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Pietro Maximoff tardó en darse cuenta de lo seria que era la situación. No fue hasta el momento en el que muchos robots lo rodearon y pensó que existía la mínima posibilidad de morir para darse cuenta que esta misión era peligrosa.
Él sólo pensaba en dos personas y, después que su hermana lo mandará a ayudar, decidió que solo quedaba una persona por la que preocuparse.
Pietro vio a Diana pelear agilmente contra muchos robots, pero como ella estabas concentrada en salvar su vida, ni se percataste del edificio cayendo.
Pietro corrió y la tomó entre sus brazos para sacarla de allí. No fue hasta que estuvieron lejos del edificio que él se detuvo y la dejó en el piso.
—Pietro. Wow, gracias—, exclamó Diana, sin poder creer que hubiera muerto si no fuera por el velocista. Especialmente cuando era por no prestar la debida atención, la habían entrenado para hacerlo y no había cumplido.
—Tal vez necesitas que te cubra la espalda—, dijo él con una sonrisa engreída.
Diana le sonrió desafiante y observó cómo un robot le estaba apuntando. Rápidamente, lo tiró al suelo y corrió para destruir al robot que le había disparado. Luego, volvió y sonrió presumida.
—Tú también necesitas que te cubran la espalda, Maximoff.
—Podemos cubrirnos mutuamente—, Pietro no borraba la sonrisa de su cara. Él tomó a la chica por su cintura y la acercó a él —. ¿Qué te parece si, al terminar con todo esto, vamos a por un café?
—Querrás decir si terminamos esto.
—Por favor, si nos cubrimos mutuamente la espalda es obvio que vamos a salir de esta.
Ambos se sonrieron.
—Está bien. Un café será, también podríamos ir a ver una película.
—Sí, una de super–héroes—, se burló Pietro y ambos rieron.
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