto... - extendió los brazos y señaló con la mirada todo lo que Federico había planeado para el siguiente robo. – vos sos esto. – le dijo. – vos sos esta jodida mafia. Ella... ella no quiere esto ¿o sí? ella no está enamorada de esto... - JFederico endureció la mandíbula y desvió la mirada, sin dejar de apuntarle directo a la cabeza. – ella está enamorada de un Federico que nunca existió.
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Gabriela terminó de arreglarse el cabello. Miró la hora en el celular y a la misma vez buscó el número de Federico entre sus contactos... pensó en él. En las cosas que habían pasado últimamente. En las cosas que se había atrevido hacer con él. Sonrió y se sonrojó al mismo tiempo. Era muchísimo, en tan solo una semana. Pero era más fuerte y poderoso que cualquier cosa que le hubiera pasado. Le gustaba. Le gusta más y más cada día... lo quería para ella. Cada cosa. Cada faceta que tenía. Cada vez que la llamaba "gatita" tan particularmente. No se arrepentía de nada. Probablemente, era una de las mejores cosas que le había pasado en la vida.
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- Este no es tu problema – Federico bajó el arma y trató de tranquilizarse. Caminó hacia el escritorio, donde se encontraba el mapa, de nuevo.
- Se supone que soy tu mejor amigo y tengo que decirte las cosas. – le aclaró. - ¿de verdad pensas que Gabriela va a aceptarte cuando le contes la verdad? ¿de verdad pensas que no va a empezar a sentir miedo?
Federico les dio la espalda. Cerró los ojos. Cada palabra le dolía en el corazón. Entraba de una manera única, rompiendo su alma. Quebrando su esperanza. Endureció la mandíbula y se abrazó la cabeza. ¿Por qué no podía ser un tipo normal? ¿Por qué no podía estar en esa reunión con Gabriela justo ahora? ¿Por qué era lo que era? ¿Por qué? Se odiaba. Sentía rencor por sí mismo. Por primera vez sentía repugnancia hacia él. Hacia lo que era.
- Seba. – llamó Federico. Bajó sus brazos y volteó. – quiero que estaciones el auto en la puerta número tres. Las cámaras están desactivadas y el tipo de seguridad es mayor de cincuenta años. Tiene un arma, pero tiene bajo calibre. – le señaló el camino en el mapa del escritorio. Estaba evadiendo el tema, no quería que se metan más en su vida. - No habrá problemas con él si le disparas o tan solo si intentas correr. Si te dispara, dispárale dos veces en el brazo derecho, es su punto débil.
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Gabriela marcó su número. Esperó ansiosa a que contestara. Quería oír su voz. Le hacía muchísima ilusión presentarles a todos sus amigos esta noche. Marcó dos veces. Pero la contestadora respondía lo mismo. Su celular se encontraba actualmente apagado. Miró la hora. Más de las ocho. Mierda...
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- La primera cajera. – señaló el dibujo. – su nombre es María. Tiene dos hijos. El primero tiene dos años y el segundo diez. Solo logre averiguar el nombre del segundo, James. Decile el nombre de este y decile que lo tenes secuestrado. Si no te cree, fingi marcar su número y fingi hablar con él hasta que te dé el dinero. Ella tiene las claves de la caja fuerte mayor. Si la tenes a ella, el robo está hecho.
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Y la hora se pasa. Ahora son más de las ocho y media... ¿Dónde estás Federico? Aprieta su celular con las manos y mira la hora de nuevo.
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- El tiempo calculado es de quince minutos. – les dijo Federico. – dos minutos para llegar, tres para la espera, cinco para el robo y cinco para salir de ahí y volver hasta aca. Si hay tiempo de más, la policía llegará.
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Nueve de la noche. Y Federico, que no llega. Su corazón latía muy rápido, pero no sabía por qué. Había algo que no le dejaba en paz. Algo que le avisaba que esta noche sería muy larga. Una mala vibra. Mordió ligeramente su labio inferior... ¿Por qué no contestas? Se preguntó. ¿Y si algo le paso a Federico? Ni siquiera una llamada o un mensaje, esto era demasiado raro. Cerró los ojos con fuerza y se dedicó a tranquilizarse. Algo no estaba bien. Algo no iba a estar bien. Así que tomo el celular con fuerza y se puso de pie. Abrió la puerta de su departamento y salió... decidida a buscarlo.
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Preparó el auto. Las armas. Los pasamontañas y los datos que había reservado para aquel robo. Dejó la puerta de su departamento sin ninguna llave. Si las cosas salían mal, y alguno de sus compañeros era perseguido por la policía, tendría donde refugiarse sin necesidad de alguna llave en su departamento. Había planeado este robo menos que los anteriores. Y aun así iba a ganar mucho dinero esa noche, pero perdería algo más valioso que eso.
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TENTATION | TOSCALIA
ActionJamas pensó que enamorarse, le costaría tan caro. ADAPTADA Derechos de autor a: @SKYNOTHELIMIT