Rebeka Lynch, era un fantasma para el resto de la galaxia, se empeñaba por hacer que eso siempre fuera así o eso era lo que creía porque iba de aquí allá causando problemas haciéndose notar. Tenía encima una profecía ya que su nombre había sido escr...
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Torre Stark, Manhattan, New York. EE.UU.
Después de todo lo que sucedió en el living, Stark me asigno una habitación en el mismo piso que los vengadores eso era una clara señal de algo, Fury lo había obligado. Era evidente que no le caía muy bien al magnate.
Tendría que decir que estoy feliz, cómoda y satisfecha pero sería mentira. No puedo decir que estoy en paz porque no puedo conciliar el sueño, las pesadillas vendrán y comenzare a gritar como loca y creo que ya han sido mucho por estos días. Muchas emociones juntas no son buenas en ningún sentido.
Dar vueltas en una enorme cama, sola y fría, no es la mejor sensación del mundo, necesito a Fueguito.
A la mañana siguiente con pesadez y todo tuve que levantarme, no podía quedarme de holgazana en la cama, sin hacer nada y esperar a que hubiera algo interesante que hacer. Además tenía que acomodarme en la torre porque según instrucciones de Parches, este sería mi nuevo hogar.
Tendría que acostumbrarme a ver a Capitán estrellitas todos los días.
Si Fueguito estuviera aquí tal vez estaría emocionadísimo de estar en la Torre Stark sin estar escondido, no me mal entiendan, hemos estado aquí miles de veces pero él necesita hacerlo de la mejor manera. No podía salir en una bata de rata de laboratorio y andar por ahí como si fuera lo más normal de mundo y que era el último grito de la moda, porque si me viera alguien así daría enserio un gran grito.
Como yo lo di cuando me levante y vi mi reflejo en el espejo del baño, ojerosa, amarilla y con la bata.
Tuve que caminar cautelosamente por el gran pasillo muy iluminado y de muchas puertas, supuse que esas eran las habitaciones de los otros vengadores y que no podía ponerme a abrir cualquiera en busca de María.
- Ahora que voy a hacer... –de repente una puerta se abrió y dejo a la vista a una rubio recién bañado por lo visto.
Thor abrió los ojos de la impresión de verme frente a su habitación.
- ¿Pasa algo, Becky? –moví la cabeza en forma de negación y él sonrió de lado.
- Busco a alguien... –alzo las cejas y modo de que lo hiciera entender- Bueno a María, si no te has dado de cuenta, estoy en solo una bata, por cierto, ¿porque siempre me quitan la ropa sin mi permiso?
Él soltó una carcajada.- Becky, la habitación de María es la de al fondo –dijo señalando la puerta atrás.
Me encogí en hombros y sonreí.- Gracias... –dije dudosa.
- De acuerdo, pequeña.
¿Me estaba llamando pequeña? Vaya, eso es nuevo. Esperaba de Thor Odinson un interrogatorio al estilo asgardiano.
Dicho eso, me di media vuelta y camine hacia la habitación de María que no estaba muy lejos de la mía, que torpe. Golpee la puerta y del otro lado se escuchó un pase, abrí la puerta lentamente y encontré a María acomodando sus cosas en el armario de la pared.
