Un amor de ensueño.

Nueva amiga |Perdiendo un hermano.

Vanessa me miraba de modo expectante, se veía sorprendida pero al mismo tiempo completamente curiosa. Creo que de cierto modo yo también estaría sorprendida de conocer a una persona que supuestamente es tan importante.

—Es una larga historia. —respondí levantando los hombros, ella me miró algo decepcionada. —Pero tranquila, te la puedo contar mientras hablamos en nuestra habitación. ¿Te parece? —pregunté mientras ella simplemente asentía.

—Sí. Pero por favor cuéntame con lujo de detalles. —pidió. Vanessa parecía una niña pequeña, porque se emocionaba por cualquier cosa.

—De acuerdo. —respondí sonriendo. Las dos empezamos a caminar, para ir a nuestra habitación. —Y muchas gracias por defenderme. —dije con sinceridad.

—No es nada, para eso están las amigas. —respondió. Se veía completamente segura de sus palabras, eso me hizo sonreír por completo.

—¿Eres mi amiga a pesar de todo lo que dijo Maia sobre mí? —pregunté mientras empezábamos a subir las escaleras. Muchas chicas nos miraban fijamente, si las miradas pudiesen matar, ya estaríamos completamente muertas las dos.

—Sí. —respondió sonriendo. —Maia siempre habla cosas malas de todo el mundo, ella piensa que es superior a todos los demás.

—Una cosa es sentirte superior, y otra completamente diferente es ser superior a todos los demás. —esa voz era completamente conocida para mí. —Yo sé que soy mejor que tú, y que tú. —dijo fulminándonos con la mirada a ambas.

—Yo...

—¡Tú, cállate! —me interrumpió Maia. —Trabajaste como criada durante muchos años para mi casa, eso ya te hace ser inferior. —dijo con maldad.

—La verdad es que yo no creo que ser criada la haga inferior. —respondió Vanessa. —Ella es una chica muy buena.

—Ser criada no me hace ser menos que tú. —dije algo temerosa. —La verdad es que soy una chica buena, y al menos a diferencia tuya, sé hacer muchas cosas sola.

Maia me miro con los ojos abiertos como platos, se veía un poco sorprendida. Pero realmente no le dí importancia a ello. Vanessa palmeó mi espalda en señal de apoyo, y yo simplemente sonreí. Por primera vez en mi vida me estaba enfrentando a Maia, y eso se sentía tan bien.

—¡Al menos yo no me escapé de casa! —gritó mirándome con rabia. En ese momento simplemente reí, es que cuando se enoja se ve tan rara que es realmente gracioso verla de ese modo. —No perderé mi tiempo con ustedes. —sin decir nada más, Maia se retiró, dejándonos solas a las dos.

—Lo mejor de todo es entrar ahora mismo a nuestra habitación. —dijo Vanessa. —Porque en los pasillos, todas las paredes tienen oídos.

Vanessa y yo seguimos caminando, hasta que finalmente llegamos a nuestra habitación. Al entrar Vanessa se sentó en la ventana, que tenía una vista realmente hermosa, era como sacada del más bello cuento de hadas. Y yo simplemente me dejé caer en la que sería mi cama, la verdad es que me sentía muy cansada y tenía ganas de dormir.

—¿Te escapaste de casa? —preguntó Vanessa mirándome intrigada.

¿Qué responder a eso? La honestidad es primordial, pero en algunos casos por ser honesta puedes quedar como una verdadera loca, y yo no quiero que eso pase. Tal vez si le digo dejará de ser mi amiga, y no quiero estar sola en éste lugar.

—Tú silencio me dice todo. —respondió Vanessa mirándome fijamente. —Nunca he estado tan cerca de una rebelde, ¡esto es fascinante! —Vanessa se veía completamente emocionada. —Ahora habla y cuéntame más sobre lo de Lynch, la verdad es que me muero de curiosidad. —dijo poniendo sus manos debajo de su barbilla. Yo me reí. Vanessa es realmente graciosa, es muy divertida.

—...—

—¿Entonces tienes nueva chica en mente? —preguntó Riker entre risas. Yo simplemente negué con la cabeza.

—Laura es una chica atrevida, y es diferente a todas las demás. No puedo negar que es algo llamativo. —respondí mientras movía la cabeza de lado. —Pero no la conozco bien, y no me puede gustar. Además, estoy condenado a casarme algún día con Maia.

—No porque mamá diga algo tienes que cumplirlo al pie de la letra. —respondió Riker rodando los ojos. —En el amor nadie manda.

—Disculpa, pero tú sabes que mamá te odia por haber renunciado a mantener las empresas Lynch. Y sabes perfectamente bien que por ¡tú culpa! —enfaticé esas palabras, debido a mi rabia.—Es que yo me tengo que casar con una millonaría, para cumplir con el legado.

—¿Así que ahora la culpa es mía? —preguntó Riker algo dolido. Se notaba en sus ojos.

—Riker...

—Dijiste lo que tenías que decir. —respondió negando con la cabeza. —Pensé que podríamos ser buenos hermanos, y al mismo tiempo buenos amigos. Creí que podía defender a mi hermanito menor. —dijo mirándome con decepción. —Pero veo que guardas rencor...

Riker se alejó de mí. Yo me levanté de la banca, quería seguirlo, pero en ese momento choqué con alguien.

—¡Ross...!

  —¡Hola! Siento mucho no haber actualizado antes, es que no tenía muchas ganas de escribir. Pero bueno, gracias a las que siguen está historia, muchas gracias por leer. Y bueno, espero dejen sus votos. Nos estaremos leyendo pronto, intentaré escribir el próximo capítulo lo antes posible.