Capítulo 26.2

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Escuché unos pasos rápidos fuera del baño, pero no le presté mucha tención. Miré debajo de la puerta y vi unos zapatos rosas. Nadie que yo conociera, traté de limpiar mi rimel corrido con un papel higiénico que había allí. Los pasos se fueron con la misma velocidad y volví a quedar sola.

Chris había estado pendiente de cada movimiento de Andrés y Alicia. Me irritaba saber que ella, precisamente, fuera con quien él me había puesto los cuernos, eso me dolía. Como de costumbre  unos chicos en un grupo comenzar a jugar al juego de verdad o reto.

Chris me metió junto con él a jugar. Berne, que también había asistido, pero acababa de llegar, fué quien inicio el juego. Grió la botella y cayó sobre Ximena.

- Verdad o reto, linda - dijo coqueto.

- Verdad - dijo con una amplia sonrisa.

- ¿Quién es el más guapo de la fiesta? - pregunto, y me sentí asqueada.

- Por puesto que tu no - el alzó una ceja haciéndose el ofenido - obviamente Andrés - y besó su mejilla.

Y así fue pasando el tiempo y las personas se fueron turnando, hasta que una chica giró y le tocó a Chris.

- ¿Verdad o reto? - dijo la oxigenada.

- Reto - ella sonrió con malicia, pero miró de manera extraña a Andrés. ¿Qué se traían?

- Acuestate con migo - todos enmudecieron y él sonrió. Pasó su mano por mi cintura, lo que me extrañó.

- Lo siento linda, estoy ocupado esta noche - me ruboricéde manera violenta. 

- Perderás entonces - dijo enojada.

- Perdí - dijo en voz alta y salió del círculo, para hacerse detrás mío. Sonreí mientras veía la mueca de frustación de Andrés posarse en mi ojos. Desvié la mirada y ví la sonrisa burlona de Ximena.

El turno de Andrés había llegado, giró y giró para caer justamente hasta mí. Maldita suerte.

- ¿Verdad o reto? - Por detrás escuché la voz de Chris susurrarme verdad. Así que le hice caso.

- Ve-verdad - dije nerviosa.

- ¿Es cierto que eres virgen? - mierda, siempre lo mismo. Chris me abrazó con ambos brazos y respondió:

- ¿Qué te hace pensar eso? - mierda. 

- Es con ella, idiota - respondió con veneno en sus palabras.

- No - dije, mientras sentí como el calor invadía mi cuerpo - no lo soy.

Andrés empuñó sus manos con fuerza, lo había provocado, de la peor manera. El turno de Ximena llegó y cayó en mí de nuevo.

- Verdad - dije adelantandome. Ella meditó un momento sus palabras y curvó una sonrisa.

- ¿Te has acostado con él? - señaló a Chris, ¿porqué hacía eso? Se supone que me ayudaría. Andrés la miró sorprendido ante su pregunta. Ahora entiendo.

- Si - ellos comenzaron a hechar chispas de nuevo - oh, por supuesto que sí  – esa frase se me había salido. Bien hecho dijo él.

Andrés se lavantó y caminó hasta quedar a mi lado, tomó a Chris y lo levantó de un solo tirón. Este se lo quitó de encima, pero sin darse cuenta le propició un fuerte puñetao en la naris. Todos se sorprendieron y se fueron a las esquinas de la disco. Ellos eran ahora la actracción.

- No, esperen - dije en voz baja pero no me escucharon.

Ximena me tomó del brazo y me haló lejos de ellos. Me miró con cara dolida.

- No sabes como terminará esto - una lágrima se resbaló de sus ojos - por una pelea de estas fue que David se murió.

Ví como uno de ellos sacó un cuchillo, y se fueron formando grupos alrededor de cada uno. No, mierda, esto no puede ser mi culpa.

- No debí haberte traído aquí - dijo ella, me sentí culpable. Todo era mi culpa.

Me fuí directo hasta el DJ y noté que se había ido. Tomé el micrófono.

- Andrés, ya para - él no se inmutó - Christian, no hagas esto.

- ¿Siempre va a ser lo mismo, primito? - me helé. Ellos eran familia, se mataban entre familia - me vas a robar cada chca, por que no eres capaz de conseguirte una propia.

- David comenzó con Alexa - dijo sacando el su arma igual - y ambos están juntos ahora - ¿con que clase de personas me estaba yo metiendo?

- Yo no soy David, y lo sabes - se fueron acercando y alzando sus cuchillos.

- No, eres peor - dicho esto, todos se fueron sobre todos. La mayoría de la gente se fue de allí. Uno de ellos me tomó por sopresa y trató de detenerme. Solo logró dañar mi vestimenta, la cortó, para ser mas específica.

Corrí hasta llegar a lo que supuse era una salida trasera. Supuse mal. Llegué hasta un par de baños y me encerré en uno.

Sola, asustada y encerrada, tratando de ignorar todo lo que pasaba alrededor. Las sirenas omenzaron a sonar. La policía había llegado. Uno de ellos entró y al verme su expresón se volvió más lastimera.

Me sacó de allí, al salir de mi escondite me dí cuenta que ya había comenzado a aclararse el cielo, me dí cuenta de habían muertos y mucha sangre derramada en la pista. Que fueron muchos los heridos y esposados que se encontraban y más importante aún, que no ví por ningún lado a los causantes de todo esto.

La batalla entre ellos ya estaba hecha y dictada desde antes de yo entrometerme, lo único que yo hice fue ayudar a estallar la bomba con mayor rapidés. 

Estaba sentada en la comisaría. Pregunté por ellos pero nadie me daba una respuesta. Estaba sola, a mi lado se encontraba Ximena, ella había terminado en ese lugar antes que yo.

Estabamos allí, el policía no se había dirigido a mí, hasta ese momento.

- ¿Por qué se encontraba usted ahí, señorita..? 

- Cristina, fui invitada la fiesta, es todo - mentí.

- ¿Sabe que es un lugar clandestino? - negué.

- No lo sabía - mentí de nuevo.

- ¿Conoce usted a los señores Andrés y Christian Jimenez? - dudé un momento.

- Si - sentí como los nervios me atrapaban.

- ¿De donde? - preguntó serio, sin despegar sus ojos de mí.

- Son conocidos.

Y así las preguntas fueron cesando, me habían retenido un momento muy largo, pero al final Sofía llegó para sacarme de allí. No dije ni una sola palabra en el camino. Apenas llegamos ella me abrazó demasiado fuerta. Las lágrimas se salieron sin permiso, sentí su bastante pronunciada bariga sobre mi abdomen. 

- Lo siento mucho, no quería - mis lagrimas, no me dejaron terminar.

Zapatillas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora