Everyday with you is like a song. [Terminada]

38. Someone else

Después de unos segundos regresó a mis labios capturándolos con fiereza, jamás creí que todo esto se sintiera tan bien pero deseaba más, quería más, necesitaba más de él, no sólo sus labios.

Me apegó un poco más a él, pasó sus manos hacia mi espalda en donde buscó rápidamente la cinta que ataba la parte de arriba del bañador, la comenzó a desatar despacio hasta que logré sentir sus manos sobre mi espalda ahora desnuda, la parte de adelante estaba en su lugar gracias a que su pecho y el mío estaban muy juntos. Mis labios solo lograban seguir el ritmo de los suyos.

Cuando era más joven prometí que esperaría al hombre correcto, esperaría hasta el matrimonio pero... Sinceramente, creo que Joe es la persona que siempre esperé en mi vida, sé que llevamos poco y aún así no tengo duda alguna que es él el indicado. No es porque sea famoso y pueda sacar ventaja, no es sólo porque sea guapo, es simplemente que logró enamorarme de tal manera en la que se me hace imposible no entregarme totalmente a él, aunque debo admitir que me aterra la idea.

Rodeé aún más con mis piernas su cintura y mis brazos hicieron lo mismo en su cuello, mis manos pasaron hacia su cabello mojado, justo como había deseado hacerlo desde hace bastante tiempo. Lo hice, se sentía tan bien.

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Pov. Joseph

Su piel era tan suave, mis manos no podían dejar de tocarla, necesitaba recorrer todo su cuerpo, podía sentir que con cada caricia lograba erizar su piel, mientras que ella con sus caricias tenía el mismo efecto sobre mí o quizás aún más.

Dejé de besarla, recorrí con mis labios su cuello, sus hombros, hasta llegar al inicio de sus pechos aún cubiertos por aquella tela. Pude observar cómo su respiración se intensificó, su pecho subía y bajaba, y entonces caí en cuenta... ¿Acaso sería el primer hombre con el que estaría? <<no puedo comportarme como un patán>> pensé, ¡no podía hacerlo! No con ella.

-¿______? –la miré, sus labios estaban rojos y un poco hinchados, sus mejillas un tanto rosadas, se veía preciosa.

-¿Qué pasa? –me miró un tanto avergonzada.

-Tu... Yo...-<<reacciona idiota>>- ¿habías estado con alguien más antes? –sus ojos se abrieron un poco y pude observar cómo buscaba las palabras para hablar, ¿acaso diría que si?

-No...-dijo con sus mejillas sonrojadas bajando su mirada. Dios, ¿qué hice para tener a una chica como ella?

-Princesa...-levanté un poco su mentón.- mírame.. No tienes porque avergonzarte...

-Has estado con un montón de chicas experimentadas....

-Pero ninguna como tú, ninguna.... –besé sus labios.- ¿quieres cont...-no me dejó terminar.

-Si...-me besó, beso al cual no me pude resistir, mis manos de nuevo viajaron desde su espalda hasta su cintura.

Varios minutos después salimos de la piscina, la cargué y nos dirigimos a la habitación, podrían decir que era un enfermo pero... Sus besos eran demasiado adictivos, necesitaba cada vez más de ella. Al llegar la recosté con cuidado sobre la cama y la miré, era la chica más perfecta del universo, me posicioné sobre ella con cuidado y volví a besar su cuello para bajar por fin al comienzo de sus pechos, por fin quitaría esa maldita tela que estorbaba tanto.

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Había amanecido, y una vez más al voltear estaba mi chica, la más bonita, entre mis brazos, no podía creer aún que ahora si era completamente mía, me sentía tan afortunado, había sido una noche verdaderamente increíble. Ella aún estaba dormida, seguro estaba aún algo cansada, también lo estaba pero... De verdad la felicidad abundaba en mi.