Victoria
No quiero abrir mis ojos por la gran cantidad de luz que abarca la habitación, incluso ya me genera algo de irritación, me maldigo a mi y a mi maldito carácter. Definitivamente no quiero levantarme, no ahora, me revuelvo en la cama incómoda tratando de conciliar el sueño nuevamente cuando me doy cuenta de que no estoy sola, al girar me encuentro con el dormido rostro de Magnus y me incorporo rápidamente.
De mi mente se había esfumado el recuerdo de la noche anterior, pero rápidamente viene a mi el momento exacto en el que el alcohol se me subió a la cabeza de golpe y el chico a mi lado me cargó en su hombro y me trajo hasta casa sana y salva, algunas cosas son algo borrosas, pero lo recuerdo casi todo.
Resoplo y en ese momento me doy cuenta de que estoy en ropa interior cuando siento el roce de su brazo el costado de mi s costillas, rápidamente me abrazo a mi misma por reflejo, siento el ardor en mis mejillas, no lo puedo creer.
Aprovecho el hecho de que tenga los ojos cerrados y que no parece estar consciente. Me levanto de la cama y busco con la mirada algo de ropa, la más cercana y encuentro una remera blanca al lado de la cama, una que suelo usar para dormir, me la coloco y luego me pongo unos shorts que estaban tirados cerca del sofá lila, me hago una coleta en el pelo con una gomita para el cabello que está en mi muñeca y al darme vuelta casi me da algo cuando me encuentro con la mirada de un Magnus muy despierto, con una remera muy arrugada y jeans desprendidos, ahora está sentado contra el respaldo de la cama.
-¡Mierda!-suelto.
-Buenos días-dice y parece evitar mi mirada.
-Buenos días... creo-digo y carraspeó-yo... yo lamento que me hayas visto como ayer en la noche, sucede que puede que me haya pasado un poco, me deje llevar y pasaron cosas, ya sabes-pongo mis manos en las caderas esperando que entienda algo de lo que sale de mi boca.
El asiente de forma lenta y comprensiva, parece que una pequeña sonrisa va a aparecer en sus labios, pero al momento de que abre la boca un golpeteo fuerte se escucha en mi puerta y volteo hacia ella, los vellos de mis brazos se erizan y enseguida un nudo se instala en mi garganta y creo tener idea de porque, me convierto en un puto sensor.
-¿Quien es?-pregunto en voz alta.
-Soy yo-dicen al otro lado.
Un escalofrío me recorre el cuerpo entero y la angustia parece estar pegada a mi en estos momentos, la sensación de vació tan solo escuchar su voz era tan lejana hace menos de veinticuatro horas y odio que haya llegado tan de golpe.
<<Carajo.>>
Miró a Magnus, quien me observa de forma tranquila como si esperara a que abra la puerta y ya, pero necesitó que se vaya para poder hablar con el sujeto y que me deje en paz de una maldita vez, aunque lo crea imposible. Camino hacia la puerta de forma rápida, pero sin darme cuenta estrello mi dedo pequeño del pie contra la punta de la cama y maldigo en voz baja, me sorprendo cuando escucho que él suelta una carcajada y tratando de olvidar el dolor sigo caminando, pero no puedo evitar sonreír ante el agradable sonido de su risa. Finalmente abro la puerta y lo primero que veo es el rostro de Joel, quien lleva un elegante traje como de costumbre, lo primero que noto es como su ceño se frunce al mismo tiempo que sus ojos viajan de mi hasta detrás de mí, en la habitación.
-Adelante-digo abriendo la puerta un poco más.
-Yo, debo irme ya-escuchó decir a Magnus a mis espaldas.
Volteo a verlo de brazos cruzados, se levanta de la cama, toma su teléfono de la mesa de noche y sus zapatillas que están al lado del sofá, viene hasta la puerta y me dirige una sonrisa de boca cerrada antes de salir de la habitación y saludar a Joel con una sonrisa también.
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Mi Niñero. (Sin Editar)
Teen FictionSiempre existirá la lógica de algunos de que la casualidad es real y que en algunas ocasiones puede mejorar tu vida o arruinarla, si soy completamente sincera conmigo misma yo no creía en esa estupidez de la casualidad. Lo único que recuerdo de esa...