Castigados.

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Mientras la monja y yo íbamos caminando, ella me retaba debido a mi conducta. Lo único bueno es que los alumnos estaban en clase, así que nadie podía vernos.

—Eres una dama, estás en éste colegio por lo que debes mostrar respeto. Tienes que comportarte como una dama lo hace ante sociedad.

Decía ella, mientras movía sus manos. Me sentia bastante mal. Lo peor de todo es que al parecer, las damas no pueden divertirse. ¡Por favor! Es un colegio, no una carcel.

—Eres una dama, las damas no pueden trepar árboles. ¿Te criaron en un circo?

Seguía regañándome. Yo simplemente suspiraba. ¿Por qué esto me pasa a mí? Tal vez seguir los pasos de mi madre no fue la mejor idea de todas.

—No puedes ser tan llamativa, querer llamar la atención es malo. Además, no tienes que ser tan peleadora.

Finalmente se calló porque llegamos a la oficina de la directora. Me dio una mirada fulminante. Yo simplemente asentí. Golpeó la puerta, después la abrió y vimos a Ross sentado. Él me vio y dio una leve sonrisa.

Yo entré y me senté al lado de Ross, agotada.

—Bueno, ahora que Laura llegó, iniciemos con esto.

La directora nos mira a ambos, con el ceño fruncido.

—Supongo que saben porqué están aquí.

Al decir aquello, nos miró a ambos fijamente. Yo empecé a temblar, ¡La directora vio la foto! Seguramente ahora me quiere echar, ¡Todo por culpa de ese Rubio tonto!

—¡Lo sabemos! —grité fuertemente. Ross me miró con los ojos abiertos de par en par, la directora se veía confundida, creo que la sorprendí —. Pero lo que pasó no fue porque yo quisiera, en realidad todo fue culpa de...

Ross me dio una patada en las piernas. Yo me callé enseguida. Me dolió. Lo miré de manera fulminante. Aunque de cierto modo, le doy las gracias porque estaba hablando muy rápido.

—¿Y sí mejor dejas que ella hable? —preguntó Ross, con tono cauteloso.

—Claro —sonreí falsamente. Él rodó los ojos.

Ahora que lo pienso, tal vez no vio la foto. ¿Qué tal si se enteró que el otro día nos escapamos? Ross asegura que pidió permiso, pero ¿Quién me lo asegura? Yo no confió en él.

—Gracias, Lynch.

La directora le agradece y Ross asinte y sonríe. Él muy idiota se está haciendo el bueno. ¡Dios! Primero me mete en problemas y después se hace el imbécil.

—No importa si ustedes son una pareja o no.

Ross me mira con una sonrisa torcida, yo lo fulminó con la mirada.

¡Dios! ¡La directora vio esa estúpida foto! Ahora seguramente piensa que Ross y yo hicimos algo malo, y por eso nos va a regañar a ambos. ¿Qué le pasa? ¡Sabía que juntarme con un rubio sexy sería malo! Los guapos siempre te meten en problemas. Debí seguir mi instinto.

—No tienen porque demostrar sus sentimientos de un modo tan público.

¡Un sermón! ¡Justo lo que necesito! Resulta que el rubio tonto y yo seremos castigados por algo que ni siquiera hicimos. ¡Genial! Mi día no podría mejorar.

—Ustedes saben que cuando un chico y una chica están juntos, a veces las relaciones llegan a otros puntos.

Ross enarcó sus cejas, yo abrí la boca debido a la sorpresa.

¡Sexo! La directora hablaría de sexo. ¡Ay, Dios! Mi madre nunca me habló de sexo, mi tía tampoco. Ahora la directora me hablaría de sexo. ¿Por qué me pasa esto a mí? ¡No quiero tener esa conversación! Menos con la directora.

—No pongan esas caras, ustedes ya son grandes.

Nos reta a ambos al ver nuestras expresiones. Los dos asentimos, cómo si estuviéramos sincronizados.

Sí, somos grandes. Pero no queremos escuchar esa conversación. ¿Qué pasaría si me voy corriendo? Es mejor no pensar en eso, sino, tendré aún más problemas.

—Laura, puedes terminar embarazada y de ese modo, tendrías que irte. Por eso les digo que tienen que cuidarse.

—Directora, en serio, Laura y yo no hicimos nada malo. Esa foto no es lo que parece —le explicó Ross cuando ella terminó de hablar.

—Ross tiene razón —lo apoyé enseguida —. Yo me subí a un árbol, entonces caí encima...

Ross me volvió a patear. Me quejé, pero vi que la directora tenía los ojos abiertos de par en par. Ahora supe que metí las patas a fondo.

—¡¿Cómo pueden comportarse de ese modo?! ¿Acaso no se dan cuenta de que están en un colegio? Aquí vienen a estudiar, no a hacer tonterías como esas. Tienen que portarse bien, tienen que acatar reglas. No pueden hacer lo que quieran.

Ross me mira de modo fulminante, yo sólo asiento, porque ahora sí, el reto fue mí culpa. ¿Cómo no me di cuenta de que nadie le contó la parte de la caída del árbol? ¡Soy una torpe!

—Tendré que castigarlos —finaliza después de un rato.

—Pero no nos portaremos mal de nuevo —responde Ross, enseguida.

—No puedo confiar en ti, y tampoco en una dama que trepa árboles —responde la directora negando con la cabeza —. No seré muy severa, su castigo será limpiar el comedor durante una semana.

Ross y yo nos miramos y suspiramos al mismo tiempo, cansados. ¿Limpiar el comedor juntos durante una semana? Eso significa pasar más tiempo solos, y con lo bien que nos llevamos... ¡La semana más larga de mi vida!

Al final, los castigaron ya que Laura sin darse cuenta habló de más. Sinceramente, me reí mucho escribiendo éste capítulo debido a las locas ideas que surgieron en la cabeza de Laura. Jaja, sobretodo con lo del sexo. En fin... ¡Espero que disfruten el capítulo! Por cierto, el capítulo está dedicado a Daniela, porque ella me lo había pedido, espero qué te guste. En realidad, el capítulo iba a ser más largo, pero no tengo ganas de escribir tanto hoy...

Un amor de ensueño.Where stories live. Discover now