Victoria
Su respiración me da escalofríos al chocar con mi oreja, siento una punzada en el estómago cuando sus ojos se conectan con los míos por un momento antes de que desciendan por mi cuerpo, trago por la forma en la que penetra con la mirada mi piel o porque tal vez aun me siento atraída por él, aunque es novedosa la forma en la que me puede hacer sentir.
Miro hacia abajo con curiosidad para observar que es lo que tanto mira y resulta que mi top se transparenta notablemente con el jugo al igual que parte de mi pollera, me abrazo a mi misma por acto de reflejo y lo miro. Cuando se aleja unos pasos de mí hacia atrás, parece que por fin recupero un poco del aire a mi alrededor. Carraspeo mientras veo como se mueve por la habitación de forma relajada, sin ningún tipo de pudor y con seguridad, como si la toalla que pende de sus caderas no estuviera a punto de caer en cualquier momento. Quien pudiera sentirse inseguro con esa belleza y tremenda personalidad. Veo como desaparece por una de las puertas, en lo que supongo es el closet, ya que regresa unos segundos despues con una remera de color negro en la mano y me la tiende.
-Ten-dice.
-Gracias-musito y la agarro.
Tomó el dobladillo del top y de reojo veo como Martín se cruza de brazos, observando sin algún tipo de vergüenza y aparentemente sin ninguna mínima intención de darme privacidad. Así que decido dirigirme hacia el baño, donde me quito la pollera, el top y las sandalias, que temo se arruinen con la humedad ahora. Me tomo el atrevimiento de darme un pequeño enjuague en la ducha, ya que no podía ponerme la prenda sin más y sentir lo pegajoso del jugo en mi torso. Una vez que termino me coloco la remera y no puedo evitar dejar una sonrisa cuando mis fosas se llenan del perfume que desprende esta, de su perfume.
Al salir del baño veo que está de espaldas a mí, al lado de un extremo de la cama más allá, voy a decir que he terminado cuando mis ojos caen en sus manos que agarran al borde de la toalla, comprendo lo que va a hacer de inmediato y no se si es porque no ha notado que estoy aquí o solo porque está jugando de nuevo. Sin pensarlo mucho intento meterme rápidamente en el baño de nuevo, pero es muy tarde cuando de reojo veo como la tela cae al piso sin más, alrededor de sus pies e inevitablemente mi vista viaja directo a su cuerpo y se queda fija en la zona de su trasero.
<<Ay, mierda, ¿como es que ese culo, es tan redondo y perfectamente tonificado?>>
No puedo quitar mi vista de su trasero a pesar de que intentó obligarme a la fuerza, al parecer en este momento mi cuerpo no responde a orden alguna. Pero la diversión para mis ojos acaba cuando se pone unos boxers blancos, seguido de una malla celeste que le llega por la mitad de los muslos y una remera blanca.
Salgo de mi embobamiento cuando noto que está por voltearse así que lo más rápido que puedo me muevo con cuidado y simuló estar saliendo del baño nuevamente, como si no hubiera presenciado tremenda escena. Sus ojos se posan en los míos cuando se gira y sonríe.
-Bien-dice dándose la vuelta, aparto mi vista rápidamente de él-si estás lista, vamos a la lavandería y lavamos tu ropa-toma su celular de la cama y sale de la habitación.
Agarro mi ropa y las sandalias del lavabo dentro del baño, donde las deje anteriormente y salgo de la habitación junto con Martín, bajamos las escaleras, por mi parte algo precavida de que no me vea nadie, ya que no me ilusiona que me vean semi desuda en una casa que no es la mía.
Una vez en la planta baja me guia hacia la cocina haciéndome un gesto con la cabeza de que lo siga, allí dentro toma un vaso de cristal de la alacena y lo pone en el centro de la nevera, en el dispenser, para llenar este de agua.
-Te queda bien-me dice de reojo.
-¿El que?-pregunto.
Recuesto mi espalda baja en el mármol de la isla mientras lo veo voltear hacia mí, llevando el vaso de agua a sus labios y señalando con su mano libre mi torso.
ESTÁS LEYENDO
Mi Niñero. (Sin Editar)
Teen FictionSiempre existirá la lógica de algunos de que la casualidad es real y que en algunas ocasiones puede mejorar tu vida o arruinarla, si soy completamente sincera conmigo misma yo no creía en esa estupidez de la casualidad. Lo único que recuerdo de esa...