Todo comenzó en una fiesta, con el juego de verdad o reto.
-¿Qué eliges?-, te presionó Tony.
-¡Reto!
-Esta bien. Tienes que besar a alguien... ¡A Wanda!
Todos habían tomado de más, por lo que no tardaron en besarse. Tú gateaste hasta donde ella se encontraba y la besaste. Ella te correspondió apenas sintió tus labios sobre los suyos. El beso paso rápidamente de uno suave a uno más profundo y fuerte. Se separaron y se quedaron mirando a los ojos, dándose cuenta de la conexión que habían tenido al besarse.
-Entonces, ¿Quién sigue?
Tú volviste a tu lugar, y desde allí mirabas fijamente a Wanda, igual que ella a ti.
[...]
Los días habían pasado y tú intentabas olvidar lo que habías sentido cuando besaste a Wanda. Por eso, el día que Steve les presentó a Bucky, no pasaste por alto cuando él comenzó a coquetearte, y tú le seguiste el juego.
Sonreíste cuando Bucky se acercó a ti y, después de murmurar cumplidos a tu oído, te besó en la mejilla. Mientras, Wanda miraba furiosa la escena. Ella se levantó y se dirigió a la cocina, pronto, su hermano la siguió.
-¿Qué pasa?-, preguntó él, aunque ya se podía imaginar que le pasaba.
-Es... es ella. Cuando nos besamos esa noche, nos conectamos. No sé como decirlo, pero había algo entre nosotras, una conexión.
Pietro la miró atento unos segundos, sin entender como podía enamorarse de alguien por un simple beso.
-¡No me mires así! ¿Vas a ayudarme o no?
-¿Ayudarte? ¿Ayudarte a qué?
-A sacar a Barnes de encima de mi chica-, dijo Wanda, remarcando el 'mi'.
[...]
Bucky susurraba cosas a tu oído y tú reías, con tus mejillas rojas. Fue entones cuando sentiste un viento a tu alrededor y, cuando este ceso, te diste cuenta que Pietro te había sacado tu cartera.
-¡Pietro! ¿Qué te pasa?-, te paraste cuando viste al chico con una sonrisa apoyado sobre el marco de la puerta. Él tenia entre sus manos tu cartera y estaba por abrirla -. No la habrás. Hay cosas privadas.
-Intenta quitármelo-, te guiño un ojo y, para cuando llegaste a donde él estaba, él ya estaba en la otra punta de la habitación -. Hagamos una cosa. Te lo dejaré en la habitación de la última persona con la que te besaste-, te miró fijo y tú abriste levemente la boca, sin poder creer lo que había dicho.
Pietro desapareció y tú, evitando la mirada de Bucky, saliste de la sala y fuiste directo a la habitación de Wanda. La puerta estaba cerrada pero, debido a tu apuro, abriste la puerta y te quedaste helada al encontrarte con Wanda dentro.
Desde el beso, habías estado evitándola. ¿Por qué? No sabías. El beso te había realmente gustado, pero te había confundido. Nunca habías pensado de esa forma en una chica, por lo que decidiste alejarte de ella. Aunque eso no había sido nada fácil puesto que compartían el mismo edificio.
-Vine por mi cartera-, balbuceaste y miraste hacia abajo -. Tu hermano me la saco.
-Oh, si. Ya me preguntaba de quien era-, asintió Wanda y se levanto de la cama. Tus ojos recorrieron sus piernas cuando esta camino a través de la habitación. No fue hasta que Wanda te volvió a hablar que desviaste la mirada de sus perfectas piernas -. Tu cartera no esta allí-, te miró picara y sentiste tus mejillas arder.
-Gracias-, volviste a balbucear y te maldeciste a ti misma. ¿Por qué actuabas tan nerviosa?
-¿Te pongo nerviosa?-, preguntó Wanda con una sonrisa y tú la miraste mal, adoptando una posición defensiva.
-¡No leas mi mente!
-Oh, lo siento. Pensé que tú estabas usando el otro día tus campos de fuerzas para que no me acercara a ti-, masculló Wanda, causando que tu boca cayera -. Si, lo note.
-Wanda, yo-, suspiraste -. Lo siento, ¿Esta bien? Es sólo que, después de ese beso, todo fue muy confuso y-, tus ojos se despegaron del piso cuando Wanda posó sus dedos en tu barbilla y te obligo a mirarla a los ojos. Ninguna de las dos dijo nada y ella, lentamente, se acercó a tus labios.
Ella te besaba dulcemente, con cuidado, temiendo que te alejaras. Pero, cuando tú le correspondiste el beso, Wanda no pudo evitar sonreír. Ella te tomo por la cintura, pegándote más a ella. Ambas comenzaron a caminar hacia atrás, quedando pegadas a la pared.
La puerta se abrió de repente, dejando ver a Bruce y Clint. Ambas se separaron de repente. Bruce y tú miraban el suelo, con las mejillas rojas. Mientras que Wanda mantenía una victoriosa sonrisa en su rostro y Clint reía a carcajadas.
-Lo dije desde un principio-, exclamó el arquero -. Stark, ¡Me debes diez dólares!-, gritó.
ESTÁS LEYENDO
MARVEL
RandomMARVEL.| primer libro de imaginas y one-shots de los personajes de Marvel en español.