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Una mirada rápida y un asentimiento de cabeza.

—¡Justin! —gritó Noah desde su lugar para llamar la atención del ojimiel, quien entraba al salón de clases. Sin embargo, en cuanto los ojos mieles se posaron por segundos en la rubia que se encontraba sentada a un lado del ruloso, Justin le sonrió solo un poco, ella le devolvió el gesto y él solo asintió con su cabeza en forma de saludo para tomar un lugar cerca de la puerta.

Noah y Faith habían formado ya una amistad mas estrecha gracias a la cercanía del ruloso con la banda completa. Estaba entendido que eran solo amigos, Noah era coqueto pero había entendido que la historia de Justin y Faith tenía un gran peso y no quería entrometerse en eso. Aparte de que era un gran fanático de esa historia tan descabellada de nacer el mismo mes por deseo de sus madres y la ironía de que hubiesen terminado enamorándose.

Noah no era una amenaza en lo absoluto, lastima que Justin no lo sabía aun.

Una mirada rápida y un asentimiento de cabeza.

—Hola, Pattie, solo venía a devolver este suéter que me prestaste en la navidad pasada. —la rubia estiró su brazo hacia la mujer y le brindó una pequeña sonrisa. — No tuve tiempo de devolverlo antes.

Y también buscaba una excusa para poder sentirse más cerca de él.

Pattie sonrió y en seguida tomó el suéter para aventarlo dentro de la casa y tomar el brazo de Faith, jalándola con suavidad, haciendo que los brazos de la rubia se enredaran en la cintura y su cabeza reposará en el pecho de la mujer. No sabía cuanto necesitaba abrazarla hasta que, entre sus brazos, soltó un gran suspiro. Faith apretó su agarre en la blusa de la mujer, sintiendo como podía estar apunto de quebrarse por dentro.

Se había sentido muy sola los últimos meses, estaban a nada de graduarse y la madre de Faith aún no había entablado comunicación con ella, necesitaba un calor maternal y Pattie siempre era quien lo proporcionaba.  

—¡Mamá! ¿Viste mis supras? —se escuchó un grito desde dentro de la sala— ¿Mamá?

La voz se escuchaba más cerca así que Faith se separó rápidamente con una pequeña mueca de incomodidad. Una vez que el ojimiel salió con su madre y se encontró con la figura de Faith, paró en seco. La rubia le dio una rápida mirada y luego asintió con su cabeza con una pequeña sonrisa, esperando a que él entendiera su incómodo saludo. — Bueno, debo irme.

Una mirada rápida y un asentimiento de cabeza.

El pie de Faith se movía nervioso mientras miraba cómo Justin se movía dentro de la pista de hielo.

Había dejado a Wayne a sus prácticas de Hockey y enseguida había notado como Justin estaba dentro de la pista haciendo algunos tiros de muñeca. Una sonrisa enorme se le había instalado en los labios al verlo de nuevo con su palo en mano.

La parte derecha estaba llena de la clase de Wayne, la izquierda era toda para el solitario Justin que hacía tiros con inseguridad.

Faith se acercó más a la reja de protección de la pista y miró fijamente cómo Justin se preparara para un tiro de una distancia más larga. Se veía nervioso.

Un suspiro fuerte y en seguidos Justin golpeaba el disco con su pala para que este llegue directo a la portería color rojo que s encontraba frente a el.

—¡Si! —gritó Faith entusiasmada, pegando un leve brinco con una sonrisa de oreja a oreja.

Justin la escucho festejar y volteó rápidamente a verla, parada tras las rejas y entusiasmada por él.

La cabeza del chico solo se movió en un asentimiento y le dio una cálida sonrisa llena de cariño; se sentía amado cada que Faith demostraba su amor con cosas tan pequeñas.

Taboo |jb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora