O16

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Día quince.


Domingo.

Domingo de juego de los Lakers y de nuevo se encontraban en esa camioneta, Ryan y Faith de nuevo iban gozando de la música de Paramore, cantaron su canción favorita mientras todos reían.

Ahora no iban directo al juego ya que no jugarían en Atlanta si no, en los Ángeles, se dirigían a la casa de Chaz, que era otro mundo.

Chaz era el que más tenía dinero de ellos, y eso que ninguno era de mala economía, al contrario.

Eran hijos de empresarios, y tanto como la mama de Justin y Faith se llevaban bien, sus padres eran socios.

Cuando llegaron a casa de Chaz, Wayne corrió a su sala de videojuegos y ellos se quedaron en la sala de tele, era un cuarto enorme con un sillón grande y cómodo, una televisión de demasiadas, muchas en demasía pulgadas. Era más alta que Justin y que Faith, era como estar en una sala de cine.

Se pasaron toda la tarde viendo el partido, Faith gritaba junto con Justin, eran los únicos locos que se emocionaban y chocaban los cinco.

En el medio tiempo Faith recibió una llamada de Marlo, diciendo que necesitaban un nuevo nombre para la banda por qué iban a hacer propaganda y el secreto de ella se podría ver muy amenazado.

Así que el resto de la tarde pensó, pensó y pensó, ni siquiera se emocinaba más, lo cual a Justin lo intrigaba.

¿Qué estaría pensando?

¿En quién estaría pensando?

¿Con quién estaría hablando? 

¿Y si era Alex? ¿Y si ese idiota de nuevo estaba molestando a Faith?

Por otro lado Faith seguía pensando en algún nombre para su banda, obviamente iban a negociar ideas al día siguiente pero mientras tenía que tener muchas ideas en la cabeza. 

Justin se acercó a ella en aquel mini bar que se encontraba en la misma sala de tele, se sentó a su lado y la miro.

—¿Qué se te ofrece chico? —pregunto ella sin quitar su mirada fija a otro lado.

—¿En qué piensas? —pregunto él recargando su codo en la barra y su mejilla en su mano.

Faith frunció el ceño y lo volteó a ver. Miro sus ojos miel por unos segundos dándole esa confianza que Justin siempre había transmitido.

Estuvo a nada de decirle su problema sobre la banda hasta que recordó el por qué cambiaban el nombre, as que para no quedar como una estupida dijo lo que primero le vino a la cabeza como enemigos.

—¿Qué te importa? —frunció de nuevo su ceño y Justin alzó las cejas.

—Bueno, sólo trataba de saber por qué estas como idiota aquí mirando a un punto fijo. —respondió el.

— No es tu problema. —dijo ella de mala gana aún mirando los ojos miel.

—Con ese carácter de mierda vas a acabar sola. —sonó molesto. Y eso s Faith le importo poco.

—Mejor sola que mal acompañada ¿no crees?  —sonrío y eso hizo enojar aún más a Justin.

—Entonces púdrete sola —gruño y se fue de ahí para sentarse en el sillón con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

Faith lo miró y giro en su silla tomando la misma postura que el.

A él le enojaba que siempre que intentaba ayudar con Faith siempre lo trataba como un idiota, como si no fuera su asunto, Justin la quería desde niños, quizá Faith no lo sabía del todo pero el se enfrentaba a chicos para que ellos no la molestaran en sexto grado, a él en verdad le importaba lo que pasaba en la vida de su amienemiga, y no por ser chismoso ni mucho menos, era solo que él se preocupaba por ella, él quería que ella estuviera bien, él quería que Faith sonriera siempre, aún que no fuera por el, pero que lo hiciera, que jamás dejase de sonreír.

Taboo |jb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora