Capítulo: 36

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Era real.


La música estaba alta, muy alta para los oídos de Dafne. Para Louis estaba en el nivel justo, para disfrutar de una noche de fiesta. Agarrados de la mano se metieron entre la multitud, Dafne no sabía a dónde se dirigía y Louis, lo estaba decidiendo por el camino.

La muchacha comenzaba a pensar que volver a casa no era tan mala idea, ya no se encontraría con la mujer severa. Estaba por decirle a su amigo que había cambiado de opinión que queria que la llevara a casa, pero un chico de unos veinte años se lo impido.

Era rubio, de ojos azules y músculos marcados. Por su apariencia física parecía ser una persona alegre, simpática y amigable.

Harry dejó con fuerza el pequeño vaso de cristal sobre la barra, le hizo una señal a la camarera y esta, frunciendo el ceño le llenó el vaso de tequila, nuevamente.

Aquella noche tras su combate ganado, cuando entró al lugar fue directo a la barra. No quiso los elogios a los que ya estaba acostumbrado. Aquella noche, no queria ser admirado cual héroe griego, ni adorado al igual que un dios del Olimpo.

Bebió el contenido del vaso de un solo trago, ya no le quemaba. La camarera de cabello largo, liso negro y recogido recibió una nueva señal de Harry. Con la botella en la mano, miró a Harry, luego al vaso y habló.

—Harry cariño, creo que has bebido demasiado por hoy.

Todos pensaron que celebraba su victoria, pero no era así, aquella noche, en aquel lugar él no celebraba nada, puede que tratara de castigarse por enamorarse de Dafne, porque se había enamorado y además lo había aceptado.

Miró con recelo a la camarera de pechos abundante, trato de recordad que tipo de relación tenia con ella, le había llamado por su nombre y le había dicho cariño de algo debían conocerse. Pero no la recordaba, ni a la relación que pudiera haber entre ella y él tampoco, y fue entonces cuando lo supo.

El rubio de ojos azules golpeó el hombro de Louis en forma de saludo, mientras le decía "te estaba buscando" Dafne no podía escucharlos, asique, sin soltarle la mano a Louis, se acercó un poco más a él, quedando medio escondida tras su espalda.

—Creo que deberías ver si Harry está bien. — Dijo el rubio. — Se ha metido en una pelea y no ha parado de beber desde que llegó.

—Eso no es raro. —Le contestó Louis encogiéndose de hombros.

Normalmente no era raro, pero esa noche si lo era. No porque bebiera en silencio, no porque no mirara a ninguna de las chicas del lugar deseoso de jugar con ellas en su cama. Era raro porque era el cuerpo de Harry pero no parecía Harry.

Tenía los ojos rojos, cada movimiento que realizaba con su cabeza, parecía hacer al lugar dar vueltas. Le costaba mantenerse en pie, por ello se apoyaba con los codos en la barra. Se veía incapaz de caminar, no le preocupaba pues, aunque no sabía cómo, sabía que acabaría en su piso.

—Tú y yo hemos follado ¿verdad?— La camarera asintió respondiendo a su pregunta. — ¿hace cuanto?

—No sé, unas semanas.

— ¿Dónde lo hicimos?

Preguntaba como si le interesaran las repuestas que le daba. Como si quisiera llenar su memoria con los recuerdos de de aquella noche de pecado, Pero le daba igual, todo lo que tuviera que ver con la camarera de pechos abundantes le daba igual.

—Sobre esta barra, me tocaba cerrar y quisiste acompañarme. — le dijo con una sonrisa picarona y acariciando el materia que formaba la barra.

— ¿Te besé?— Preguntó mientras acercaba sus labios a los de ella, quien asintió comida por el deseo. — ¿Te gustaría que lo volviera hacer?

Rozos sus labios y la camarera trató de besarlos, el deseo ya la poseía, el deseó por desnudarse para aquel dios, por dejarlo colocarse entre sus pierna, deseo por que entrara en ella sin piedad y con fuerza. Deseo por repetir aquella noche de pecado.

Pero Harry se alejó, no dejó que lo besara. ÉL no quería probar aquellos labios carnosos y brillantes por el brillo labial en ellos. Él quería los de Dafne, sin nada que los decorasen, solo sus labios.

—Nunca voy a volver a besarte, nunca voy a volver a tocarte. — le dijo que rudeza. — llena el vaso ¡ya!

La camarera saltó tras la barra al escuchar "ya" gritado. Dafne también saltó escondida tras la espalda de Louis. Ambos se habían quedado un paso detrás de Harry escuchando aquella interesante conversación.

—No le llenes el vaso dulzura. — Habló Louis.

Harry no se había molestado en mirar hacia el dueño de aquella voz, sabía quién era. La camarera se alejó de Harry y Louis se acercó, se colocó junto a su amigo, y dejó a Dafne, desprotegida, tras la espalda de Harry.

—Ya has bebido suficiente ¿Por qué no te tiras a alguna y te vas a casa?—Harry, al igual que Dafne, se sorprendió por aquellas palabras de Louis.

Harry giró su cabeza, para mirar a la persona que le hablaba, tuvo que cerrar los ojos, un pequeño mareo se hizo con él producto de la ingesta desenfrenada de alcohol.

—No me voy a tirar a nadie. — Arrastró las palabras, le costaba decirlas, a aquellas alturas todo le costaba.

—Vale, pues entonces. — Miró hacia Dafne detrás de su amigo. —darle las llaves de tu coche a Dafne y déjala que te lleve a casa.

Harry con el ceño fruncido miró hacia donde Louis ya lo hacía, tras él, y allí la vio. Vio a Dafne mordiéndose el labio nerviosa, jugando con sus manos y mirándolo insegura a sus ojos verdes. Insegura, a Harry no le gustaba cuando Dafne estaba insegura, como tampoco que estuviera nerviosa esperando a ver con el reaccionaria.

Pasó su mano derecha por el brazo izquierdo de Dafne, se detuvo en sus manos, las sujetó con suavidad y firmeza y tiró de ellas hacia él, hizo a Dafne avanzar y que quedara a unos centímetros de él.

Soltó sus manos y sujetó su cintura, se miraban a los ojos, ya no estaba insegura, besó su frente. Soltó a la chica pero no la alejó de él, ella tampoco lo hizo permaneció junto a él sin tocarlo. Harry miró a Louis, Dafne miraba a Harry.

— ¿Sales de fiesta con ella a mis espaldas?— Louis rió.

No le gustaba que nadie diferente a su él condujera su coche, golpearía a cualquier valiente que se atreviera a hacerlo, y así dejaría de ser tan valiente. Pero imaginarse a Dafne al volante de su vehículo no le enfadaba, le agradaba.

—Ella me llamó. — Ambos miraron a la chica.

—sí, lo llamé. —Habló encogiéndose de hombros.

— ¿Por qué?— le preguntó Harry.

—Le gusto más que tú. — dijo Louis sonriendo, ni Dafne ni Harry lo miraban, se estaban mirando entre ellos. — Bueno yo os dejo, porque veo que sobro. — siguieron ignorándolo. — ¡Que me voy!

—Adiós Louis. — dijeron Dafne y Harry a la vez mientras se miraban.

Louis se fue dejando salir del fondo de su garganta una gran carcajada. Dafne y Harry seguían mirándose. El alcohol seguía corriendo junto a la sangre de Harry, él lo sabía, y por ello hubo un momento en el pensó que Dafne no era real, que no estaba allí. Entonces ella acarició su mejilla, era real, estaba allí.




Ella {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora