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Natasha y Lira intentaban pasar un día normal,por lo que salieron de compras en una tarde de chicas. A pesar que ninguna de las dos fuera amante de la ropa, la estaban pasando bien.
— ¿Y Clint?—, preguntó Natasha cuando estaban de camino para la casa de la chica ya que le había invitado a comer.
—Le pedí que cuidara a Effy. ¿Recuerdas a mi gatita? Bueno, ya creció.
—Pobre Clint, le saco a su chica y lo dejo con la gata—, rió Nat.
—Él puede hacer lo que quiera mientras que cuide a Ef—, le restó importancia la chica antes de abrir la puerta.
Clint estaba sentado en un sillón, besando a la gata. Lira abrió la boca, impresionada y divertida por la situación al mismo tiempo.
— ¿Clint?—, llamó su atención, intentando aguantar la risa. Pero cuando Natasha rió, ella no pudo evitar hacerlo.
Clint se ruborizó y dejo a la gata en el suelo —. Entonces.., ya llegaron, ¿eh?—, intentó desviar el tema sin éxito.
—Creó que interrumpimos su cita—, se burló Nat y Lira volvió a reír antes de fruncir el ceño.
— ¿En serio, Barton? ¿Con un gato? ¡Eso es caer bajo!
Clint le observó divertido. Se levantó del sillón y se arrodilló frente a ella, siguiéndole el juego —. ¡Perdóname, por favor!
—Mhm.., nope.
—No me dejas de otra—, se levantó Clint antes de tomarla entre sus brazos —. Perdóname Nat, pero tengo problemas que solucionar con la señorita—, avisó antes de cerrar la puerta en su rostro y dirigirse a su habitación.
—Clint, ¿en serio le acabas de cerrar la puerta en la cara a Nat?
—Ella lo entenderá. Y, no vinimos aquí para hablar de Nat, vinimos aquí para hablar de nosotros.
Lira se cruzó de brazos y lo miró desafiante —. No te hagas la difícil, amor—, pidió Clint antes de tirarla a la cama suavemente, besándola.
Lira intentó no caer, pero acabó respondiéndole los besos —. Te amo, tonto—, rió entre besos.
Clint juntó sus frentes, mirándole fijamente a los ojos —. Yo también te amo—, prometió antes de volver a juntar sus labios.
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