Capítulo: 18

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La comida

Lourdes fue hacia la puerta principal cuando el timbre sonó. Ya sonreía cuando aún no abrió la puerta y continúo haciéndolo cuando la abrió para que entraran su hijo y su nieta. Brap excusó a Minerva diciendo que no había podido ir por que tenía trabajo. Y se fue al salón. Los tres allí presentes sabían que si la mujer severa no estaba allí no era por su trabajo. Brap ni si quiera sabía si estaba trabajando o no pero lo que si sabía era que la invitación de su madre no era para tres, sino para dos. Aunque la invitación hubiera sido para tres, él no le hubiera dicho nada a la mujer severa. Prefería callar ante ella.

Lourdes susurró un "No pasa nada tesoro" y tras ver a su hijo desaparecer caminó a la cocina seguida de su nieta. Siguió con lo que estaba haciendo antes de que el timbre sonara; aliñar la ensalada. Dafne se sentó en uno de los taburetes mientras la miraba.

— ¿Cómo está tu padre?

—Como siempre, supongo.

— ¿Y qué hay de ti? ¿Todo bien?

—Sí, todo bien—Contestó Dafne mirando hacia su regazo.

La mujer de pelo platino dejó la ensalada a un lado y se dedicó a mirar a la muchacha frente a ella. No se perdía detalle de su rostro. Se dio cuenta de la sonrisa traviesa en sus labios y de sus mejillas rosadas.

— ¿De quién se trata?— Dafne levantó la cabeza y se encontró con la mirada curiosa de su abuela. — Hay un chico ¿no?

—No, bueno tal vez, no lo sé.

Brap apareció por la cocina, cogió una copa y la llenó de vino tinto. Solo bebía vino cuando comía en casa de su madre. Preguntó si iba poniendo la mesa y al escuchar el amable si de su madre comenzó a sacar los utensilios que se llevó al comedor. Dafne y Lourdes se habían vueltos a quedar solas. La mujer del delantal fue al horno y miró con cuidado lo que se cocinaba dentro. Estaba listo, el pollo estaba listo y comenzó a ponerse esas enormes manoplas que evitarían que se quemara su piel.

— ¿Sabes cómo supe que estaba enamorada de tu abuelo?— Dafne agitó su cabeza hacia los lados. —Cuando me di cuenta de que no podía evitar sonreír cuando lo veía reír a carcajadas. —Se agachó y sacó la bandeja del horno con la comida ya cocinada. —Deberías averiguar si estás enamorada no valla ser que lo dejes ir y te arrepientas toda la vida.

Después de la comida Lourdes preparó té y cuando lo tomaron Brap decidió que era hora de volver a casa y volvió. Dafne se quedó un pocos más, no quería volver a casa. Pero cuando la noche se acercó tuvo que hacerlo, tuvo que volver.

Era sábado y como era habitual Louis y Harry saldrían pero primero se ducharían. Harry dejó caer el agua caliente por todo su cuerpo y esta se tintó de su sangre. Lo había vuelto hacer. En cuanto tuvo la oportunidad quiso sentir la sangre brotar de su nariz al ser golpeada, a su mejilla arder mientras se tornaba morada y a su cuerpo doler. Y la gloria, quería la gloria también. El agua dejó de caer roja y Harry, perezoso, comenzó a enjabonarse. El agua ya se había llevado el jabón con el que limpió su cuerpo y el champú que lavó su pelo pero él seguía allí, con las palmas de sus manos apoyadas en los azulejos y su cabeza agachada bajo la ducha abierta. Sus ojos cerrados. Dafne tan perfecta que le atormentaba, tan diferente que le asuntaba, Dafne, pensaba en ella y se frustraba. Salió de la ducha con prisa, con la misma prisa que se secó, se vistió y condujo hasta aquella discoteca donde sus amigos, por llamarlos de alguna manera, lo esperaban.

Dafne también salió de la ducha, pero ella no tenía prisa y se miró en el espejo durante minutos. Se puso sus bragas negras con tranquilidad mirando como las gotas de agua caían de su pelo. Se puso una camiseta de tirantes que se ajustaba a su cuerpo y fue a por un té. Dejó que el té se enfriara y no se lo bebió. No le gustaba el té frio y el suyo se enfrió mientras dibujaba con lágrimas en los ojos. Nuca sería perfecta.

Todos aplaudieron su llegada, le saludaron pero Harry los ignoró a todos y fue directo a la barbie pelirroja. La cogió del brazo y con rudeza la hizo girar. La besó, no era Dafne, la volvió a besar, no sabía Dafne y la arrastró a los baños de hombres.

—Súbete el vestido y bájate las bragas. — Le ordenó Harry mientras se aseguraba de quedar la puerta bien cerrada.

Cuando el de pelo rizado se giró Natalia estaba con los puños en sus caderas y apretando sus labios. La utilizaba, siempre lo hizo y ella lo sabía. Le gustaba. Le gustaba que la utilizara como juguete sexual pero como sucedió cuando la despertó en mitad la noche para que se pusiera a cuatro patas, no la quería utilizar como objeto sexual. Quería algo que ni él ni ella sabía lo que era y que Natalia estaba segura que ella no lo tenía porque aquella noche no terminó lo que empezó y Harry siempre terminaba.

—No. No quiero arriesgarme a que me vuelvas a dejar a medias. — Estaba sacando el orgullo que no sabía que tenía.

—Fuiste tú la que quisiste terminar, te dije que siguiéramos. — Estaba enfadado, muy enfadado.

—Me lo estaba pasando bien con mis amigas.

Se dirigía a la puerta pero nunca llegó. Harry agarró su brazo con fuerza, estaba enfadado y ella no era Dafne, no se controlaría. "Seré rápido" le susurró en el oído y la empujo haciendo que chocara con la pared. La barbie pelirroja le miró por unos segundos, tenía los puños bien apretados y se le notaba la vena del cuello. Comenzó a subir su apretado vestido y Harry a desabrochar su pantalón. Bajó sus bragas y Harry se acercó a ella con los pantalones bajados. "Tomate tu tiempo, disfrútemelos" le dijo ella con voz seductora y trató de besarlo, Harry se apartó.

—No me beses. — Le digo antes de entrar en ella con furia, con rudeza, con violencia.

No quería que le besara, aquellos labios no sabían como los de Dafne, no eran los de Dafne. Los besos de Dafne, la playa, quería esos labios, solo esos labios. No quería que Natalia le besara, no quería que ninguna otra que no fuese Dafne le besara. Quería quedarse embobado con su rostro, tan bonito. Deseaba acariciar su espalda desnuda, comprobar si era tan suave como la soñó. Quería a Dafne entre sus brazos. Dafne tan diferente, tan perfecta.



Ella {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora