BULLYING STOPS HERE

125. Cecilia

Cecilia. 13 años.

No voy a intentar echarle la culpa a mi edad, porque nunca es demasiado temprano para tomar consciencia.

Me llamo Cecilia y esta es mi experiencia con el bullying.

En segundo grado, entraron a mi curso 4 niños nuevos: dos chicos y dos chicas. Los dos chicos y una de las chicas venían del mismo colegio, así que ya eran amigos. Nadie tardó demasiado en aceptarlos, eran bastante divertidos.

Los varones, Nicolás y Luciano, no me caían mal pero tampoco éramos los súper amiguitos. La niña que venía con ellos, Luján, era la típica rubia adorable que a todos les cae bien, de hecho, ella fue mi mejor amiga por varios años. La otra chica, Marina, era algo rara: tímida, no podía pronunciar bien la erre, tenía casi demasiada imaginación y... no era la más agradable a la vista (tenía bigote, se sacaba los mocos todo el tiempo, usaba anteojos, etc).

De todos modos, me acerqué a ella. No me cayó mal, era algo extraña pero buena persona. Nos hicimos amigas, pero nadie más la integraba al grupo. Yo era muy sociable, tenía un gran grupo de amigas y nos llevábamos muy bien, pero Marina se empezó a pegar a mí. ¿A qué me refiero? Estaba conmigo en cada recreo, me pedía ser compañera en gimnasia, casi que no me dejaba respirar si ella no estaba.

Y los comentarios no tardaron en llegar: "¿Sos amiga de ella?", "¿En serio te cae bien?", "¿No te da como asco?". Para esa altura yo tenía 8 años, no sabía lo que era el bullying (creo que esa denominación no había llegado a la Argentina). Así que me empecé a separar de ella, hasta que se quedó sola.

Los años siguientes jugábamos a correr de ella, escondernos, mentirle diciendo que estábamos jugando a las escondidas o a la mancha, dejarla de lado. Ella lloraba, se quejaba, me recriminaba por "abandonarla". Yo no entendía, pensaba que estaba siendo dramática, no me importaba. Pero... de vez en cuando sentía una pequeña punzada de culpa.

Llegó sexto grado y nada cambiaba: no nos juntábamos con ella, maldecíamos si nos ponían juntos en alguna tarea, la elegían a lo último en los equipos de gimnasia. Un día, el primer día después de las vacaciones de invierno, llegué al colegio. Fui a la formación, todo normal, hasta que una amiga me dijo: "Se cambió Marina". Yo me reí y le contesté que siguiera soñando, pero luego me di cuenta de que ella no estaba. No fue en todo el día. Era cierto, se había cambiado de colegio.

La segunda mitad del año pasó sin complicaciones, tenía a mis amigas, me caía mal el grupo de las populares, lo usual.

Ya en séptimo se notó la diferencia (al menos para mí). Faltaba el escalón más bajo de la popularidad, sin Marina, los demás crearon otro. ¿Y quién mejor que la que fue la única amiga de la marginada anterior? Mi grupo de diez se dividió: las siete, y las tres. Mis dos mejores amigas actuales y yo fuimos al fondo.

Ahora me siento como basura humana al decirlo pero, extrañaba esa sensación de superioridad al tratar mal a Marina. Y el resto de la clase solamente hablaba un poco menos con nosotras, no era nada comparado a lo que le habíamos hecho a ella. E igualmente me ponía muy, muy, triste.

Pasé todo ese año acostumbrándome a ser solo mis dos amigas y yo, hasta que lo hice. No era del todo malo, pues había encontrado amigas que me aceptaban así de rara como soy, pero aún hoy me duele un poco, extraño llevarme bien con casi todos.

En primer año, Marina se contactó con nosotros... y era ella la que pedía perdón. Supongo que creía que merecía lo que le hicimos, que pensaba que ella nos molestaba y era justo que la apartáramos.

Todos decían que tenían miedo de que volviera a la escuela, yo solo seguía la corriente, porque me estaba logrando integrar un poco mejor con mi ex grupo.

Hablé por Whatsapp con ella... ni siquiera recuerdo si le pedí perdón.

Escribiendo esto me doy cuenta lo mal que me siento. Les pido por favor: no sean el/la acosador/a, porque todo vuelve. Díganle Karma si quieren, destino, justicia, lo que sea.

Si Marina llega a leer esto, quiero que sepa que le pido perdón, sé que no va a arreglar el daño que le hice y tampoco reparar mi consciencia, pero es lo mejor que puedo ofrecerle.

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