Epílogo

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—¿Era muy necesario? —gruño la rubia. Sus ojos felinos miraban a Sean y Dakota con fastidio.

—¿Que hay de malo, perra? —la pelinegra rodó sus ojos y miró a Faith de nuevo. — Solo es Justin, relájate.

—Claro, solo Justin —se río naturalmente para hacer un gesto con su mano como si le restara importancia al asunto.— claro, no es como si fuera ¡Mi ex pareja! —gritó en un gruñido.

—Vamos, Faith —animó Sean. — Marlo irá con una prima de Dakota que le gusta y no queríamos juntarte con un desconocido. —alzó sus cejas.

Faith había sido notificada de que en la unión de Dakota y Sean tendrán testigos, algo así como damas y best men; y Faith había caído con la suerte de que Justin y ella iban juntos como testigos.

Eso implicaba algunas cosas como: coordinar su vestimenta juntos y entrar juntos a la ceremonia.

Nada del otro mundo; pero al parecer no para Faith.

—Se supone que estaban bien, ¿no es así? —Dakota hizo una mueca y frunció su ceño expectante a lo que su mejor amiga tuviera que decir.

—No, es decir si —soltó un quejido y suspiró.— Estamos bien, es solo que la última vez que lo vi peleamos —bufo.

—Interesante —dijo la pelinegra con los ojos entrecerrados. — Cuéntame más de lo que te hizo ese imbécil. —pidió lentamente, a lo que Sean negó con la cabeza.

—Por favor no le cuentes nada, un requisito de mis testigos es que estén vivos. —rodó los ojos y se cruzó de brazos.

—Bueno, estará vivo, solo le faltará alguna que otra parte de su anatomía. —Dakota se alzó de hombros con tal naturalidad que hizo a Faith reír.

—Mierda, estás loca. —se burló la rubia.

—Si, estoy loca y tu pronto lo estarás por que no podemos cambiarte de compañero y la unión es en una semana. —puntualizó la pelinegra, dándose la vuelta para caminar a su cocina, dándole entender a Faith que era punto y final.

La ceremonia y fiesta iba a ser pronto, la habían planeado solo hace dos meses pero estaba bien.

Era una boda simbólica, no había nada legal o religioso de por medio; solo amor.

Esto era sencillo, casero y con un valor más sentimental. La ceremonia se llevaría acabado en la zona de bosque que había en el condominio de la madre de Dakota e iba a ser oficiada por diferentes personas, entre ellos la mama de Dakota, el padre de Sean; nada de curas, nada de iglesias, solo dos personas uniéndose por amor y sin contratos.

Faith le dio una mirada suplicante  a Sean y él se alzó de hombros. — A mi ni me mires, Fay.

—Mierda —musitó por lo bajo entre dientes.

{...}

El sonido de la bocina del auto era insoportable, pero cumplía su trabajo.

Faith salió por el balcón y gritó desde sus pulmones. — ¡Cállate, ya te escuche!

Justin se asomaba por la ventana de su auto y se reía con muchas ganas al ver a Faith rabiar.

Una vez ya lista, subió al auto en silencio y se colocó el cinturón de seguridad. — Por favor no hables, me obligaron a hacer esto.  —gruñó.

El ojimiel soltó una risa mientras negaba con su cabeza y prendía la radio. — Me sorprende cómo tu nivel de sinceridad se iguala a tu nivel de infantilidad.

La rubia rodó los ojos mientras miraba por la ventana, su pierna se movía impaciente y Justin estaba apunto de terminar con su cordura.

Una canción de iglesia inunda el auto y Justin lo único que hace es subir el volumen de la radio.*

Taboo |jb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora