Victoria
Siento un hormigueo en la mano que activa mis sentidos y despierta mi conciencia, pero no lo suficiente como para que abra mis ojos. Lo primero que pienso es que mi mano está dormida, pero siento mi cuerpo demasiado pesado como para moverme con rapidez y quitar mi brazo de debajo de mi torso. Frunzo el ceño cuando el hormigueo se siente húmedo y pasa hacia mi cuello y mejillas.
Me dispongo a abrir los ojos de a poco adaptándome a la luz que ingresa en la habitación y mi incógnita se resuelve cuando veo a Gladiador, el perro de Kelsey. Vuelvo a cerrar los ojos e intentó recargar ánimos para poder sacar al cachorro de la habitación ya que tiende a ser algo destructivo, su dueña no es muy buena imponiendo límites.
Siento que el animal se sube en la cama y pasa por encima de mi espalda para acurrucarse a mi lado y deja de preocuparme si se queda quieto y tranquilo. Vuelvo a cerrar los ojos con un suspiro. Últimamente me estoy levantando terriblemente mal, tal vez debería dejar de beber tan de seguido o al menos en menor cantidad, no tenemos muy buena relación, pero aun así me gusta consumirlo.
Los recuerdos de la noche anterior vienen a mi mente al igual que la agradable sonrisa de Magnus y sus astutos comentarios, parece ser un muy buen tipo y se siente bien su compañía, es alguien peculiar. Después de dos botellas de vino y conversaciones acerca de su carrera, de la ciudad y de motocicletas y cuatriciclos, temas muy variados, nos despedimos y cada uno tomó su respectivo camino hacia sus habitaciones.
La alarma de mi teléfono empieza a sonar interrumpiendo mis pensamientos y tomó el aparato pasa suspenderla. El nombre de la alarma me indica que es hora de hacer ejercicio y me veo obligada, ya que van unos días que los tengo sin realizar actividad física, excepto el de llevar alcohol a mi boca. A duras penas, pero decidida me levanto de la cama y camino al baño para tomar una pequeña ducha que despeje mi mal estar, de regreso a mi habitación me coloco mi correspondiente ropa deportiva y salgo de mi habitación, no sin antes tomar mi teléfono y darle unos pequeños mimos a un durmiente Gladiador.
Bajo las escaleras y me meto en la cocina por una botella de agua, debo hidratar mi cuerpo si o si antes de empezar, generalmente no como nada antes de entrenar, así que solo camino hacia el Gym que está en el ala izquierda de la casa. Paso por el recibidor mientras conecto mis auriculares inalámbricos a mi teléfono y colocó algo de música que me motive. Cuando voy llegando al Gym veo por los ventanales a cierta persona en la habitación haciendo pesas, abro estos, pero no nota mi presencia y supongo que es porque también lleva auriculares y parece muy concentrado, decidido no interferir y me monto en la caminadora sin molestarlo.
Configuro la máquina y empiezo a trotar mientras enfoco mi vista en los ventanales que dan hacia los jardines del costado de la casa, a un par de enormes fuentes que adornan este mientras tarareo las canciones que van pasando y solo me mantengo en blanco, pensando en las canciones, hasta que caigo en la realidad y no puedo evitar ver a Magnus unos metros más allá. Sigue de espaldas a mí, concentrado, o tal vez ya me vio, pero prefiere enfocarse en lo que hace más que entablar una conversación, es razonable, parece una persona muy determinada en todo lo que hace.
No puedo evitar notar que esta sin camiseta, dejando ver sus variados tatuajes, esta bien distribuidos y tienen una buena ubicación en su cuerpo, lo imagino planeando muy bien donde colocar cada uno. A través del espejo que abarca una de las paredes del lugar veo uno que llama mucho la atención, tiene un león que se encuentra en la parte izquierda de su pecho, el dibujo es impresionante y le queda fantástico.
Quito la vista de encima de él cuando siento que ya lo he visto por demasiado tiempo y fijo mi vista en el tablero de la máquina, sigo corriendo el tiempo que me queda mientras disfruto de mi música nuevamente y pienso en cosas que no tienen mucho sentido, suelo hacerlo por lo general. Noto la presencia de alguien delante mio y levantó la vista para encontrarme con una hermosa rubia de sonrisa estupenda.
-¡Hola!-la escuchó decir a través de la música con su usual y divertida sonrisa.
No puedo evitar que su sonrisa me contagie y aprieto el botón para detener la máquina, apago la música y me quito los auriculares para atender a la rubia.
-¿Sabes que podría caerme si me sorprendes así?-preguntó dejando un beso en su mejilla.
-¿Exageras desde temprano?
-¿Molestas desde temprano? por cierto, ¿qué haces despierta a esta hora? no es muy temprano, pero no concuerda con tus usuales horarios.
-Estaba en la casa de alguien de por aquí cerca tal vez y decidí pasar a ver mi mejor amiga-responde Luisana recostada por la máquina.
-¿Noche divertida?
-Bastante entretenida, pasaron cosas que pocas veces me asombra.
-Increíble noche la tuya-digo y asiente con una sonrisa.
-Buenos días.
Mis ojos dejan los de Luisana y se posan en un transpirado Magnus al lado de las mancuernas sonriendo en nuestra dirección, su pecho sube y baja de manera agitada al igual que el mio, al parecer la voz de Luisana traspasa cualquier auricular.
-Buenos días-decimos al unísono.
Me bajo de la máquina y caminó hasta el estante donde tomó una de las cuerdas, mientras veo de reojo como Magnus recoge sus cosas y empieza a caminar hacia la salida no sin antes dedicarle una amable sonrisa a Luisana y ser seguido por su intensa mirada.
-Tranquila, chica no hay nada que termine de saciarte-comento apenas Magnus cierra la puerta de cristal.
-Estoy saciada, pero siempre hay que preparar el próximo plato-dice con una sonrisa y ruedo los ojos-¿o que? ¿esta apartado?
-Que comentario mas vulgar, Luisana.
-Solo juego, tranquila.
Estiro un poco mis músculos antes de posicionarme sobre el tapete y acomodarme para saltar la cuerda y terminar de hacer cardio para empezar con las pesas.
-¿Y que? ¿te vas a quedar allí viendo como hago algo por mi salud mientras tú no haces nada últimamente?-preguntó.
-¿Sabes que? voy a hacerlo contigo, hace un mes que no hago nada y siento que tengo el cuerpo de una prostituta de cuarenta años adicta al crack .
-¡Luisana!-exclamó tras escuchar sus palabras-te pido un poco de respeto y léxico apropiado en ese hueco que llamas boca, cierralo y ponte a hacer algo.
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Mi Niñero. (Sin Editar)
Teen FictionSiempre existirá la lógica de algunos de que la casualidad es real y que en algunas ocasiones puede mejorar tu vida o arruinarla, si soy completamente sincera conmigo misma yo no creía en esa estupidez de la casualidad. Lo único que recuerdo de esa...