Desayunar sola, trabajar encerrada en un apartamento en New York sólo por acabar tu maestría, bailar para desestrezarte, salir a dar una vuelta para tomar aire, era mi rutina de todos los días.
Acababa de llegar a New York, así que prácticamente no conocía a ninguna persona por ahí, sólo a mi asesor y al policía vigilante, ¿orgullosa? ¡Por supuesto! Por lo menos hablo con dos personas reales y dejo la computadora por un momento o dejo de hablar conmigo misma, interesante mi vida.
Caminaba tranquilamente por una de esas calles en donde todo es tranquilo y no pasa ni una sola persona por ahí, acababa de salir de Latin Grill, un restaurante latino delicioso, acababa de comer y estaba dispuesta a ir a mi apartamento, cuando vi a ese chico dando la espalda escondiendo algo, tenía que pasar por ahí desgraciadamente, quizá me asaltaría, genial, aunque no creo que le interesará mucho una vieja billetera con una credencial de la escuela vieja, o si?. Seguí caminando tratando de no mostrar temor. Pase a su lado y lo que pude escuchar habían sido sollozos, el chico tapaba su cara, se notaba desesperado, golpeó un par de veces la cerca llena de arbustos. Caminé un poco más rápido para alejarme de él, quizá estaba drogado o ebrio, no lo sé y tampoco me interesaba, seguí mi camino.
¿Se encontrará bien? ¿Y si algo le sucedió? ¿Y si necesita un abrazo? ¿Alguien quien lo ayude? ¡¿Y si murió alguien o mató a alguien?! Nononono,que haces _____, no te atrevas a regresar! Te puede hacer daño, basta, no regreses! ¡Deja de caminar!
Maldita sea, ¿porque siempre tengo que ser tan samaritana? -rodé mis ojos caminando en dirección al chico. Cuando llegué a él me acerqué con temor- ¿estás bien?
Él no dijo nada.
-Ok, entiendo, sólo quería ayudarte si tu lo deseabas, lo siento..-dije dando media vuelta regresando por mi camino.
-¡Espera! -se escuchaba desesperado, sus ojos estaban demasiado hinchados, se veía desorbitado, triste, jamás había visto a alguien así, bueno, lo hice, pero hace mucho tiempo.
-Tranquilo- me acerqué a él y lo único que hice fue abrazarlo, él inmediatamente correspondió el abrazo apretándome muy fuerte, sus sollozos se hicieron más fuertes.
-Ya no puedo más, ya no puedo con esto, es demasiado -sollozaba.
-Dios está contigo y con su ayuda todo es posible -susurré sin soltarlo. Sí, una buena chica cristiana soy.
-¡NO! EL ME ABANDONÓ! ME DEJÓ MORIR SOLO! -se separó de mi. Su nariz estaba demasiado roja, podía ver unas pequeñas pecas sobre ella, sus ojos claros, hermosos a decir verdad- ¿Qué? ¿Ya me reconociste, no? Ahora ve a contarle al mundo que Joe Jonas es drogadicto! VE, HAZLO! ¿QUE ESPERAS?
Dios santo, estaba anonadada, como no lo reconocí antes, abracé al chico del cual había sido fan bastantes años, wow, esperen...drogadicto, ¿qué?, ¿cómo es que había terminado así?, estaba shockeada.
-No dirás nada, sólo déjame en paz y vete. -Al parecer tenía cambios de estado de ánimo, aún más genial.
-No tienes porque hablarme así, sólo quería ayudarte, ni siquiera sabía quien eras..-me miró con sus ojos llorosos y me volvió a abrazar. No podía aventarlo por ser tan grosero eso era obvio, sólo lo abracé de nuevo.
-AYÚDAME POR FAVOR, AYÚDAME A ESCAPAR DE ESTO- lo dijo con desesperación-
¿Qué podría hacer en esos casos? 1. Dejarlo a su suerte y salir corriendo, 2.Pedirle su teléfono para llamar a algún conocido de el, 3. Llevarlo a mi apartamento.
-Te ayudaré a ir a tu casa..-dije mientras el me abrazaba aún más fuerte, quizá estaba drogado.
-¡No! -se separó de golpe y me miró de nuevo-si mi familia me encuentra no dejarán que nadie me ayude, lo necesito, ayúdame por favor, sácame de aquí -lo decía con más desesperación.
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Everyday with you is like a song. [Terminada]
FanfictionElla, una chica que llegó a una gran ciudad. New York. Ella, mi salvación. Ella, la de la hermosa sonrisa, llena de vida. Ella, la chica de la que me enamoré sin darme cuenta. --------- Él, no es un chico común. Él, el tonto que llegó a mi vida sin...