Comida en la cafetería y Conversaciones.

649 45 14
                                    

Pude ver como se sentaban y sonreían. Debo admitir que viéndolos a ambos tan cerca uno del otro, me doy cuenta de que tienen ciertos parecidos, lo que me resulta bastante llamativo. Riker tiene la cara larga, es más alto y su cabello es más definido. Mientras que Ross es un poco más gordo, con un cabello bastante largo a comparación con el de Riker y es aparentemente más musculoso. Podría afirmar que los dos son guapos, pero a mí parecer, Riker es más simpático que su hermano, ya que nunca he discutido con él.

—Hola —me saludó Ross con una de esas sonrisas que podría derretir a cualquier chica.

—Hola —respondí mirándolos a ambos, luego clave mi mirada en Riker —. No quiero ser grosera, pero me intriga saber ¿Por qué estás sin zapatillas? Sólo veo calcetines —apenas dije eso él bajo a ver sus pies y movió sus dedos, Ross rió y le dio un leve empujón. Yo enarqué mi ceja.

—Estaba cansado y no tenía ganas de levantarme, me iba a acostar pero mi hermano me arrastró hasta aquí —respondió levantando los hombros —. Ya sabes, lo de siempre.

—Tenemos que hablar contigo —pronunció Ross, con un tono de voz que demostraba seriedad. Eso me sorprendió, Ross Lynch hablando en tono serio.

—¿No será que me estás siguiendo? —pregunté mirando fijamente a Ross. Riker rió y le dio un codazo a su hermano, ganándose una mirada fulminante —. Son demasiadas coincidencias, nos vemos casi siempre —aclaré.

—Es obvio que nos tenemos que ver Laura, estamos en el mismo colegio —me recordó con un tono engreído y moviendo sus manos. Rodé los ojos.

—Ross, hermano ten cuidado porque la estás perdiendo. Es como la tercera vez que rueda sus ojos en lo que va la conversación —advierte su hermano mirándome fijamente —. Creo que has perdido tú encanto.

En ese momento Ross golpeó tan fuerte a Riker que lo tiró de la silla. Luego sonrió con sarcasmo. Tan rápido como un rayo, una bandeja se colocó en la mesa. Vi que contenía un plato de lasaña, un jugo de naranja y una Coca-Cola. En eso, Riker volvió a su silla y vi como Vanessa acariciaba su espalda, para después arreglar la camisa de su uniforme y sentarse a mí lado. Su rostro demostraba una sonrisa de oreja a oreja.

—Gracias... —dijo Riker un poco aturdido. Pude notar un leve tono rojizo en sus mejillas.

—¿De qué querían hablar? —pregunté terminando con el incómodo silencio que se había provocado. Y digo incómodo porque Vanessa no dejaba de mirar a Riker, Riker intentaba no verla desviando su mirada, por lo que miraba hacia el suelo y ella se reía. Mientras que Ross me miraba a mí, y yo simplemente lo fulminaba con la mirada pero el muy egocéntrico me guiñaba el ojo.

—En realidad, hay algo importante de lo que debemos hablar... —comentó Ross, aún con tono serio. Riker asintió.

—¿Les digo algo importante? Pues.. No sé si se han dado cuenta, pero todo el mundo nos está mirando —comentó Vanessa en un susurró.

Vi a nuestro al rededor, las demás mesas. Y mi amiga tenía razón, todos los que se encontraban en el comedor nos estaban mirando y susurraban cosas al respecto. Vaya... ¿Acaso estar con los hermanos Lynch era algo prohibido?

—Lo que pasa es que no es muy común vernos a mi hermano y a mí juntos —respondió Ross, tomando la Coca-Cola de la bandeja, abriendo la lata y tomando un largo trago.

—Sí, es raro verme fuera de mi cueva. Ya que casi nunca salgo, las personas me desean —dijo Riker haciendo un movimiento con su cabello. Escuché un leve suspiro salir de los labios de mi amiga, estaba hipnotizada con el rubio mayor.

—Ahora me doy cuenta de que lo engreído viene de familia —comenté con sarcasmo y ahora los dos rubios me guiñeron el ojo. ¡Genial! Esos dos son tall para cuál.

Un amor de ensueño.Where stories live. Discover now