Abrí la puerta y mi boca se abrió tanto como se podía. Corrí rápidamente hacia la sala y vi con detenimiento quienes éran los protagonistas de la pelea. Sergio estaba tirado en el suelo con un ojo hinchado, mientras sobre él se encontraba un furioso ¿Jerry? Tenía su labio inferior roto y las manos las tenía rojas. Jerry le agarraba el cuello de la camisa con una mano y con la otra intentaba golpear a Sergio, pero éste le detenía con las dos.
- ¡Alto! - grite desesperada, intenté tocar a Jerry, pero éste me golpeó en el rostro y caí en el suelo con mi mano en mi nariz, la cuál empezaba a sangrar.
Golpe tras beso, simplemente perfecto. Jerry reaccionó cinco segundos después de darse cuenta de su reacción. Sergio lo tiró hacia un lado corriendo hasta llegar a mi lado. Jerry hizo igual.
- ¡Auch, maldición! - Sergio se quitó su camisa, quedando en camisilla y la puso en mi nariz. Era mucha sangre.
- Lo siento, Cris perdónme por fav...
- ¡¿Qué parte de no vuelvas, no entendiste?! - estaba exasperada.
- Por favor, no éra mi intenión golpearte. - sus ojos mostraban desesperación, pero yo lo ignoré.
- Fuera de aquí, imbécil - dijo Sergio.
- ¡Tú no me des órdenes! - no otra vez, me paré quedando en medio de los dos y ambos cerraron sus bocas.
- Jerry - dije mirándolo con furia - lergate ahora mismo, no te quiero volver a ver aquí.
- Lo siento - se dirigió hasta la puerta y antes de salir se detuvo - por todo - mi ira no se iba, él sólo salió y cerró la puerta.
Me dirigí hacia el sofá, Sergio se fué un momento y yo prendí la televisión con la mano ensangrentada, todavía en mi nariz. Él volvió con trozos de hielo en una bolsita color rojo. Quitó su camisa manchada y puso los trocitos de hielo, luego yo los sostuve.
- ¡¿Podrías decirme por qué coño tú y Jerry estaban a punto de matarse?! -dije entre quejidos. El se sentó a mi lado y miró hacia el piso.
- Bueno, él llegó y le dije que no estabas, se molestó, me dijo que éra un mentiroso y se puso a gritar tu nombre, le dije qu se callara y no lo dejé entrar.Me empujó hacia dentro de la casa - pasó su mano por su cabello y me miró a los ojos - yo lo empujé más fuerte contra la puerta y él se abalanzó sobre mí, luego llegaste tú y es todo.
Vimos la tv hasta que Sofia y Dylan llegaron. Ambos tenían una cara sonriente; pero estos cambiaron al momento de ver los nuestros, sobretodo el mío. Sofia práticamente corrió hacia mí tomando mi rostro con sus manos delicadamente.
- Fué un accidente - respondí a la no formulada pregúnta - te lo explicaré en...
- ¡Ahora mismo! - me interrumpió alarmada.
- En realidad fué mi culpa - Sofia y Dylan desviaron su mirada hacia mi amigo, el cuál no vaciló al contar todo lo ocurrido hacía una hora.
- ¡Ése imbécil! - dijo Dylan al ver de cerca mi lastimada e hinchada nariz - Sergio; la proxima vez que se acerque a esta casa, quiero que llames a la policía - Sergio asintió - no importan los motivos por los que venga - Dylan subió al segundo piso y Sofia le siguió.
Me recosté en el sofá mientras Sergio preparaba algo en la cocina para saciar su voraz apetito. Cambié el el canal hasta encontrar mi programa favorito; los simpsons. Si dejamos de lado la sátira, el sarcasmo y la burla , eran bastante cómicos. Obviamente mi personaje favorito es Homero.
Sergio se sentó en una silla continua al sofá y dejó un plato de tajadas fritas en la mesita de centro. Había recordado lo que ocurrió con Andrés horas antes y sin darme cuenta, se me escapó un suspiro.
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Zapatillas rotas.
RomanceCristina, una joven que, obligada por su madre al preocuparse por su extremada timidez, decide meterla en una academia de baile, pues ella siempre la escuchaba hablar sobre baile. Cristina trata de no mezclar su vida privada con su vida en el baile...