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Te quedaste fuera esperando a que tu mejor amigo, Peter Quill, se encargará de vender el Orbe que parecía tener mucho valor. Suspiraste y sentiste una mirada sobre ti. Te diste la vuelta y te encontraste con una chica verde, comiendo algo. Ella te miraba fijo y tu levantaste una ceja.
-Hola-, quisiste decir, aunque sonó más como una pregunta.
-Hola-, saludó ella y se acercó a ti. Estaba muy cerca, lo que se te hacía incómodo -. ¿Qué haces aquí?
-Mi amigo esta vendiendo algo, es lo que solemos hacer-, dijiste, quitándole importancia -. ¿Y tú?
Ella abrió la boca para contestar pero, en ese momento, Peter salió gritando.
-¿Qué sucedió?-, le preguntaste.
-No quiere comprarlo, es un hijo de... Hola-, se cortó cuando vio a la chica -. ¿Quién es ella?-, preguntó mirándote.
-Ella es... ¿Quién eres?-, le preguntaste con una sonrisa, avergonzada.
-Soy la que se quedará con ese Orbe.
-¿Disculpa?
En segundos, la chica verde se había apoderado del Orbe y había salido corriendo de allí.
-Valla talento para hacer amistades-, comentó Peter mientras corrían tras la chica.
-Por algo soy tu amiga, ¿No?-, contestaste y lograste derribar a la chica. Le quitaste el Orbe pero sentiste como algo te tomó las piernas.
-Eso es, Groot. Pero apúrate, al otro también lo necesitamos-, insistió él.
-¿Qué? ¡Sueltenmen!-, gritaste y fue gracias a Peter que caíste al suelo.
-¿Qué harías sin mi?
-¡Si no fuera por ti, no estaría aquí! ¿A dónde se fue la chica?
-¡Allá!-, señaló Peter y ambos volvieron a correr.
Después de un rato peleando por el Orbe, mientras que el mapache y el árbol molestaban de vez en cuando, la policía llego, deteniéndolos a todos.
-Si no fuera por ustedes dos, ahora estaríamos con el Orbe-, te quejaste mientras observabas al mapache, llamado Rocket, y al árbol, llamado Groot.
-Disculpa pero, ustedes dos, valen 4 mil unidades. Cada uno. Tenia una buena excusa para intentarlo.
-¿4 mil unidades?-, preguntó Peter confundido y ambos compartieron unas miradas nerviosas.
-Creo que voy a ir a entregarme yo misma-, bromeaste.
-Eso no será necesario. Yo los sacaré de aquí y los entregaré.
-No. Yo necesito su Orbe-, habló Gamora, la chica verde.
-El Orbe es nuestro-, dijiste firme.
-Tengo un comprador, que esta realmente interesado en él.