Entré a mi habitación y caminé hasta mi cama, en la cual me derrumbé, no dejaba mirar como una zombie hacia el techo. Cerré mis ojos y ví de nuevo la escena, pero ya no como la actríz, si no un espectador, al otro lado de la pantalla, con enormes gafas 3D.
Pude ver cómo todo se me salía de las manos, dos chicos, dos besos, dos sentimientos diferentes, a decir verdad no estaba segura de qué pensaba Andrés de mi, pero Jerry, él casi como un libro abierto, casi.
Saqué de mi bolsillo el celular, lo tenía en silencio, tenía dos llamadas perdidas de Sofia, un mensaje de Dylan y un correo de voz de Jerry. Obviamente escuché primer el mensaje:
"Hola, lamento lo de hace un rato, no fué mi intención, lo juro... ¿Irás mañana?... ¿Puedo recogerte en la tarde? Por favor respóndeme, adiós" Fín del mensaje. Miré el mensaje de Dylan: **Hola, oye, esta noche saldremos a comer, ponte algo bonito, :P. PD: Avísale a Sergio**. Por último llamé a Sofia mientras bajaba por las escaleras. Sergio entraba por la puerta trasera del patio. Me calló en buzón.
- Hola Sofi - dije pasando de largo, sin saludar a Sergio - Soy Cris, llámame, si puedes. Adiós - colgué y Sergió me plantó un sonoro beso en la mejilla - hola, ¿qué haces? - dije al ver la sartén tapada y fritando.
- Compré unas hamburguesas - destapó la sarén y el olor hizo que mi estómago soltara un rugido horrible, ahora que lo recordaba, sólo había comido un sandwish en casa de... Jerry. Recordé lo ocurrido y mi mirada comenzó a divagar por toda la cocina, hasta terminar en los ojos de mi amigo, el cuál me sentó en una silla y habló por fín.
- Suéltalo todo - él se había sentado frente a mí, y puso ésa mirada comprensiva, ésa que me hacía tenerle un terrible confianza - vamos, no tengo todo el día - dijo al no darle respuesta.
- Y-yo.. él.. es que - su cara expresó un enorme interrogante - lo besé... nos besamos.
- Si, ya me habías contado lo que pasó entre Andrés y tú - dijo despreocupado.
- ¡No! - me sentí desesperada, al analizarlo bien - ¡Jerry!
- Y también sé que Jerry lo sabe - otra vez no comprendía.
-¡Maldición! - grité y el se laejó un poco ante mi reacción, me levanté de mi silla, paseé un rato por la sala, con té hasta diez y me volví a sentar - ¡Lo besé! ¡Besé a Jerry! - él no dijo nada y yo seguí - hoy la pasamos genial, hablamos, charlamos, nos divertimos, casí nos besamos en su auto y luego, lo besé yo.
-No creí que fueras a tomar la iniciativa - lo miré sarcástica y el cerró su boca de nuevo.
- Fué un accidente, pero lo disfuté, incluso me ilusioné un poco - peró recordé el mensaje - y luego me dejó un mensaje disculpándose por el beso - Sergio soltó una sonora carcajada y lo fulminé con la mirada, se puso serio de nuevo.-
- ¡Oh vamos, es un idiota! - ahora la que no entendía éra yo - mira, sé como compiten silenciosamente por tí ese par de bailarines. El beso que se dieron Andrés y tú fué por Andrés - no entendía su punto, y sontinuó - ese beso, aunque fuese un accidente, se lo diste tú. En serio que es imbécil.
- Sergio, no me estás ayudando - dije poniéndo agonía en mi voz.
- Y en qúe se supone que necesitas mi ayuda - dijo en tono burlón.
- ¿Qué debo hacer con esto que siento por "ellos"? - él me miró y soltó un suspiro de resignación.
- Sabes, una mujer puede llegar a tener un gran poder sobre un hombre si así lo desea, puede utilizar sus armas - ¿de qué demonios se supone que está hablando ahora? - si te gusta alguno de ellos, convéncete de quién, y si sabes quién es, y tú le gustas, en este caso ambos, sólo ayúdalo a darse cuenta, si sabes a lo que me refiero - y al fín comprendí, lo tenía todo claro ahora. Me levanté y lo abracé, le susurré un gracias y lo solté.
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Zapatillas rotas.
RomansaCristina, una joven que, obligada por su madre al preocuparse por su extremada timidez, decide meterla en una academia de baile, pues ella siempre la escuchaba hablar sobre baile. Cristina trata de no mezclar su vida privada con su vida en el baile...