Jessy
Me meto en el coche y suelto un suspiro de enfado mezclado con cansancio mientras observo a la rubia a mi lado quien descansa su cabeza en mi hombro, mientras el taxista se dirige al hotel, no puedo evitar preguntarme en que momento fue que la perdí de vista, entonces ruedo los ojos y me doy una bofetada mental ya que detrás de todo el desastre que se fomento en cadena me olvide completamente de que Tory ama el alcohol y el a ella y creo que hice ese lazo aun mas fuerte sin darme cuenta cuando preste mas atención a sus caderas y no cuando pedía un trago tras otro.
-Jessy, ya deja de murmurar, es fastidioso-susurra.
Arqueo una ceja en su dirección, pero no digo nada, se que esta como una cuba y de apoco se le esta pasando la borrachera por lo que le produce un dolor agudo en la cabeza, pero eso no va a evitar que cuando ya se encuentre mejor escuche el gran reproche que le tengo preparado, se me viene a la mente el momento en el que Christopher le dio un golpe en la cara al tipo del club y rió por lo bajo, veo que el taxista estaciona frente a la puerta del hotel y agradezco de que el tercer club al que hayan decidido ir este a menos de cinco minutos de aquí.
Le pago al hombre quien me sonríe con amabilidad y tiro de la rubia para sacarla fuera del coche, intenta dar dos pasos, pero casi cae de boca si no fuera por que la tengo sujeta del brazo, rió por lo bajo por la expresión de muerta-viva que lleva en el rostro, la acerco a mi y la levanto del piso, ella enrolla sus piernas en mi cintura y sus brazos en mi cuello, mientras la sujeto le bajo el vestido por si acaso y comienzo a caminar con ella en brazos, entro en el loby del hotel y rápidamente tratando de no llamar la atención me adentro en uno de los ascensores, apretó el botón que me lleva al ultimo piso y espero. Olfateo el aroma de su perfume y shampo en su cabello los cuales me resultan deliciosos.
-Jessy-dice.
-¿Que?-pregunto.
-Tu perfume me encanta-responde y siento como aspira sonoramente en mi cuello-sip, es delicioso-agrega y rió.
La escucho reír contra mi piel y sonrió, las puertas se abren y salgo del ascensor, me paro frente la puerta de su habitación y sin dejarla caer tomo la tarjeta de mi bolsillo, la paso por el marco y abro la puerta, la cierro con mi pie y avanzo por la habitación hasta la cama donde la deposito con cuidado, ella se queja y yo tiro la tarjeta y su celular en la mesa de luz.
-Hace un calor de la mierda-dice.
Apenas puede mantener los ojos abiertos y sonrió mientras ella se deshace de la chaqueta con dificultad, le quito las botas y las tiro a un lado.
-Esto me va a costar una mierda-susurra mirando su vestido-ayúdame por favor a quitar esta mierda de mi cuerpo de mierda porque esta situación es una mierda.
-Te falto decir mierda-replico.
-Es que hasta este momento no le había prestado atención a la palabra y me doy cuenta de que tiene mucho poder-habla.
Mientras trato de no reír por su balbuceo la ayudo a quitarse su vestido, el cual no resulta ser tan difícil ya que solo se lo debo desabotonar como a una camisa, el problema viene cuando mi vista se posa en una conjunto de encaje color blanco con detalles rosa pálido en el, la sonrisa se borra de mi rostro mientras trago y sin mirar la ayudo a quitárselo del todo, se arrodilla en la cama ahora con un poco mas de equilibrio y quita todos los almohadones decorativos de la gran cama y se meta bajo las mantas.
-¿Necesitas algo mas, un baso de agua o algo?-pregunto.
-No, pero quédate, no tengo mucho sueño y podemos charlar un rato-responde.
Me acerco al otro lado de la cama y me quito la chaqueta junto con los zapatos, levanto las mantas y me meto debajo de las mantas a una distancia moderada de la rubia a mi lado quien ahora puede abrir la mitad de los ojos y me mira con una sonrisa cansada, apoyo mi espalda en el respaldo y estiro las piernas.
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Mi Niñero. (Sin Editar)
Teen FictionSiempre existirá la lógica de algunos de que la casualidad es real y que en algunas ocasiones puede mejorar tu vida o arruinarla, si soy completamente sincera conmigo misma yo no creía en esa estupidez de la casualidad. Lo único que recuerdo de esa...