Perfecta
Dafne cerró el grifó y se enrolló en una toalla. Comenzó a pasar sus dedos por su pelo mojado, trataba de desenredarlo cuando escuchó como golpeaban la puerta y a Harry gritar diciendo "¡que ya voy!" Se podían escuchaban las risas de Harry y Louis desde la habitación de Harry, hablaban, Dafne los escuchaban aunque no los entendía. Se tomó con calma eso de poner ropa en su cuerpo. Buscó en el armario mientras decía cuál era la prenda adecuada para ella. Aunque era mentira, no buscaba la prenda adecuada, no lo hacía porque sabía que en aquel armario no la encontraría, pero buscabas in saber que buscaba lo hacía. Cuando termino su búsqueda se dio la vuelta y vio su móvil. Estaba sobre una de las dos mesillas a los lados de la cama. Se colocó la primera camiseta negra que había visto en el armario y fue hasta su móvil. No había llamadas ni mensajes, no habían notado su ausencia. Se puso un pantalón corto de esos de chanda que Harry usaba para correr y salió de la habitación. Su pelo mojado estaba suelto, caía por sus hombros mojando la camiseta negra de Harry.
Louis y Harry dejaron de hablar y miraron a La chica vestida con ropa del dueño de aquel piso. Louis le sonrió, Harry la miraba, solo la miraba. Daba igual, daba igual la situación, la ropa que lleva o la luz que le diera. Daba igual, ella estaba siempre preciosa.
—Ve a comer. — Le dijo Louis aun sonriéndole.
Dafne se sentó junto a Louis quedando entre dos cuerpos masculinos. La chica miraba a Harry, quien tenía media fajita en su mano derecha. Le dio un bocado y miró a la tele. Estaba encendida y al parecer el único que la miraba era él. La muchacha miró hacia la televisión, Football americano, eso veía Harry. Louis le entregó un bol con sopa diciendo que le sentaría bien, ella lo cogió regalándole una sonrisa. Cuando el partido terminó Harry dejó de mirar la televisión.
—Louis ¿sabías que Dafne quiere tener sexo contigo? Me lo dijo ayer.
Louis automáticamente miró a Dafne y esta a Harry quien tenía una guerra con su boca por no reír. Viendo que Harry siguió comiendo ignorando su mirada, miró a Louis quien la miraba esperando a que dijera algo.
—No, bueno si se lo dije pero...
—Sexo salvaje era lo que quería. —Añadió Harry desinteresado.
— ¡Harry!
Al escucharla sonrió y Louis supo que era un juego, que Harry quería jugar con la pequeña Dafne. Él también quiso jugar y jugó.
— ¿Por qué no me lo dijiste? Hubiéramos tenido sexo salvaje.
—Eras su segunda opción, primero lo intentó conmigo pero la rechacé.
Dafne se cruzó de brazos y apoyó su espalda en el sofá "no quiero tener sexo con ninguno de los dos" dijo antes de que Harry y Louis rompieran en carcajadas. No le gustaba ese juego en el que la había metido.
Le encantaba la risa de Harry, le gusta como sus ojos se achicaban como sus labios se apartaban para mostrar sus dientes, a Dafne le encantaba cuando Harry reina. Y a Harry le encantaba toda Dafne. Le gustaba que se enfadara como si fuese una niña pequeña. Su pelo suelto, amaba su pelo suelto como también su sonrisa. Es perfecta, Dafne era perfecta para Harry.
Cuando el juego en el que Harry y Louis la habían metido terminó, recordó que tenía que volver a casa y si podía ser antes de que su madre se diera cuenta de que no estaba allí.
—Debería irme a casa.
—Vale, te llevo. — Dijo Harry sin moverse del lugar.
—Puedo llevarla yo también tengo que irme. —Intervino Louis.
—Si ella quiere llévala tú.
Dafne le respondió con un "si" y una sonrisa. Ambos se fueron. Los ojos de Louis estaban cubiertos por unas gafas de sol mientras que conducía. Se empeñaba en hacer reír a Dafne, era experto en hacer reír a los demás. Eran aquellas ganas contagiosas de reír que tenía Louis lo que a Dafne más le gustaba de él. También le gustaba que la hiciera reír, le gustaba reír y no solía hacerlo mucho.
— ¿Sabes que eres la primera tía que sale de la cama de Harry sin que haber tenido sexo con él?— La chica agitó su cabeza sonriendo. — Pues lo eres. Y ¿sabes otra cosa?
— ¿Qué?
—Me caes muy bien. —Asintió mientras hablaba— Me gustas.
Louis paró su coche frente la casa de Dafne, los dos reían. Entre risas la muchacha bajó del vehículo y caminó hasta la puerta de la casa. Cuando la abrió dejó de reír como si le estuviera prohibido reír allí dentro.
Se cambió de ropa y fue hacia el despacho de su padre, él estaba allí. Su espalda daba con el respaldo la silla en la que permanecía sentado. Bebía café, café que aún estaba caliente. Cuando vio entrar a su hija dejó la taza en su escritorio de madera y la miró acercase a él. Ella saludó y él miró sus papeles. Esos papeles llenos de dibujos de futuros edificio y de remodelaciones de los que ya existía. Brap era arquitecto, le encantaba su trabajo y lo había realizado con entusiasmo hasta que murió la mayor de sus hijas, Valeria. Y es que aquel día perdió el entusiasmo por las cosas, la alegría y la ilusión. Aquel día perdió tantas cosas que no supo cual buscar y no buscó ninguna. Desde aquel día se torturaba, quería castigarse por un error que no fue suyo sino de su corazón.
— ¿Dónde has dormido?— Preguntó sin dejar de mirar sus dibujos.
—En casa de un amigo.
Decidió llamarlo así, por llamar a Harry de alguna manera. Su padre asintió, su hija estaba bien y eso era suficiente. Si estaba bien la daba igual si durmió en su cama o la de ese amigo suyo. No sería él quien la juzgara. Él no era juez, era arquitecto y los arquitectos no juzgan, esos son los jueces.
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Ella {EDITANDO}
FanfictionSu cuerpo se mueve ágil rodeado de la melodía desprendida de un piano, su corazón late en su pecho, sus recuerdos la queman y su dolor no la deja ser ella. Sus pies pisan la arena de la playa, en su pecho un corazón fío y seco, sus recuerdos abando...