Capítulo 6

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Salí de mis clases, al faltarme pareja, tuve que representar el solo de las Zapatillas rojas. Al parecer a la maestra le había gustado el baile. 

Decidí visitar a Jerry, ya que su salida era dentro de media hora. Me cambié de ropa en uno de los baños que habían fuera de la academia, al termina tomé un taxi. Llegamos más rápido de lo que pensé, salí y pregunté de nuevo a la misma enfermera que no quitaba sus ojos de los papeles, cuando le pregunté de nuevo por Jerry posó sus ojos en los mío y esbozó una pícara sonrisa.

- Habitación 7 - dijo - oye, ¿eres la novia del joven? - dijo sin quitar esa sonrisa. Negué con rapidés, y puso de nuevo sus ojos en los papeles, con cara seria de nuevo.

Llegué a la habitació y pude ver  algunas personas, decidí que era mejor no entrar, antes de retirarme una mujer rubia de ojos verdes alta me esbozó una dulce sonrisa. Me invitó a entrar señalando la puerta con su mano. Entré, pude ver a Jerry hablando con una la linda pelirroja que estaba con él en el centro comercial, se me salió una sonrisa.

- Hola - dije tímidamente, Jerry me tomó por sorpresa y me abrzó, me dió una beso en la mejilla y me soltó. Noté una mirada de rabia en los ojos de la pelirroja.

- Hola, no pensé que vendrías - se encogió un poco de hombros - me alegra que lo hallas hecho.

La pelirroja puso una mueca de aburrimiento , mientras hablaba con la mujer rubia, la cual supuse,era la madre de Jerry.

- En la academia, la maestra dijo que, si seguía bailando bien y sola, podría conseguir un solo. Tal  vez, no estoy muy segura - dije en voz baja. Su mirada se alegró.

- Eso es genial - sonrió de manera incrédula - Me gustaría verte bailando un bello solo, ¿cuál es?

- Zapatillas rojas - dije sin ánimos.

- Creo que te quedaría mejor algo así como... - me miró de arriba a bajo - mejor Zapatillas rotas, por lo rara que eres.

- Es original y raro ... 

- Como tú - me interrumpió y rió tímidamente, le respondí con una carcajada.

Charlamos bastante y llegué a conocerlo mejor. La pelirroja se había ido hace mas o menos una hora, me despedí pues tenía cosas que hacer con Sofia y salí del hospital. No tenía dinero así que me fuí caminando hasta mi casa. Pude ver de lejos a Andrés, quise saludarlo así que apresuré el paso. Lo ví con una chica morena de ojos verdes, alta y delgada, paré en seco. Se estaban besando con mucha intensidad. 

Corrí en dirección contraria, mi estómago se revolvió, me sentí mareada, ¿qué era esto? ¿Rabia? ¿Celos? ¿Cómo me puedo sentir celosa? Ni siquiera lo conozco bien. ¿Que diablos me estaba pasando? LLegué a un callejón lejos de todo lo que me rodeaba.

Comenzó a llover, perfecto, lo que faltaba. 

La lluvía no cesó, salí corriendo hasta una tienda solitaria. No había nadie allí, por fín la lluvia bajo su ritmo e intensidad. Seguí caminando hasta llegar a mi casa. Abrí la puerta y entré. Mojada confundida y algo resentida. <<Creo que no es lo mío>>. Sus palabras retumbaban en mi cabeza, ¿Qué quiso decir? Será que sólo tenia esas "chicas de una noche" o algo así. Eso no explica mi estúpido comportamiento. Creo que aún no he terminado de madurar.

Sábado por la mañana, yo apestaba a nerviosismo, tenía un concurso con alguien que, según mi comportamiento de hace unas noches, podría gustarme. Y estaría también el chico bailarín que empezaba a agradarme.

- Hola - una masculina y agradable voz me sacó de mis tortuosos pensamientos -

- Dylan - dije sonriendo - Hola, ¿hace cuánto estás aquí? - el se acercó y sentó frente a mí.

- Acabo de llegar - me miró directo a los ojos y yo desvié mi mirada - ¿qué ocurre?

- No te ofendas, pero... preferiría hablar de esto con Sofia - dije a manera de disculpas - es que son cosas de chicas

- Entiendo - dijo levntándose y llegando a la puerta - ¿quieres que la llame? - negué con la cabeza y salió.

Me dejé caer en la cama y solté un enorme suspiro. Analicemos un momento. Andrés tiene algo que me arada, pero ¿no es sólo eso, cierto? me gusta y lo acepto la pregúnta es ¿por qué? ¿Qué puede tener, que me agrade tanto? Quizá fué una muy impresión que me dejó después de bailar.

Mírenme, que idiota, pensando en un hombre. Un hombre guapo, fuerte y con unos movimientos para morirse. Tomé una almohada, me la puse en la cara y grité con la mayor fuerza que pude. Dentro de unas horas bailaría con el hombre que me estaba atormentando, y el que me cae bien.

Sábado por la tarde, eran las cuatro para ser exactos, estaba lista, esperaba a Jerry, me había llamado una hora antes para confirmarme que me recogería. Me alisté lo mejor que pude. Encontré unos pantalones sueltos en el armario de Sofia, unos que nunca se pone, de color negro, y una blusa azul oscura de tiras, unas sandalias de color negro y me solté el cabello.

El timbre sonó, cinco minutos antes de lo esperado. Jerry se veía fenomenal, una camiseta blanca  sin mangas y unos pantalones muy anchos , pero pegados en su entre pierna. Recordé como lo detallaba el primer día en la academía y me ruboricé.

- ¿Cómo me veo? - preguntó sin ánimos - 

- Bien, nada mal - dije con una mueca de satisfacción - ¿y yo?

- Muy bien  - dijo acercándose un poco - ¿perfume? Nada mal.

- ¿Nos vamos? - miré el reloj aún faltaban quince minutos - no quiero legar tarde.

Tomó mi mano y me mostró su auto, un muy bello mercedes bens rojo. Era genial, me quedé embobada viéndolo, el chasqueó sus dedos delante mi rostro y desperte´del hechizo. Subí a la parte del copiloto. El camino se me hacía eterno, él puso la estación de radio, sonaba una canción que me llamó la atención, paradise de coldplay. No dijimos nada en todo el camino. En mi estómago se concentraba un nudo el cuál se hacía más grande con cada kilómetro. 

Al llegar pude ver al joven de ojos azules. Salimos del auto y, como una pequeña y avergonzada, me puse detrás de Jerry el cuál me miraba confuso. Con un movimiento, el cual todavía no calculo, me agarró de la cintura y le sonrió a Andrés. Andrés, con otro movimiento confuso, me soltó de su agarre y me abrazó con fuerza, me dió un beso en la mejilla y luego, por fín me soltó. Acto seguido me ruboricé demasiado, y mi corazón comenzó a latir muy fuerte, en serio me gustaba.

- Andrés - dijo después de soltarme, mientras le tendía la mano a Jerry - compañero de baile.

- Jerry - dijo tomándole la mano con fuerza - convenientemente, compañero de baile, también. 

Pude sentir una terrible tensión entre los tres, la cuál no se rompía por nada del mundo.

- ¿Entramos? - dije volviendo a mi tono de color natural, con una tímida sonrisa hacia los dos, su mirada estaba endurecida, puedo decir que hasta miedo sentí. Se soltaron la mano y entraron, uno a cada lado mío. 

Cada pareja se veía fenomenal, entre ambos combinaban, cosa que no sucedía con Andrés y yo. Nosotros éramos los penúltimos en bailar, y eso nos dió tiempo de practicar algunos pasos difíciles. Cada pareja bailaba con perfectos movimientos, lo cuál pe puso un poco más nerviosa. 

Al fín nuestro turno. Llegamos hasta el centro de la pista cogidos de la mano, busqué con mio ojos a Jerry, necesitaba su apoyo en estos momentos. Al fín lo encontré, nos miraba con cierta expectación. La canció comenzó a sonar, y como la primera vez, dejé fluir mis movimientos, como si nada. Andrés me llevaba muy bien el paso, éramos como dos notas en una perfecta melodía, continuamos y continuamos. En serio disfrutaba bailar, en especial con él. La canción se terminaba, todo me pareció muy rápido. La canción terminó, quedamos frente a frente, Andrés comenzó a acercarse lentamente y, como si nadie nos estuviera observando, me besó con lentitúd. 

Nos retiramos rápidamente al oír las exclamciones después del "suceso". Me metí al baño. Mi rostro estaba pálido y estab muy fría. cerré mi ojos y me dejé caer por la ´parde, hasta llegar al piso, y como si nada hubiera pasado salí.

Zapatillas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora