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Pietro te salva de ser atropellada por el tren y, después de que todos están a salvo, él vuelve a ti para asegurarse de que estás bien.
-Hey, ¿Estás bien?-, un chico apareció frente tuyo.
-Si-, murmuraste apenas audible, seguías confundida en como algo te había empujado fuera del camino del tren.
-Soy Pietro-, dijo el chico y te estiro la mano.
Aceptaste su mano y, por fin, levantaste la vista para observarlo. Él te miraba con una gran sonrisa en su rostro. Su pelo blanco estaba despeinado, como si hubiera estado haciendo ejercicio y sus azules ojos brillaban.
-T/N, un gusto-, murmuraste sin poder despegar tus ojos de los suyos.
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