6: El despertar

19.1K 2.2K 342
                                    

Cuando despierto definitivamente y me quito la sábana de encima, el aire vuelve a entrar a mi cuerpo. La tela enroscada me estaba estrangulando. Noto que ya no tengo puesto el vestido gris, sino la túnica de Hogwarts. Diffy está a un lado con una cinta métrica en la mano.

—¿Qué haces?

—Disculpe, señorita Leyla, Diffy sigue órdenes. Diffy debe tomar sus medidas para una túnica nueva. Diffy tuvo que vestirla así para comparar.

—¿Una túnica nueva?

—La ama ha mandado a Diffy a hacerlo. Dice que la señorita Leyla ha crecido y necesita algo nuevo para usar.

Miro hacia abajo y noto que la túnica está tal cual la usé el último día de clases,y no se siente para nada diferente. Supongo que esto es parte de los planes hormonales futuros de tía Cissy, que espera que termine tan redonda como la Dama Gorda de la entrada de Gryffindor.

—¿Y por qué no...?

La cabeza de tía Cissy aparece en el umbral, como de costumbre.

—Diffy, termina rápido con las mediciones.

—Sí, ama.

Diffy toma el metro y comienza a medir como loca mi cuerpo de arriba a abajo. Hasta toma medida de mis pies, que poco tienen que ver con el largo de una túnica.

—Leyla, ¿ya te sientes mejor? Estaba bastante preocupada por ti.

Su ropa y el bolso que lleva en la mano me llaman la atención.

—¿Se van a algún lado?

—Al Callejón Diagon. Pasó una semana desde que llegaron las cartas de Hogwarts y no queremos demorarnos más en comprar los materiales. Por eso le encargué a Diffy que tomara las medidas para comprarte una túnica nueva en lo de Madame Malkin. Pensamos que dormirías unos días más.Ahora debo armar tu bolso y revisar tu baúl y buscar tus zapatos de calle...

¿Revisar mi baúl?Nadie tiene que meter la mano allí dentro.

—Yo me puedo quedar aquí, Diffy ya casi terminó de medir.

—¿De verdad? Eso sería un alivio, realmente no teníamos planeado salir contigo.Entonces hasta mañana. O el día siguiente.

—Adiós. Tengan un buen viaje.

Diffy le da las anotaciones a mi tía y ambas se van. Me han dejado el desayuno al lado de la cama, y el hambre ya se despertó en mí. Cuando escucho que se han ido, comienzo a comer, aliviada de no tener que usar los polvos Flu tan poco tiempo después de haber salido de ese trance.Los dolores de cabeza han bajado, y no vuelvo a ver gente saliendo de lugares extraños, pero de todos modos reviso debajo de la cama.

Mientras estuve en mi extraño estado de inconsciencia por la impresión de la noticia, la lechucita no dejó de traer el diario. Debajo de los últimos ejemplares hay un sobre de una clase que jamás he visto, y tiene como remitente a la familia Weasley.


¡Hola, Leyla!

Soy Ginny,escribiendo en nombre de todos, porque todos estamos de acuerdo en que Ron tiene una letra muy fea.

Hay una leve tachadura sobre aquellas últimas palabras, como si Ron hubiera intervenido en la edición de la carta. Censura, más bien.

Esperamos que te haya gustado tu estadía con nosotros, aunque haya sido corta, y que tengas unos lindos días en la casa de tus tíos. Nosotros estamos muy contentos en Egipto, y ya recorrimos varias pirámides. ¿Has visto la foto en El Profeta?

Bill está muy contento de volver a vernos. Ron y Charlie me contaron sobre Norbert (ya sabes lo que es) y casi me sentí traicionada, ¡ya que tú no me habías dicho! De todas formas, Norbert está muy bien y MUY GRANDE.

Iremos al Caldero Chorreante en la última semana de vacaciones a comprar los materiales para el año y nos quedaremos allí hasta el 1 de septiembre. Esperamos que puedas venir con nosotros.

Muchos saludos,

Familia Weasley.


Debajo están las firmas de todos. Al ver la de George sonrío y paso mi dedo sobre la tinta, con cuidado, temerosa de borrarla por mi sudor. Tampoco quisiera que de repente un chorro de agua saliera de mi mano y mojara todo el papel. De todos modos, la climagia no está tan fuera de control como antes; creo que desde el fin de curso que no hago uso del poder.

Mi dedo sigue su nombre. George. ¿Qué es lo que pasa conmigo? ¿Por qué puedo pasar tanto tiempo pensando en él, a veces imaginando escenas... y nunca hablarle sinceramente? Todo es tan complicado. Tan difícil. Tan vergonzoso. No podría decir si me gusta o no. Solamente pienso en él y mi pecho vibra, siento mariposas volando bajo la piel, y hasta pareciera que una brisa acompaña. Quizás si use la climagia sin saberlo. Quizás el amor y la climagia son ambas una magia incierta que no puede describirse con palabras, y por eso jamás podré decir claramente qué sucede con George. Simplemente sucede.

¿Qué haría Hermione en mi lugar? Seguramente buscaría un libro sobre el tema.Pero, ¿qué tema es? ¿Conflictos de amor? ¿Mentes confusas? ¿Y se supone que algún libro puede hablar de eso?

Plan B: analizar el problema. El problema es que no entiendo lo que sucede entre George y yo. La manera de entenderlo para Hermione sería, a falta de libros,escribir una explicación.


¡Ya lo tengo! Haré de cuenta que le escribo a George. Será más fácil que hablarle a la cara, y quizás hasta sea algo legible. Y siempre se puede hacer un bollo al terminar. Saco papel y mojo la pluma en el tintero.


----

¡Qué nervios! Ahora mismo estoy con la carta. Espero poder terminarla y no arrepentirme de ello más de lo que se arrepentiría Leyla.


¡Deséenme suerte! Y dejen sus hermosos comentarios.

Leyla y el prisionero de Azkaban | (LEH #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora