Capitulo 29 "La pequeña cabaña"

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Miercoles por la tarde, busque paz interior yendo a la estancia donde vivió mi tio. Mis ganas de pensar y estar solo descendían con el transcurso de las horas, lo único que buscaba era soluciones y olvidar lo sucedido, pero cada día se hacia mas difícil el peso de mis pensamientos.

Cinthia rondaba cada parte de ellos, y todo me recordaba aquel pequeño engaño.

Habia escrito y hasta llamado a su teléfono.
No tenia señales de que quisiera hablarme, quizás se habia enojado demasiado.
Me sentí un idiota por perder a lo que pudo haber sido de lo mejor que me paso en la vida... De hecho si lo fue, lo es. Así lo sentía.

Cojo las llaves de mi auto para ir hasta casa de August, el me recibiría luego de llegar o así habíamos arreglado, no quería pasar un segundo mas en casa de mi tia.
Lleno de presiones y obligaciones.
Solo quería pensar por mi mismo una vez en mi vida y si la jodia yo sabría que hacer.

Tomé un baño antes de salir de la pequeña cabaña hacia la ruta que dirigía a la ciudad.
Los baños aquí eran de una manera inexplicable mil veces mas relajantes y no sabia exactamente el porque.

Luego de la ducha de unos veinte minutos, salí al jardín delantero. Un vecino nuevo se estaba mudando hace semanas, podía observar sus cortinas oscuras y porche cubierto de flores a los costados.
Hace aproximadamente unos  días se sentía el verdadero movimiento allí, un auto y fuertes gritos de hombres salieron por las ventanas.
Creí que lo mejor seria no meterme en discusiones ajenas, la última vez salió todo algo mal.

El timbre sonó sacándome de mis pensamientos en soledad, busque mi chaqueta para completar mi vestimenta.

Asomo mi cabeza con cuidado por la ventana delantera, luego recordé que no estaba en casa de mi tia. Tendría que salir hacia el jardín y abrir el gran portón, ahora recuerdo porque siempre salía por la puerta trasera.

Caminé unos quince pasos de elefante al portón blanco, el pequeño agujerito señalaba a un niño de unos catorce años algo robusto y musculoso, y de ojos verdes intrigantes.
Abrí de prisa, cuanto mas antes atienda, mas rápido se ira.

-Discúlpame, soy Wilson el nuevo vecino de enfrente. Me preguntaba si tendrías algún inconveniente con la luz, porque allí nos hemos quedado sin electricidad.- Dijo el chico algo tímido. Eso demostraba que los vecinos eran algo normales, o al menos uno de ellos.

-Pues... Si sonó el timbre es porque si funciona.-Contesté algo obvio.

-Claro, que imbécil. Lo siento.-Contestó riendo.

-Oye, yo se algo de electricidad y cables desparramados, si quieres puedo ver que sucede en tu casa.- Mentí, solo habia tomado cursos por internet que al parecer no servian demaciado.
Una vez casi incendie un hotel, larga historia...

-No lo se, supongo que no estaría mal que revisen. Solo es que a mi padre no le agradaría, demaciado.-

-Pregúntale si deseas, puedo ayudarte.-No me perdería la oportunidad de conocer esa casa tan misteriosa.

-Espera. Dime tu nombre.-Dijo serio el muchacho.

-Claro, soy...-Pensé si decirle mi nombre verdadero estaría bien o mal.-Mi nombre es Elián, Elián Whitte.-Me arriesgaré.

-Genial, bien. Ven conmigo Elián, puedes revisar las conexiones.-

-Pero tu padre está de acuerdo. ¿Verdad?.-

-Si, en casa solo estamos mi media hermana y yo.-Dijo casi feliz, apuesto a que este pobre niño no hablaba con humanos normales en años.

-Está bien, aguardame aquí que busco mis llaves.-Las llaves las tenia en mi chaqueta, lo que en realidad iba hacer era avisarle a mi amigo que estaría otro día en la cabaña.

(Llamada telefonica)

-¿Elián eres tu? ¿Que sucede amigo?.

-Pues discúlpame si tenías algo planeado para hoy, pero me quedaré un día mas aquí en la cabaña de mi tio.-Dije cambiando de lugar la llave escondida.

-De hecho no habia cancelado nada, pero tengo que contarte algo que quizás no te agrade.-Dijo en un tono de voz preocupado.

-¿Qué? ¿Qué sucede August?.-

-Rayos Elián, solo prométeme que no cambiara tu opinión de quedarte ahí.-

-Ya, dime que pasa cobarde.-

-Cinthia, Elián. Cinthia.- a

-¿Que pasa con Cinthia? YA HABLA HERMANO.-

-Bueno, pues ella. No aparece hace casi tres días en su casa. ¿No está contigo, verdad?-

-¿Qué? ¿Como crees? Claro que no.- Por Dios, Cinthia habia desaparecido el mismo día en que discutimos o mejor dich fingí estar enamorado de su mejor amiga. ¿Y si todo era mi culpa? No podría soportar el maldito peso de que desapareciera por eso.

-¿Elián estas ahí? Jura que no volverás aun.-

-¿Pero porque no puedo volver?.-

-Oye... ¿Elián? Ya vámonos que necesito la electricidad y no debo dejar la casa sola.-Interrumpió el niño afuera.

-Esta bien, espérame que ya voy.-Le dije apurado al niño

-¿Con quien hablas?.-Preguntó mi amigo curioso.

-Un niño de enfrente, escuchame, me deshago del niño este y te llamo. ¿Pero por último dime porque no puedo volver?.-

-¿Deshacerse en el buen sentido, verdad?.-

-Claro imbécil, ahora dime no cambies de tema.-

-Bien... Pues... Te acusan de ayudar a Cinthia a escaparse.- ¿Que?

-Pero que rayos. ¿Quien?.-

-La policía. Solo por sus últimos chats que aparentemente  planearon viajar o algo así.- Oh, por dio eso era cierto. Pero solo eran fantasías.

-Debo ir hermano, si no todo se hará mas sospechoso. Luego te hablo, adiós.-Dije cerrando el portón y dirigiendo la mirada a la gran casa.

-Adiós, cuídate.-Dijo mi amigo.

Esta casa si que era mucho mas grande de cerca, veamos que me esperaba allí dentro.


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