Rebeka Lynch, era un fantasma para el resto de la galaxia, se empeñaba por hacer que eso siempre fuera así o eso era lo que creía porque iba de aquí allá causando problemas haciéndose notar. Tenía encima una profecía ya que su nombre había sido escr...
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Todo parecía una paradoja pero por fin lo había comprendido, era la portadora de un arma que podría acabar con el poder de el linaje asgardiano, cuando inconscientemente era la hija de uno, el Dios de las mentiras, Loki. Era algo difícil de entender pero al fin lo había hecho.
Así como también había comprendido que aquella bestia que me decía cosas horribles, era Hela, primogénita de Odín. Si, había ido en una visita rápida a Asgard, tenía cosas que aclarar y la única persona que podría hacerlo era mi abuela, Frigga. Ella me conto todo lo que ocurrió con Hela y porque Odín la desterró, razón por la cual, Hela estaba tan deseosa que reconstruyera la mata dioses, sería su brecha abierta para salir de nuevo si Odín moría, es decir, si yo lo asesinaba.
Como conclusión teníamos que estaba en medio de la espada y la pared, sino hacia algo rápido con la profecía que había marcado toda mi vida, cosas mala pasarían. Si no le daba lo que quería a la mata dioses, seguiría sufriendo, mi mente colapsaría y me convertiría en una bestia si seguía escuchando a Hela pero, no podía darle lo que quería a la mata dioses, no podía asesinar a una persona noble y pura, así como tampoco podía asesinar a Thor.
Mientras siguiera siendo la portadora, Hela seguiría estando en mi cabeza.
Mientras siguiera estando viva, la profecía se cumpliría y devastaría la tierra.
Mire mi reflejo en el espejo del tocador y seque mi cabello, la torre estaba en un silencio tan sepulcral que se podía escuchar cualquier cosa, desde el sonido del elevador hasta el sonido de la calefacción.
Nat, Bruce, Clint y Thor estaba en la sala de conferencia planeando algo para rescatar a Steve y detener a Gita, enviada de Thanos. Pepper junto con Dean estaban en un lugar seguro lejos de cualquier peligro y yo, estaba pasando por un estado de transición, mi cuerpo estaba presentado estados pasmódicos de poder, es decir, estaba sucediendo.
Una lágrima traicionera recorrió mi mejilla y me senté en borde de la cama a repasar mentalmente lo que estaba ocurriendo actualmente. Hasta que la puerta se abrió mostrando a un apenado Bruce, limpie mi mejilla y le sonreí.
- Becky, ¿podemos hablar? –pidió entrando.
- Por supuesto.
Palmee el colchón y él se sentó, luego de unos segundo hablo.
- Creo que ya sabes lo que está ocurriendo con Gita y su deseo y dejar indefensa la tierra –asentí.- además del hecho que hay una profecía y por otro lado un arma mata dioses.
- Si, lo sé, Bruce.
- ¿Recuerdas cuando me enviaste esa foto de las inscripciones que tenía el martillo de Thor? Pues descubrí que decía, tengo un plan pero no sé si pueda salir bien porque alguien tendrá que sacrificarse.
Asentí entendiendo su punto.- la portadora, semidiosa y destructora de la tierra... yo.
Sus ojos se cristalizaron y sin esperarlo más, nos enfundamos en un abrazo.
Le susurro algo al oído y él asiente, nos separamos y en sus mejillas están recorriendo algunas lágrimas. Las limpio y le vuelvo a sonreír.
- Prométeme que nadie más saldrá herido de esto –pide.
- Nadie más...
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