Rebeka Lynch, era un fantasma para el resto de la galaxia, se empeñaba por hacer que eso siempre fuera así o eso era lo que creía porque iba de aquí allá causando problemas haciéndose notar. Tenía encima una profecía ya que su nombre había sido escr...
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Torre Avengers, New York, Manhattan. EE.UU.
Estaba desde hace rato golpeando a un maniquí de boxeo, no dejaba de golpearlo con todas mis fuerzas, el muñeco se movía de lado a lado, sabía que él no tenía la culpa de mi mal genio pero era el que tenía que aguantarlo. En un momento de tantos golpes me canse y le di mal, lastimándome el brazo.
- No le pegues como si te hubiera hecho algo... –murmuro alguien atrás. De por sí sabía quién era, el honorable Capitán América estaba detrás mío.
- Créeme que si fuera el que me hizo algo, ya no tendría espuma... -respondí quitándome los guantes.- además ya le gane... como unas 15 veces –me encogí en hombros inocente.
Steve soltó una risita.
- Te tenemos un reto –interrumpió Nat.- a que no le puedes ganas a Barton en tiro con arco.
Sonreí con malicia. Oh, no saben con quién se está metiendo.- más le vale a Hawkeye, tener bien puesto ese arco.
Acepte el reto y los seguí hasta el circuito de tiro con arco. Nat configuro el circuito, mientras yo arreglaba un arco y agarraba un carcaj de flechas. Los números en una pantalla comenzaron a contarse para atrás.
5.
4.
3.
2.
1.
Apenas solio un oponente Barton se me adelanto.- ey ese era mío –me queje.
- A la próxima se más rápida, Green –lo mire con indagación.
- ¡Así! pues veamos quien puede más, abuelo.
Prepare mi próxima flecha y apunte, apenas salieron 3 directo hacia mí. Rápidamente hice que otras dos flechas se colocaran en posición y dispare, los oponente se hicieron cuadritos desvaneciéndose así. Le gane otros dos a Barton y recibí sus gruñidos porque se los ganaba, después se puso más difícil, el suelo comenzó a moverse y salieron obstáculos. Lo mire sonriente y rápidamente me subí en un obstáculo para tener mejor vista. Los oponentes comenzaron a salir como hormigas y les dispare a más de la mitad. Al escuchar maldecir a Barton, lo vi queriéndose subir a un obstáculo, bueno se quería subir donde yo estaba. Le tendí la mano, por un momento me miro desconfiado pero después la acepto y subió a mi lado. Seguían saliendo como hormigas y con Barton mi lado pudimos hacerlos trisas.
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