Sentiste como algo se removía a tu lado, por lo que abriste los ojos, para encontrarte con Erik.
-Hola, hermosa-, saludó con una gran sonrisa y tú se la correspondiste en cuanto recordaste lo que había pasado la noche anterior. No exagerarías diciendo que fue una de las mejores noches de tu vida. Erik y tú conectaron de una gran manera y, así, hicieron el amor. Algo que ambos ansiaban hace mucho tiempo, por fin, habían logrado hacerlo.
Te acercaste a él y le respondiste con un beso provocador, mientras tocabas su pecho bien formado con tus manos. De repente, la puerta se abrió, haciendo que Erik y tú se separaran rápidamente. Ambos vieron la puerta en la que Charles, tu hermano mayor, se encontraba.
-¿Qué...?
-Puedo explicarlo-, mascullaste rápido. Te pusiste la camisa de Erik, que fue lo primero que encontraste, y te levantaste de la cama. La camisa de Erik te llegaba hasta los muslos, por lo que te tapaba lo suficiente. Te acercaste a Charles, con la intención de explicarle todo, pero él salió al pasillo -. Charles-, lo llamaste al salir -. Puedo explicártelo, no es lo que crees.
Charles se dio la vuelta para responderte pero sus ojos se desviaron a la puerta de tu habitación. Cerró la boca para, con un ceño fruncido, volver a abrirla.
-¡Ponte algo de ropa, Erik!-, gritó, fuera de si.
Tú te diste la vuelta para ver a Erik tapando sus partes privadas con una de tus almohadas. Tus mejillas se tiñeron y, cuando Erik te sonrió arrogante y te guiñó un ojo, lo miraste mal.
-Erik, ponte algo-, lo empujaste dentro de tu habitación y cerraste la puerta. Te diste la vuelta para enfrentar a Charles, el cual aún permanecía con su ceño fruncido -. Charles...
-No-, te interrumpió -. Ahórratelo, ¿Esta bien? Sabía que Erik quería acostarse contigo, pero nunca creí que tú fueras así, T/N.
-¿Disculpa?-, tu voz subió varios tonos -. ¡Tú no sabes por lo que Erik y yo hemos pasado! Así que, no te metas.
-¿Que no me meta? ¡Eres mi hermanita, T/N! Es por esto que tienes que dejarme leer tu mente-, bajo la voz, se acercó a ti y tomó tu mano. Pero, dejándote llevar por la ira, te soltaste y diste un paso atrás.
-No. ¡No sabes lo agradecida que estoy de que no puedas leer mi mente, Charles! Lo único que harías sería controlarme, así como lo haces con todos. Ya me cansé de todo esto. ¡Que sea tu hermana no significa que tengas el derecho de mandarme!-, gritaste pero, en cuanto soltaste todo eso, te arrepentiste -. Charles, yo no... Yo no...
-No. Esta bien-, dijo él, con la voz rota, sin levantar la vista del suelo. Sentiste que alguien te abrazaba por detrás y, cuando levantaste la mirada, te encontraste con Erik, preocupado.
-¿Todo esta bien?-, murmuró, seguro había escuchado los gritos.
-Será mejor que me valla-, dijo Charles y, cuando volvió a mirarte a los ojos, notaste lo roto que se encontraba. Se dio la vuelta y se fue de allí, sin mirar atrás. Ibas a ir tras él pero Erik te tomó del brazo. Te diste la vuelta y lo miraste mal, ¿Por qué no dejaba que vayas en busca de tu hermano?
-Será mejor que lo dejes un momento. Necesita volver a pensar en todo lo que paso. Cuando estamos enojados decimos cosas que no sentimos realmente. Si vas allí, van a volver a pelear.
Suspiraste pero asentiste, Erik tenía razón. No era la primera vez que Charles y tú peleaban así, pero siempre estaba Raven de intermediaria y ella siempre solucionaba las cosas. Pero, esta vez, estabas segura que Raven no se metería, más que nada porque ella tampoco apoyaba tu relación con Erik. Y, aunque ella no estaba en su favor, había guardado el secreto. Se suponía que nadie se enteraría de sus citas secretas, ni mucho menos de su relación.
-Hey-, llamó tu atención Erik -. Tranquila, lo solucionaran. Ustedes dos no pueden vivir el uno sin el otro.
-Querrás decir que Charles no puede vivir sin mi, ¡No sabe ni cocinar!
-Y si no fuera por Charles, ¿Quién sabe dónde estarías ahora? Tú y la torpeza van de la mano-, se burló Erik y tú lo miraste mal para golpearlo en el brazo y reírte.
-¿Del lado de quién estás?
-Del mío, obvio-, dijo con una sonrisa arrogante y tú levantaste una ceja.
-¿Va a ser así, entonces? Creo que voy a irme a otro lado-, dijiste y te diste la vuelta para irte pero Erik te tomó de la cintura y te cargo sobre su hombro.
-No te vas a ningún lado.
-¡Erik!-, chillaste y golpeaste su espalda pero, cuando él comenzó a hacerte cosquillas, tú te moviste hacia todos lados, haciendo que él te dejará en el suelo -. Supongo que gane-, anunciaste con una sonrisa y apoyaste tus manos en su nuca, acercándolo a ti.
-Solo te baje porque te movías como gusano con sal-, rió.
-Gracias por el cumplido, Lehnsherr.
-Por favor, tú sabes que eres un hermoso gusano. Mi gusanito-, dijo y tú reíste -. Cada vez se vuelve más raro, ¿No?
-Si, mejor cállate.
-Gusanito-, se volvió a burlar y tú te acercaste para besarle cuando escuchaste que alguien se aclaraba la garganta. Erik y tú se separaron y observaron a Hank, se notaba que estaba algo incómodo y, cuando te miró de pies a cabeza, recordaste que estabas media desnuda. Erik se puso delante de ti y te tapo con su cuerpo.
-Yo... No sabia que... Lo siento-, balbuceó Hank y, con las mejillas rojas, se dio la vuelta y volvió por donde había venido.

ESTÁS LEYENDO
MARVEL
LosoweMARVEL.| primer libro de imaginas y one-shots de los personajes de Marvel en español.