Magnus
Suspiro cuando estaciono mi coche al lado de la camioneta que pertenece a la seguridad de los Klett, cuando consulte por ella con ellos, no me imaginaba para nada la respuesta del jefe de operaciones, Uriel. Al no saber de ella después de que se alejó de mí, decidí saber dónde estaba o si alguien sabia, asi que me comunique con seguridad y e aqui la respuesta.
-Señor, Magnus-dice Uriel apenas bajó del coche.
-¿Noche dificil muchachos?
-Pff, relajada-dice el chofer detrás de Uriel.
El chico de cabello castaño está apoyado en la camioneta con los brazos cruzados sobre su pecho y suelta un dramático suspiro al mismo tiempo que Uriel lo mira con una de las expresiones más duras que jamás he visto, solo esto es suficiente para que el chofer carraspee y enderezca su postura mientras aparta los ojos de nosotros.
-Bastante complicada-responde apretando los labios en una fina línea cuando me mira nuevamente.
-¿Donde esta ella?-pregunto y enseguida señala la playa.
La curiosidad por saber qué hace aquí, a esta hora de la noche, de repente me invaden. Victoria, mentiría si digo que no estás llena de sorpresas y cuando pienso que puedes ser predecible, haces cosas como estas. Empiezo a caminar sobre la arena y divisó una silueta, en la orilla, a lo lejos, más que obvio que se trata de ella. Su melena rubia brilla bajo la luz de la luna, la distingo a metros, lo que me resulta algo extraño es la forma en la que trata de arreglar su vestido... ¿o desarreglar?
Ladeó la cabeza cuando estoy yendo hacia ella, por la forma algo errática en la que se mueve me da a entender que esta algo ebria. Se baja un poco el cierre del vestido por lo que puedo ver desde donde estoy, trato de caminar a paso rápido por la arena, maldigo a esta playa y su longitud, ¿acaso se quiere desnudar en la playa?
Es más que obvio que no me agradaría para nada que un fotógrafo o alguien la reconociera como miembro del clan Klett, le tomaran una foto y luego salga en primera plana desnuda y ebria, en esas circunstancias definitivamente pondría precio sobre la cabeza de alguien. Cuando estoy a unos metros de ella la llamó.
-Klett-digo y veo como voltea, sorprendida por mi presencia.
-¿Qué haces aquí?-pregunta.
-No creo que debas hacer lo que estás intentando-advierto.
-Disculpa, pero no estoy entendiendo, ¿cómo sabes que estaba aquí?-insiste en saber.
-No veo la razón por la que no pueda decirte, pero por favor deja de bajar ese cierre.
-¿Porque?
-Pues viendo que generalmente nos siguen un grupo enormes de paparazzis, que la gente nos reconoce y saben de quienes somos hijos, le veo un gran inconveniente a que lo hagas.
Posa sus ojos en mí y juro que distingo el destello de desafió en ellos, como si se estuviera tragando cualquier sugerencia que le haya hecho. Estoy a punto de decir algo cuando el vestido cae a sus pies. Si no quiere que me de un ataque, entonces no veo la razón por la cual hacerme esto. Cuando solo la cubre su ropa interior, no puedo evitar que mis ojos la vean de arriba a abajo antes de reprocharme que hago y apartó la vista con la misma rapidez que la mire, poso mis dedos anular e índice en el puente de mi nariz mientras suspiro.
-¿Podrías... podrías ponerte el vestido, por favor?-preguntó rápidamente.
-Me apetece nadar, de hecho-dice.
-Vamos a nadar, pero en tu casa y con un traje de baño, ¿quieres?-digo y miro de reojo como voltea hacia el agua.
-Pero, quiero el mar, la arena, el mar.
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Mi Niñero. (Sin Editar)
Teen FictionSiempre existirá la lógica de algunos de que la casualidad es real y que en algunas ocasiones puede mejorar tu vida o arruinarla, si soy completamente sincera conmigo misma yo no creía en esa estupidez de la casualidad. Lo único que recuerdo de esa...