050

104 8 0
                                    

El primero en ser atacado por sus brazos fue su padre, quien la recibió muy feliz de poder verla. — Mírate... —la tomó de las mejillas. — Te ves hermosa y mayor.

—¡Papa! —exclamó Faith entre risas, mirando con sus grandes ojos el rostro de su padre, mientras el suyo estaba siendo apretado por las grandes manos de Adam. —Me fui sólo ocho meses, no diez años. —bromeó.

—Suficiente para extrañarte como un loco —susurró de manera reconfortante y Faith lo miro con mucha ternura.

Sin duda había necesitado mucho de su padre durante toda la gira, hacían video llamadas junto con Wayne, pero eso nunca fue suficiente. Adam dejó un beso tierno en la frente de su hija y la liberó de su agarre parental. El segundo en saludar fue Wayne, quien al ver a su hermana se lanzó a ella e hizo que lo cargara como un koala.

Faith se rio y arrugó su rostro en respuesta al esfuerzo que hacía para cargarlo. — Oh, Wayne, definitivamente ya no tienes cuatro años —comentó con la voz entrecortada y pesada por el esfuerzo que estaba haciendo.

—¡Te extrañe! —gritó efusivo y  escondió su rostro en el hombro de su hermana. — Por favor no te vuelvas a ir tanto tiempo, hay veces que no soporto a mamá y a papá y tú eres la única persona de la que nunca me hartaría. —confesó de corrido, muy rápido y con un leve puchero.

La rubia soltó una carcajada al ver, tras la cabeza de Wayne, como su papá hacia muecas de ofensa en una manera muy graciosa.

—Ahora quedará un buen rato mientras viene otra gira, así que tranquilo —le guiño el ojo a su hermano — ¡Podremos tomar la moto y escaparnos todo el día a Six Flags! —exclamó la rubia en un gruñido lleno de emoción mientras sonreía como psicópata y Wayne imitaba la sonrisa de su hermana.

—Numero uno, Wayne no puede ir en moto —habló Adam con severidad y los hermanos hicieron un puchero en protesta.— Numero dos, ¡Nadie va a Six Flags Over Georgia sin mi!

Los tres soltaron risas bastante escandalosas, la rubia miraba a Wayne mientras reía y su cabeza se movía de lado a lado en un divertido negamiento. Los ojos de Wayne iban hacia su derecha insistentes y Faith sonrió cómplice para mirar a ese lado; Justin, quien sonreía contento, la esperaba.

Faith caminó hasta él y le sonrió. — Hola, extraño —susurró sin perder la sonrisa.

—Hola, famosa.— los ojos mieles miraban sin descanso directo al esmeralda. Un brazo de él se encontraba tras de su cuerpo, como si estuviese escondiendo algo, sin embargo Faith no le tomó importancia.

— ¿Sientes eso? —Justin frunció el ceño mirándole. — Atlanta vuelve a ser divertido y deja de ser vacío. —explica con diversión haciendo referencia a lo que había dicho Justin cuatro meses atrás y el castaño rueda sus ojos con humor.

—Eres una desconsiderada, Faith. —negó seriamente con su cabeza. Ahora era ella quien fruncía el ceño sin entender. —  Cuando pisaste la calle despertaste a media población con toda esa luz que irradias —explicó con seriedad y desaprobación, mientras Faith soltaba una gran carcajada a la cual Justin se unió.

—Oh, cállate, moco. —amenazó Faith.

La mano tras la espalda del ojimiel se dejó ver y la extendió hacia ella en ofrecimiento de la pequeña caja de Mc Donald's llena de veinte piezas de nuggets. Los ojos esmeraldas se abrieron en sorpresa y un pequeño chillido salió de los labios de la rubia. Justin sonrió con suficiencia y victoria.

—¿De verdad? —preguntó con incredulidad. El ojimiel asintió. — ¡Gracias! —volvió a chillar feliz mientras tomaba sus nuggets y rápidamente se enganchaba de la cintura del ojimiel.

Taboo |jb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora