Huevos.

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Me detuve en seco.

—¿Lo que yo hice? —pregunté acercándome lentamente —¡Si tú fuiste él que quería golpearme! O bajarme a la fuerza de un simple árbol —me quejé.

—Porque tú me despertaste, me has despertado de mi sueño profundo y me hiciste caer de un árbol. Eso es muy molesto, y también es muy molesto que te quiten el sueño —dije suspirando rendido.

—Me parece que no fue nada caballeroso de su parte, señor Rubio engreído —respondí acercándome a él, amenazadoramente.

—¿Rubio engreído? Prefiero eso que vestir como usted. Señora de trapos. Y déjeme decirle que arruinó uno de mis mejores atuendos por dejar sus huevos en el piso.

—Yo ni siquiera sabía que usted estaba aquí. Y no se enoje tanto, que se ve que tiene mucho dinero para comprar otro.

—Sí, el dinero me sobra —respondió sonriendo— Y creo que no hace faltar perder mi tiempo con usted. Pasó por mi lado codeándome y empujándome. Fue hábil, porque caí sobre los huevos rompiendo los que quedaban. Él rió y yo levanté mi dedo de el medio, sólo para él.

* * * 

Tuve que hacer las compras de nuevo. Y después de inmediato fui por el vestido. Al llegar a casa deje todo en la cocina, me iba a dirigir a mi habitación para cambiarme, pero me tope con Maia.

—Creí que sabías cocinar —dijo viendo mi aspecto— Recuerda que los huevos van en los platos.

—Fue sólo un accidente. Pero tranquila, sé bien como te gustan los huevos —dije mirándola retadoramente— Bien molidos. Lo consideraré cuando tenga que cocinar para ti.

—Tienes que hacer huevos duros, con mucha mayonesa —contestó girando en círculos— Recuerda que en pocos días cumplo diecisiete, y se hará una gran fiesta...

—Con los millonarios más importantes de por aquí. ¡Oh, cierto! También vendrán algunos de lugares lejanos —dijimos al mismo tiempo y ella me fulminó con la mirada.

***

—Recuerde no decirle a mi mamá como llegue a...

—¿No decirme qué, Ross? —Stormie entró en la habitación, enarcando una de sus cejas.

—¡Oh, mamá!

—Ross, si crees que no me encontré con Natalia lavando toda tú ropa, que estaba llena de huevo. Estás muy equivocado —dijo ella fulminándome con la mirada— ¿Qué Demonios pasa contigo? —preguntó negando con la cabeza. 

—Sólo busco diversión, voy donde me lleva el viento.

—¿Diversión? ¡Ya no eres un chiquillo! ¡Casi cumples tú mayoría de edad! ¡Te queda un año de colegio! Creo que...

—¿Qué pasa? —pregunté alertado, cuando Stormie se detenía no podía ocurrir nada bueno.

—Te enviaré a un internado, uno muy prestigioso. Para que aprendas buenos modales, educación y... conozcas a una dama digna de casarse contigo. Aunque falta una semana para el cumpleaños de Maia Mitchell. Pido que te portes como un caballero, y que seas atento con ella.

—Sí, señora.

Un amor de ensueño.Where stories live. Discover now