-Disculpe señorita. Soy el jardinero. Vengo solo unos días a la semana.-Dijo el hombre, tranquilo. Al final era cierto eso de que a veces las apariencias engañan.
-No hay problema, lamento si interrumpí su trabajo.-Dije dirigiéndome a la puerta que separaba el jardin de la sala.
Sin darme cuenta que la maldita puerta era casi invisible y en mi nerviosismo apurado, no tarde en estampar mi cara contra el plástico duro.
Eso dolió, si que dolió demasiado. Maldita puerta transparente. Como si no tenia suficiente, mi nariz estaba sangrando como catarata. Bueno quizás no tanto.
Pero... DEMONIOS SANGRE, SANGRE ROJA DE HUMANO Y MIA.
Iba a morir con mi tabique o como se llame desangrado, gracias a mi torpeza.-Cinthia, demonios. Ven.-Dijo cubriéndome con sus fuertes brazos, quizás no estaba tan mal esto.
Pero dolía como la gran madre.
-Lo siento, Elian. Juro que no logré ver la maldita puerta.-Dije apenada.
-Solo fue un accidente. Ven a la sala que buscare el botiquín.-Me tomo de su mano dirigiéndome a la sala.
-Elián dime la verdad.-
-Claro. ¿Que sucede?.-Preguntó preocupado.
-¿Cuanto tiempo me queda de vida?.-El chico estalló a carcajadas.-Elián no es gracioso.-
-Claro que si... Okey, no. Cinthia solo son algunas gotitas por el impacto.-Pasó algodón por mi nariz, si que ardía. Pero sus ojos eran lo único que pude observar.
-Tienes unos ojos hermosos, Cinthia.- Creo que mi sangre pasó a segundo plano con el color de mis mejillas.
-Gracias... Quiero decir... Tu también.-Su sonrisa cálida hizo que lance un suspiro.
Sentí que alguien aclaró su garganta en forma brusca y ruidosa. Quien mas podría ser...
-¿Que te paso enana?.-Dijo mirando el algodón en mi nariz.
-Te diré a cambio de que no te rías.-Dije mirándolo seria.
-Se pegó como una estampa a la puerta transparente.-No termino de hablar el metiche Elián que mi hermano ya estaba sin aire de la risa. Comprobado, estoy rodeada de idiotas.
-¿Te... Te... Te encuentras... Bien?.-El imbécil no podía ni hablar de risa.
-Si. Ya vámonos.-Listo, habían conseguido a mi enojo.
-Cinthia, por dios. Solo fue una broma. Tienen que quedarse un poco mas.- Dijo casi suplicando.
-¿A si, porque debería?.-
-Porque te necesito.-Y ahí estaba esa sonrisa boba que me sacaba el chico.
-Claro. Además yo espero a Agus.-Dijo enojado.
William volvió a su asiento en el sofá y solo resopló.
No había de otra tendría que quedarme aquí.-Elián, debo ir al baño.-Dije cortante.
-Claro ven. Te llevo.-
-No puedes solo, indicarle y listo.-Interrumpió mi hermano.
-Okey, sube la escalera hay tres puertas del lado derecho es la última.-Dijo mirando a mi hermano, esto no terminaría bien.
-Gracias enseguida vuelvo.-Y así será, tengo un mal presentimiento de esos dos solos.
Esperé unos segundos antes de dirigirme a las escaleras para oír si tenían algo de que hablar.
Subí lentamente escalón por escalón, todo seguía normal.
Llegué al pasillo de paredes verde océano, tres puertas estaban del lado derecho exactamente me dirigí a la última como indicó Elián.
Toque antes de abrir, nadie contestó del otro lado, jale el picaporte y el baño era hermoso. Una bañera inmensa donde cabían tres personas y mas.
No había duda que eran una familia adinerada, y se notaba mas en los lujos de su hogar.
Solo me miré al espejo y lave mis manos para que huelan a la bella fragancia que traía el jabón, era como una obsesión.
Peine mi cabello por última vez y salí. No sin antes jugar con el aire que provocaba el ceca manos.Desde el final del pasillo podía oír parte de la conversación que estaban teniendo Elián y mi hermano.
Acerque mi cuerpo a las escaleras para oír con mas claridad.-Okey, me gusta ¿Que tiene de malo?.-Dijo Elián en un tono brusco.
Rayos, de quien hablaban.-Pues... Desde algún punto nada. Pero la lastimas y te mato.-Siguió mi hermano.
-Sabes... Jamás sentí lo que siento cuando miro sus bellos ojos.-
-Apenas la conoces hermano. Deberías probar con otras chicas.-No todos son como tu, buitre, pensé.
-Amigo, créeme no quiero a otras. Dime... ¿Tu crees que puedas hablarle de mi?.- Mi curiosidad me iba a matar.
-Creo que acaba de salir de una relación o algo así. Te repito tu la lastimas y castro tu amiguito.-
-Ya para de amenazas Will, responde.-
-No te prometo nada, esto es duro para mi amigo.-Dijo riendo.
-Vamos Will... Tu ves a Emily mucho mas seguido que yo.- OH POR DIOS, OH POR DIOS.
Que me trague el diablo y todos los demonios. Esto no podía ser cierto. ¿Emily? ¿De veras?.
Me sentía una completa idiota, como pude haber creído que gustaba de mi.
Mis ojos se empaparon con pequeñas lágrimas, por Dios. Fui tan ingenua, quien podría creerse que un chico tan guapo como Elián podría fijarse en un monstruo horrible como yo.
De pronto me sentí débil y desvalorizada, el estruendo del jarrón que voltee por las escaleras hizo que voltearan ambos chicos.-Lo siento.-Dije con una voz débil.
-Quédate en el sofá hasta que traigan el almuerzo Cinthia. Antes de que derrumbes la casa.-Dijo riendo mi hermano.
-Descuida es solo un tonto jarrón. ¿Te lastimaste?.- Como si te importara..
-No, estoy bien.- Dije fría.
-¿Segura?.-Se acerco a mi para observar mi mano de cerca.
-Si, es solo un raspón.-Saque mi mano y me dirigí al sofá.
-Esta bien.-Dijo extraño.
Estúpida, imbécil, crédula y boba.
Esas palabras me describan en este momento.
¿Porque fingía preocuparse por mis cosas? Quizás toda esta amistad fue todo un engaño.
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Atrévete a soñar
RomanceCinthia una joven decidida, fuerte y compañera. Tratando de vivir su vida lo mejor que puede. Elián acaudalado, timido e indiferente. Si el quisiera con el mundo a sus pies. Sus vidas se cruzaran casi por accidente, trayendo cambios y... Su futuro s...