Capítulo 46 "Estúpido francés"

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El sólo se acercó y soplo mi nariz, logrando que haga una pequeña mueca de sonrisa.

Nos paramos rápidamente al sentir la presencia de alguien más, Quim.

-Lo siento chicos, lo siento.-Dijo riendo, como si hubiera interrumpido gran cosa.

El sonrió con esa estúpida sonrisa bonita que tiene. ¿Porque tenía que ser tan hermoso? Mi corazón se estrujaba al pensar que todas las chicas lo veían tan irresistible como yo, vamos... todas le sonríen amablemente, incluyendo mis mejores amigas, como no ponerme mal.

Ellos siguieron conversando sobre la empresa de Quim, autos y más, TODO MUY INTERESANTE POR AHÍ. ¿CIERTO?

Odiaba ese efecto que causaba en mi, en mi mente, mis sentimientos, mis ojos se llenaron de lágrimas por esa mínima cosa. Entré a mi casa dejándolo atrás, que el decida que hará de su estúpida tarde, o de su vida.

-Por favor cierren tu la puerta. Así salgan o se queden. Como quieran. Adiós.-Dije apurada y subí a mi cuarto. ¿Disimular? No, creo que eso ya no estaba en mis planes, era demasiado fuerte lo que sentía por este maldito cobarde.

Recordaba el día en que conocí a este chico, todo comenzó como sólo un chico más en mi vida, uno guapo, pero uno del montón.
No podía creer que seis meses después me encuentre aquí con mis ojos cristalizados por una simple tontería. ¿Celos? Si, había sentido ese sentimiento muchas veces, cuando tenía una especie de relación con Steph, nada era igual, absolutamente nada, ni si quiera los malditos celos que sentía cada vez que una chica se acerca a mi Elián.

Por Dios que acabo de decir "Mi Elián?" Elián no era mío, ni lo sería. Lo quería demasiado pero mi maldito orgullo es mucho más fuerte, jamás me perdonare no haber aceptado su propuesta así haya estado un poco ebrio y fuera de sus casillas, lo quería, quería a ese chico. Pero si el no era capaz de hacer nada más que tonterías bonitas para hacerme feliz, no estaba preparada para sufrir nuevamente, aunque en cierta forma el no estar con él me lastimaba más que ser algo.

Elián te quiero, mi mente repetía una y otra vez esa frase.

No tenía mucha idea de que se sentía amar, no tenía idea de porque estos sentimientos duelen tanto, el porque de mis celos si siquiera los nota, cambios de humor repentinos, celos sin sentido. ¿Para que? Si el maldito imbécil ni nota mis obvios sentimientos hacia él. Hombres...
Lo malo de la situación es que ni si quiera estaba segura de su amor, cariño, lo que fuere que ese maldito sentía por mi.
Tanto le costaba demostrar al menos desprecio para ser un poco más claro con todo.
Actitudes que confunden y este guapo coqueteando, un complejo que quizás no conocía de él. ¿Timidez? Yo diría cobardía o miedo al amor, compromiso, como quieran llamarlo, jamás había odiado a alguien de esta manera tan loca.

Lo odiaba porque no es capaz de demostrar seriedad en sus sentimientos, lo odio porque cada sonrisa de él son miles mías, lo odiaba por amarlo de esta forma.

Quizás no era amor, pero un cariño muy fuerte se apodera de mi cada vez que pienso en él, cada instante que respiro y siento su mirada penetrando la mía.

-Te quiero tanto, ojalá pudiera decirte lo importante que sos para mi, expresar cada cosa que siento con un abrazo hacía ti, decirte al oído lo lindo que sos para mi, demostrarte que tu sonrisa es la razón más bonita que encontré para ser feliz.-Susurre al oso de peluche en mi cama, mientras lo abrazaba como niña pequeña.

De pronto entró mi mejor amiga, algo sorprendida al ver mi cara y como estaba acostada.

-¿Como te encuentras? Elián me contó todo. Por eso tarde, no pienses de mal.-Aclaró como si estuviera leyendo mi mente.-El... se fue.

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