Capítulo 38 "Sexi y cálido cielo"

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Mis ojos se humedecian una y otra vez más en esta noche oscura.
¿Que había pasado? ¿Porque todo cambió tan de repente de una manera cruel? Jamás creí que Steph sería capaz de hacerme algo así.
Recordar nuevamente ese momento hacia que mis ojos se empeñen otra vez.
El era mi amigo, jamás quise jugar con sus sentimientos. Me sentía quizás la peor mierda del mundo por mi culpa el ahora estará privado de su libertad quien sabe hasta cuando.

Lo siento Stephan.

Luego del fuerte golpe que logró nublar mi vista, llegó mi hermano. Gracias a él, todo tomo un gran giro.

Al llegar a casa, vio mi cuerpo sin reacción alguna y mi blusa tirada al piso. Se acercó a mi y tocó mi cabello, luego diviso sangre en el y llamó inmediatamente a la ambulancia.
No sin antes haberle dado uno que otro golpe a Stephan, dejándolo inconsciente hasta que llegó la policía.

El médico le dijo que sólo había sido un pequeño golpe que abrió mi cabeza por el impacto.

Impacto que logró Step al jalarme mi cabello.

Con angustia, vergüenza y mucha pena. Logre contarle toda la situación al policía, luego al juez, vergüenza sentía al llorar como boba delante de tantas personas. Hasta que el juez dijo sus palabras, el único que debería avergonzarse de sus actos son los cobardes usted es una señorita muy valiente Cinthia, obviamente sus palabras hicieron que rompa en un llanto aún más fuerte. El proceso de detención fue demasiado corto para mi gusto, de hecho no quería que mi amigo vaya preso. Pero creo que se lo merecía al no haber respetado, ni mi opinión ni a mi, en lo más mínimo .

En fin, ahora estoy nuevamente sola en mi cuarto con una venda que tapa mitad de mi frente.
Extrañaba estar con mi padre, al menos su compañía me serviría para olvidar esta locura.












De repente un pequeño ruido hizo que mirara hacia el ventanal sacandome de todos mis pensamientos.
Agarré lo primero que había sobre mi cama y comencé a caminar lentamente hacia el ventanal.

Se abrió muy de golpe haciendo que salte del tremendo susto.

Pero el verlo ahí sacó una estúpida y grata sonrisa. De alivio y felicidad.

Mis ojos empezaron a llorar sin saber la razón.
Él sólo me abrazó y pensé, necesito más personas así en mi vida.

-Calmate por favor, ya me enteré todo. No te preguntaré nada. Sólo vine a comprobar que estabas bien-Dijo acariciando mi brazo.-Lo siento si te asusté Cinthia.-Siguió hablando algo avergonzado.

-No es eso, sólo. Jamás pensé necesitar así tus abrazos.-Dije tímida.

-Y por eso querías matarme... con... ¿un cepillo de dientes?.-Dijo sonriente. A lo que solté una pequeña carcajada sin fuerza.

-Tu me pegaste un maldito susto tonto. Sólo agarré lo primero que tuve a mi alcance.-

-Lo siento, golpee varias veces la puerta principal, nadie abrió y sabía que estarías aquí.-

-Lo sé, estoy sola en casa. Línda  familia.-Dije irónica.

El sólo sonrió de un lado sin más que decir.
El silencio incómodo abordaba la habitación. ¿Porque Elián? ¿Siempre debía ser yo la que hablase por los dos?
Cobarde.

Carraspee mi garganta y encendí el tv para hacer de esto lo menos aburrido posible. Divisaba de costado como Elián sacudida su cabello de un lado a otro.
Sonreí como boba mientras miraba al tímido chico.
No podía creer que hagamos los mismos estúpidos gestos al estar nerviosos. Quería abrasar sus bellos bíceps de la ternura que sentía en este momento hacia él.

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