Aparecí a las afueras de una gran mansión en Miami, me empecé a mover sigilosamente si hacer mucho ruido.
Estaba anocheciendo y solo me había comido un trozo de pollo, después de que viera a que la visión se hiciera realidad y que fuera todo un dejavu, no me entraron mucho las ganas de comer. Me acerque a un guardia que estaba de espaldas y puse mis manos alrededor de su cabeza, las auroras verdes viajaron hasta allí y el hombre cayó al suelo sin hacer mucho ruido. Lo agarre de las piernas y lo arrastre hasta esconderlo detrás de un arbusto, agarre su arma, me la tercie al hombro y comencé a correr. En la entrada habían tres guardias uno a las tres, otro a las doce y otro a las nueve, si no entienden muy bien lo que digo, es como un reloj.
Saque un silenciador de mi mochila y lo puse en mi G18, les dispare a los tres en menos en un minuto. Me adentre en la mansión que estaba oscura y fácilmente identifique las escaleras en forma de caracol. Lentamente las fui subiendo encontrándome con dos guardias más que fueron derribados con dos balas en sus cráneos.
En la segunda planta no se escuchaba nada, así que seguía hasta la tercera donde la segunda puerta a la derecha se escuchaba voces y en el borde una luz iluminando.
Silenciosamente me acerque a la puerta blanca y puse mi palma sobre esta, las imágenes viajaron por mi mente, mostrándome quienes estaba allí.
Tome el picaporte y lentamente lo fue girando, ya cuando la puerta estaba sin ningún seguro, entre y allí estaba ella, la esposa del socio acostando a una pequeña de grandes ojos cafés, las miradas de ambas recayeron sobre mí y no tuve otra elección que apuntarles a ambas.
- ¿Qué qui-eres? –pregunto la mujer temblorosa. Alzando las manos.- no le haga daño a ella por favor.
- Busco algo más importante... –dije con la mirada fría fija en la pequeña que me miraba asustada.
- Por favor no...
Le dispare. Ella tenía que entender y sentir el mismo dolor que yo sentí cuando toda mi aldea ardía en llamas por las bombas incendiarias que ellos mismos enviaron, Atlas, el cual era culpable de todo.
Ellos eran culpables al igual que atlas de las muertes de esas personas.
La mujer cayó encima de la pequeña y esta empezó a llorar.
- ¿Mami...? –susurro.
Sin ninguna emoción presente, salí de allí y fui a la cuarta planta donde estaba la oficina del socio. Sin ninguna precaución entre dando grandes zancadas hasta él que ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia.
- Mi amor, ya te dije que... –el hombre alzo la vista de la computadora y me miro por primera vez.- ¡Tu! ¿Dónde está mi familia?
El hombre trato de levantarse pero lo apunte y se quedó quieto.
- Tú sabes lo que quiero...
- No tengo esa información... –respondio alzando las manos asustado.- Por favor déjame ver a mi pequeña.
- Ella está bien, dentro de poco la veras... quítate –ordene señalándole otro lado para que se alejara de la computadora.
Me senté frente al gran escritorio, mientras el hombre seguía en el suelo arrodillado y con las manos detrás de la nuca.
Comencé a buscar en los archivos del hombre todo lo relacionado con La Manticore. Un virus tan letal que podía borrar a la mitad de la civilización si no tienes la cura para eso. Saque mi esfera informática y la conecte a la computadora, adsorbiendo toda información de esta. Cuando ya estaba todo en mi posesión, la saque rápidamente y apunte directo a la puerta.
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El guardia apareció y antes de que apuntara ya le había disparado pero rápidamente más guardias fueron entrando ocupando su lugar.
- Green Demon, baje las armas y entregase –sonríe de lado y ellos se tornaron nerviosos.
Antes de que ellos lo esperaran agarre rápidamente el arma que le había quitado al otro sujeto y comencé a dispararles. Las balas iban impactando en sus pechos y cabezas y ellos iban cayendo al suelo ocasionando un charco de sangre en este.
Uno que fue más ágil que yo pero no tanto, lanzó una granada. Rápidamente me gire y corrí pocos pasos para llegar a la gran ventana, atravesándola y cayendo al vacío de la casa.
Al romper la ventana me gane unos rasguños de unos vidrios y mientras iba cayendo una bala impacto en mi pantorrilla izquierda, en el aire me gire y le dispare al hombre que estaba en el borde de la ventana rota.
Y caí, sin antes esperarlo tuve romper más vidrios del techo de un lugar que no tengo ni la mayor idea. Algo aturdida por el golpe, empecé a tratar de levantarme o de sentarme por lo menos, la cabeza me daba vuelvas y sentía palpitaciones en el lado derecho de mi sien.
Algo caliente iba cayendo sobre mi ojo derecho dejando algo imposible la vista. Me senté sobre los vidrios rotos y sentí el peso del impacto, mi hombro derecho dolía y creo que hasta me rompí unas cuantas costillas.
Jadeaba por el dolor porque era enorme. Con la ayuda de mi único brazo bueno, el izquierdo, empecé a ponerme de pie y recoger mis armas. Escuchaba los ruidos que hacían los guardias bajando y dando órdenes pero no me importaba ya había conseguido lo que quería y unos golpes más.
Tratar de correr era una tortura sumándome el disparo en mi pantorrilla, era una verdadera tortura. El sol comenzaba ocultarse y más guardias iban llegando, entre jadeos y sangre fui saliendo de los destrozos al aire libre, un poco adolorida y todo, me teletransporte, apareciendo de caída en el living de la Torre Avengers, si, los efectos de que esté perdiendo sangre.
- ¡¿QUE DEMONIOS?! –grito Barton al escuchar el golpe que me di al caer en el suelo. Él se acercó rápidamente a mí para ayudarme a parar.- ¿Qué te ha pasado?
- Daba un paseo –respondí entre jadeos.
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Green Demon: REPUTATION Ϟ STEVE ROGERS/CAPITAN AMERICA.
FanfictionRebeka Lynch, era un fantasma para el resto de la galaxia, se empeñaba por hacer que eso siempre fuera así o eso era lo que creía porque iba de aquí allá causando problemas haciéndose notar. Tenía encima una profecía ya que su nombre había sido escr...