Capítulo: 33

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Paró.

Las manos de Dafne tiraron con cuidado del pelo de Harry, y él paró de besar con fuerza los labios de la chica bajo él y de apretar su cadera mientras clavaba sus dedos. Ella no le pidió que parara cuando tiró ligueramente del pelo revuelto entre sus manos y susurró, contrabajo, el nombre del dios griego.

Pero Harry paró y se alejó de ella, miró sus ojos, no vio el deseo que había en ellos y se alejó más de Dafne. Se puso de pie juntó al sofá, ella se sentó mirando al que la miraba. Harry gritó fracturado mientras tiraba de su despeinado cabello.

La tenía ahí, dispuesta a complacerlo, podría haber hecho con ella todo lo que quisiera, y quería hacerle muchas cosas, pero se alejó de ella, no le hizo nada y ninguno entendía por qué.

La puerta comenzó a ser golpeada, ambos miraron hasta ella, para luego mirarse entre ellos. Harry fue abrir la puerta mientras Dafne cogió su camiseta del suelo y se la colocó sobre su cuerpo.

Louis miró el torso desnudo de Harry, sus labios más rojos de lo normal y su pelo despeinado. Frunció el ceño mientras le daba una mirada de desaprobación.

— ¿A quién coño te estás tirando ahora?— le dijo mientras empujaba a su amigo para entrar en el piso, allí encontró a Dafne recogiendo sus apuntes. — ¿Dafne?— se giró para encontrar a Harry— ¿te estabas tirando a Dafne? Bueno si es ella sigue...

—Llévala a casa. — habló Harry serió y Dafne miró sus pies.

— ¿Qué...— intentó hablar Louis.

— ¡Que la lleves a casa!—Harry gritó con toda la fuerza que sus pulmones y garganta le permitieron.

Una lágrima cayó del ojo derecho de Dafne y se resbaló por su rostro. La secó con su manó se colgó su bolso negro y fue hasta Louis. Colocó sus manos en uno de los brazos de Louis, este la miró y se soltó del agarre de la chica para ponerle el brazo sobre los hombros.

—Llévame a casa, por favor. — le pidió en un susurro.

Louis le asintió y la llevó hasta la puerta. "ve bajando" le dijo al abrirle la puerta, y ella le obedeció. Vio las puertas del ascensor cerrarse con ella dentro y se giró hacia Harry enfadado.

— ¿Qué coño le has hecho? — dijo gritando.

Harry no contestó. Al escuchar esas palabras y al darse cuenta que ella no estaba entre sus brazos, se volvió el monstruo que ya alguna vez había sido. Comenzó a tirar cosas contra el suelo, rompiendo todo sin impórtale que fuera.

Louis lo miraba sabía que en aquella condiciones, acercarse a él o hablarle podría ser su muerte, asi que se quedó junto la puerta a la espera de que Harry volviera a ser él.

Cuando se quedó sin cosas que romper comenzó a golpear la pared, sus manos sangraban, ardían y el daba con más fuerza. Quería castigarse, ya no era un monstro, ahora era Harry castigándose por lo que hizo y por lo que no hizo. "Harry" Susurró Louis, pero no lo escuchó.

Cerró los ojos con fuerzas y vio a Dafne reír. Su risa tan perfecta como toda ella. La ira se fue, solo quedó el dolor, la confusión y la opresión en su pecho. Las lagrimas caían de sus ojos, su espalda chocó con la pared manchada de su sangre. La arrastró por esta hasta acabar sentado en el suelo.

Sus rodillas estaban dobladas, sus brazos sobre ellas, y sobre sus brazos su cara mojada por sus lagrimas. Fue entonces cuando Louis se acercó a él. Se atrevió a sentarse junto a él y a hablarle.

— ¿Mejor?— Harry levantó su cabeza y miró a Louis.

—Llévala a casa y asegúrate de que está bien.

Louis salió a la calle y se la encontró apoyada en su coche, la metió en su pecho y luego, cuando entraron en su vehículo, comenzó a conducir hacia la casa donde la muchacha vivía.

— ¿Qué ha pasado?— Le preguntó Louis,

—No estoy segura. — le contestó ella.

Harry se puso la camiseta que encontró en el suelo tirada y salió de su piso cerrando la puerta con un portazo.

Comenzó a golpear la puerta de aquel pequeño departamento. No fue Natalia quien abrió, fue su compañera de piso, una rubia de pelo corto, rubio y ondulado. Tenía los pechos firmes y el culo perfecto.

"Natalia no está" le dijo la rubia de culo perfecto cuando Harry le preguntó por la pelirroja. La agarró por la cintura y la acercó a su cuerpo "me sirves tu" le dijo mientras que la levantaba del suelo. No la conocía pero le servía, y a ella le encantaba ese hecho.

Dafne se sentó frente al cuadro que hizo de Harry, sus ojos ¿Qué tendrían sus ojos?

Corrió hacia la puerta y tenía la intención de seguir corriendo hasta llegar al instituto, pero chocó con el cuerpo de Harry, este la sujetó evitando que cayera a sus pies. Con los pelos en su cara, miró los ojos de Harry.

El ser semejante a un dios griego quitó una de sus manos de la cintura de la chica para llevarla a su rostro y apartarle el pelo de la cara, quería ver su rostro, la quería entre sus brazos.

Se miraron sin decirse palabra alguna, las manos de Dafne sobre la camiseta blanca de manga corta de Harry, la mano que abandonó la cintura de Dafne de vuelta a ella.

—Lo siento. —susurró Harry.

— ¿Qué haces aquí?— preguntó Dafne mientras se alejaba del que la sujetaba.

—He venido a recogerte para llevarte al instituto.

Dafne iba a decirle que no era necesario, Harry lo sabía. Pero iba tarde, necesitaba que la llevara asi que caminó hacia el coche. Harry suspiró y la siguió. La muchacha tenía la intención de ir en silencio todo el camino, Harry no.

Él queria decir todo aquello que no sabía que queria decir. Que Dafne se sintiera pequeña e insegura en el asiento de su coche no le gustaba, le gustaba su sonrisa, le gustaba su risa. Y no sonreía, no reía.

—Dafne. — ella no dejó de mirar sus manos para mirarlo a él. — Siento lo que pasó ayer, yo simplemente no queria hacerte daño. Sé que ahora mismo no me tienes mucho aprecio, tienes razones para odiarme. — Dejó de mirar sus manos para mirarlo a él. —pero no lo hagas, por favor.

—No te odio, solo ¿podrías explicarme que pasó ayer? ¿Qué hice?— la miró fugazmente.

—Nada, no hiciste nada.

El vehículo negro entró en el aparcamiento del instituto, y en cuanto el motor dejó de rugir Dafne salió de el y comenzó a caminar a paso rápido hacia el interior de edificio. Harry la siguió gritando su nombre.

A ninguno de los dos le importo que todo ser viviente en ese pasillo estuviera mirándolos. Ella siguió huyendo y el persiguiéndolo mientras la llamaba a gritos.

— ¡Pasó que te quiero!

Dafne dejó de caminar, muy despacio se giró y quedó frente a Harry. Él se acercó a ella, cogió su rostro y comenzó acariciarlo con sus pulgares. Acercó sus labios a la frente Dafne "te quiero" susurró en su frente y la besó.

—Ya te lo dije Dafne, te quiero. — dijo aún sujetándole el rostro y mirándola a los ojos.

—Te quiero. — Le dijo ella y se abrazó a Harry.

Harry suspiró con ella entre sus brazos, la queria allí para siempre, pero tenían clase y ella quería ir a clase, asique la dejó ir. El miedo se fue del cuerpo de Harry, su corazón volvía a latir, su existencia volvía a tener sentido, Dafne le seguía queriendo, y él tenía suficiente con eso para seguir viviendo.


Ella {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora