8. Kleptomaniac

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Joe, digo Joseph, se fue hace dos semanas, es increíble la forma en la que puedo extrañar a ese tonto, aunque nos seguimos viendo cada que puede viene a visitarme o los domingos pasa por mi para ir a la iglesia, no es muy malo después de todo, regresó a vivir a su departamento pero la señora Denise esta bastante al pendiente de él, así que no me preocupo mucho.

-¿Ya no vendrá el chico hermoso que traías? -me dijo Gisell, compañera de la clase de baile.

-No. -dije mientras calentaba.

-Es una lástima, ya no veremos a esa hermosura de hombre por aquí.

¿Podrían bajar sus niveles hormonales? Estaba harta de escucharlas.

-Sí, una lástima. -dije terminando.

-¿De verdad no salían? -preguntó.

-No, sólo es un amigo.

-¿Listos chicos? -preguntó alto la profesora Kaunis.- último ensayo, ¡mañana es el gran día!.

¿Gran día? Sí, concursaríamos en un tipo bar de la ciudad en donde sólo es baile, baile y más baile. Y nosotros bailaríamos salsa.

-Es todo por hoy, descansen todo lo posible, los espero mañana a las 20:00 en el bar, ¿de acuerdo? -tomó una toalla y secó su sudor.- _______, linda, deberías invitar a Adam, sería un honor que él nos viera.

-Trataré de hacerlo, señorita Kaunis.

-Excelente. -se dio la vuelta sin antes darme una sonrisa e irse.

Al parecer todas las chicas y mi profesora se habían enamorado de "Adam", Joseph para mí, pero si el chico ni siquiera era tan encantador como se imaginan, deberían escucharlo en nuestros concursos de eructos, seguro pensarían que es asqueroso.

Llegué a casa y lo primero que hice fue tirarme en el sofá.

[Flashback]

-¡Joseph no me abraces! ¡POR FAVOR!

-Tu necesitas amor, mi dulce y espantosa amiga.

-¡No! -trataba de empujarlo pero era imposible.- ¡Apestas y estás muy sudado!

-Bueno, déjame decirte que tu no hueles a rosas. -me embarraba su sudor.

-Por lo menos huelo más decente que tú. -dije entre risas.

-Cállate y abrázame.

[Fin Flashback]

Al final terminé abrazándolo, juntamos nuestros olores y sudores. Es un tonto adorable. No quería admitirlo pero de verdad lo extraño, aquí.

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10:50 pm Mensaje recibido.

De: Joseph Oloroso

Dulces sueños, lo siento por no llamar hoy, se me presentó algo muy urgente. Te quiero boba.
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10:52 pm

Para: Joseph Oloroso

No te preocupes, descansa. Te quiero oloroso.

Dejé mi celular en la mesa de noche al lado de mi cama y me quedé mirando al techo con las luces apagadas.

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Pov. Joe

10:52pm

De: Mi boba favorita

No te preocupes, descansa. Te quiero oloroso.

No pude esconder mi sonrisa, "te quiero oloroso", sólo ella lo podría decir mejor, aunque no lo crean verdaderamente la extraño, sólo ella me sacaba una sonrisa en mis ratos depresivos.

-¿Se puede? -dijo Nicholas entrando a mi habitación.- ¿y esa sonrisa?

-Nada en especial, ¿acaso no puedo sonreír de vez en cuando? -dejé el celular aún lado.

-¡Claro! -sonrió e hizo una pausa.- Te buscan afuera...

-¿Tocaron el timbre?

-Sí.

-No lo escuché, ¿quién me busca?

-Será mejor que salgas y lo veas por ti mismo...

-__________? -dije con una sonrisa.

¿Pero que hacia ella aquí? No dejé que Nicholas terminara y salí casi corriendo al living. Cabellera larga, mechas californianas, alta, piernas torneadas, cintura de tentación, vestido y botines, sólo una persona usaría eso.

-¿Qué haces aquí, Blanda?

-Joe... -inmediatamente volteó al escuchar mi voz.- ¿dónde te metiste todo este tiempo? -me abrazó.

-Lejos de ti. -dijo sin responder a su abrazo.

-¿Lejos de mi? P-pero... ¿Porqué? -dijo confundida.

-¿Ya te olvidaste? Tu fuiste la culpable de mi adicción.

Ella se quedó callada pero sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

-Lo siento Joe, lo siento tanto. -comenzó a sollozar.- Yo no quería, pero me obligaron. -me volvió a abrazar.

-¿Obligaron? ¿Quiénes? -dije separándola de mi.

-Unos tipos y me amenazaron con matar a mis padres y a ti. ¡No podía hacer nada!

-¡Pudiste decírmelo!

No podía creer lo que me decía.

-Ni siquiera eso podía hacer, me espiaban las 24 horas. No quería que te pasara nada Joe, de verdad, jamás podría hacerte daño. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, lo más importante que tengo.

-Y tu eres lo mejor de la mía, te amé con locura, eras mi todo.-confesé.

-¿Te amé? ¿Eras? ¿Ya no lo haces?

Sí, aún muy en el fondo lo hacía, no iba a poder sacarla de mi vida tan fácil.

-Te amo, eres mi todo. -la acerqué de nuevo a mí.

-Y yo a ti, perdóname por favor, ya todo pasó, nadie me sigue, todos se fueron.

-¿Quiénes eran ellos? -la miré.

-Personas que querían acabar con tu carrera... -dijo bajo.

Negué y lo único que hice fue atraerla hacia mi para abrazarla y después besarla, esos labios me enloquecían, para mi era una cleptómana, había robado totalmente mi corazón, mi vida entera y eso al parecer le gustaba cada que veía esa sonrisa enorme en su cara, era hermosa...

Everyday with you is like a song. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora