Capítulo 1:"El Castigo"

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(Victoria en galería)

-¡Victoria!, ¿Puedes escucharme por una vez en tu vida?-mi vista estaba fija en la pequeña lámpara de mi madre, uno de los tantos regalos que le hizo mi padre para navidad-Mirame.

Pongo los ojos en blanco descaradamente sabiendo que ella odia que le haga ese tipo de gesto.

-Mamá, no escucho con los ojos, te estoy oyendo, para de exagerar.

Me levanto decidida a volver a mi cuarto y dormir, ya que a mi madre no se le ocurrió mejor idea que despertarme a las 9:00 am. Pero cuando estoy parada, ve mis intenciones claras y me fulmina con la mirada mientras con un dedo me ordena volver a tomar asiento. Resoplo y vuelvo a desplomarme en el carísimo sillón de cuero blanco.

-No puedes hacer lo que te viene en gana siempre, jovencita. Lo que hiciste anoche fue muy terrible, Victoria... Y esa clase de actitudes es muy difícil de soportar...

Mis oídos se desconectaron del que supongo sería un larguísimo discurso. La quiero pero en estos momentos no se me ocurre nada más que desee que estrangular su cuello. Mi mente vuelve hasta hace unas horas atrás para entender mejor qué fue lo tan terriblemente malo que cometí, según ella, porque es una exagerada. Lo único que sé es que mi mejor amiga organizaba una de sus tantas pero igualmente épicas fiestas, me enviaba mil fotos tentando mis ganas de salir corriendo de esta casa, no podía no ir. 

Tengo una muy buena excusa y es que le prometí a Luisana que estaría ahí para ayudarla con un chico que le gusta hace tiempo y me iba a matar si no asistía, lo cual me resulta algo tonto porque no conozco chico que no caiga a sus pies. Claro que también fui por que es la mejor en organizar fiestas y como siempre no tenía mucho que hacer... Así que fui. El unico problema fue que mi terca madre no me había permitido ir, lo cual tampoco se por que, pero había enloquecido si creyó por un segundo que no iría, esta de mas aclarar que usualmente no hago lo que me ordena. Entonces que no me quedó otra que escaparme.

Mi mente vuelve a conectar con la realidad, donde sigo sentada en el sofá escuchando su estruendosa voz que parece penetrar mi cerebro como una bala, me relamo los labios y me contengo de no decir nada que no deba y pueda molestarla más. Pero mi paciencia es como su empatía, escasa.

-¡Ni siquiera me estás escuchando, Victoria!

-Por favor, mama calmate, se de memoria todo lo que dices e intento no soltar nada que pueda empeorar la situacion, se que no estas enojada conmigo-intento entenderla y mantener la calma.

-¡Por supuesto que estoy enojada contigo!

-Sabes que no tienes que fingir conmigo-digo acompañado de un suspiro-estás molesta porque papá dijo que vendria mas de tarde de lo normal ayer por la noche y aun no llega-cierro los ojos y recuesto mi cabeza en el respaldo.

Su postura se endurece un poco más y resopla, claro que le he dado al clavo, su histeria está a otro nivel esta mañana. Esta es otra de mis realidades, se que mamá nunca quiere aceptar que tiene los cuernos más grandes que un venado y que mi padre es un insensible que no piensa en su familia, pero según ella no es tan fácil separarse y tirar toda una familia por la borda. 

En cambio para mi es tan sencillo como mandarlo a la mierda, ni siquiera se como lo aguanta, debe recibir algo mucho mejor de lo que él le da, porque se lo merece, pero no desiste de fingir su familia convencional y perfecta. Mis hermanas y yo le hemos dejado en claro que no tiene porque soportar todas las cosas malas que hace a sus espaldas.

-No puedo lidiar con todo esto en este momento, estoy demasiado ocupada como para estar pendiente de cada detalle, cada segundo y lo sabes-dice con las manos en jarra, estoy segura que se la oye en toda la casa-para regañarte no era la única razón por la que te senté aquí.

Mi Niñero. (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora