Un amor de ensueño.

Conversaciones Nocturnas.

Después de conversar un rato más con los Lynch, Vanessa y yo decidimos que era hora de volver a nuestra habitación, debido a que ya comenzaba a oscurecer y porque yo ya estaba cansada.

Subimos las escaleras en silencio, los estudiantes nos miraban un poco extrañados. Vi a Vanessa y en su rostro tenía una sonrisa pegada, se veía como una torpe, pero era una torpe enamorada y era mi amiga.

Entramos a nuestra habitación. Ella se tira en la cama y abraza la almohada, yo rió bajo, para que no me escuche. Luego se sienta y se mantiene seria, ruedo mis ojos mientras me siento en mi cama, estirándome un poco para permanecer más cómoda.

—Laura...

La voz de Vanessa me hace girar para verla, enarcó las cejas dándole a entender que ya puede comenzar a hablar. Ella capta mi mensaje y suspira.

—Si quieres que el plan funcione, tienes que evitar pelear con Ross —explica con el tono serio, marcado. Yo ruedo mis ojos.

—Nuestras personalidades no se llevan bien, somos como bombas que explotan si se mantienen juntas por mucho tiempo —respondo. Me siento en la cama y me cruzo de piernas, ella simplemente suspira y comienza a revisar su mochila, aún sonriendo un poco. De pronto una idea se cruza en mi mente y sonrió enseguida, ella intenta ayudarme, pues ahora es mi turno —. Vanessa, yo te ayudaré con Riker —digo el nombre en un cantito.

Ella se detiene y me mira, sus mejillas están rojas. Rió, pero está vez en un tono fuerte, debido a que es imposible no reír de el sonrojo de otra persona.

—¡No te rías! —me calla mi amiga mientras mueve exageradamente sus manos de arriba a abajo —. ¿Cómo crees que me puedes ayudar? —pregunta en un tono tímido, yo sonrió.

—Pues... Tengo muchas ideas.

Las dos comenzamos a hablar del tema. Yo le digo que voy a intentar obtener datos de Riker con su estúpido hermano, ella me reta por ese adjetivo, pero de todas formas lo uso. Hablamos y no podemos evitar reírnos de nuestras tonterías, parecemos dos locas, pero es agradable estar con ella.

—...—

—¡Soy Vanessa, y soy la voz de la razón!

Riker y yo estábamos en nuestra habitación. Él me estaba molestando con Laura, diciendo cosas de su personalidad, por lo que decidí jugar con la misma moneda.

—Yo puedo decir lo que está bien, y lo que todos debemos hacer —dije imitando una voz femenina, aguda.

Riker me miró y frunció su ceño, tomó una almohada que me lanzó pero yo esquivé con facilidad, Riker tiene puntería de niña. Comencé a reír a carcajadas.

—¡Soy Laura! Soy una chica rebelde que cree que sabe todo, y tengo completamente embobado al torpe de Ross.

Ahora Riker comenzó a imitar a Laura, jugando con su corto cabello rubio y haciendo una voz completamente irritante. Lo fulminé con la mirada y él comenzó a reír enseguida.

—Vanessa es mucho peor que Laura —defiendo a Laura.

—¡Sueña, Ross! —Riker se carcajea —. Laura es una chica que actúa como chico.

—Vanessa es una chica demasiado tímida.

—Pero Laura es agresiva.

—Vanessa cree que puede detener las peleas cuando quiera.

—¡Eso es tener mando!

Riker se levantó, en ese momento los dos nos estábamos fulminando con nuestras miradas, uno frente al otro.