Rebeka Lynch, era un fantasma para el resto de la galaxia, se empeñaba por hacer que eso siempre fuera así o eso era lo que creía porque iba de aquí allá causando problemas haciéndose notar. Tenía encima una profecía ya que su nombre había sido escr...
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- ¡STEVE! –grite a todo pulmón su nombre. Lo mire aguantando la respiración sintiendo como las cadenas de la chica se apretaba cada vez más a mi abdomen haciéndome daño.
Él me miro con la boca abierta y comenzó a correr en mi dirección, se sintió realmente como si todo pasara en cámara lenta, él corría en mi dirección con la intención de salvarme y yo sabía en el fondo que era imposible, nadie podía salvarme.
Auroras verdes comenzaron a rodearme y le regale una sonrisa melancólica antes de desaparecer tras humo verde.
Horas antes.
Ya todos estábamos montados en el quinjet solo faltaba que Barton cerrara la compuerta y emprender nuestra travesía en el rescate de Stark. Me senté junto a Nat, ganándome una mirada extrañada de Steve, sabía a leguas que esperaba que me sentara a su lado y comenzamos a charlar como unos malditos enamorados, emanando a amor al resto del mundo y planeando nuestra vida juntos.
No lo iba a hacer. Quería hacerlo sufrir, soy malvada ese es mi trabajo.
Solté una risita tonta por mis pensamientos extraños y Nat me miro como si estuviera loca.
- ¿Qué pasa con ustedes dos, eh? –pregunto en susurros mientras me golpeaba con el codo.
- Nada... –respondí normal.- no sé porque piensas que pasa algo, paranoica.
La mire como si fuera un bicho raro, obviamente para hacerla creer que estaba loca y que no había nada, cuando todo el mundo sabía que pasaba algo.
- Rebeka... –me llamo.
- Natasha... –respondí mirándola con una mirada tierna.
Ella movió su hermoso cabello; que estaba un poco largo y lo tenía liso; a un lado y me miro entrecerrando los ojos.
- Si dejas de hacerme preguntas te doy una glock bañada en oro –oferte moviendo las cejas.
- Trato –me estrecho la mano.
El resto del camino estuvimos hablando sobre cosas sin sentido y demás. En ese tiempo no mire a Steve, sabía que estaba carcomiéndose por dentro porque no le prestaba ni una pizca de atención pero como ya dije, estaba haciéndolo sufrir.
Después, Barton nos avisó que ya estábamos por llegar, trazamos un plan para rescatar a Stark y Barton aterrizo delicadamente.
- Ya saben, hay que traer de vuelta a Stark vivo.
Interrumpí a Thor.- O muerto... la segunda me agrada más.
Aunque no era cierto, el idiota me agradaba.
Todos cogieron sus equipos y bajamos del quinjet. Bruce se quedaría aquí, a la espera de un código verde para salir a ayudarnos, en mi interior deseaba de todo corazón que su ayuda no llegara a necesitarse porque tenía un mal presentimiento y probablemente no habría alguien después para devolverlo a su forma natural.
