Como se podrán dar cuenta, no soy una de las que deja mensajes al inicio del capítulo, siento que no tengo nada interesante que decir, solo que disfruten la historia. Me alegra saber que hay bastante gente (a mí me parece bastante :D) que le gusta la historia. Saludos a todos y que pasen una semana genial...
°*°*°*
Miré con lágrimas asomándose a la persona frente a mí, corrí en su dirección y le di un enorme abrazo el cual no dudó en responder, cuando nos soltamos sentí que me volvia un pequeño aliento de vida, como si la tóxica soledad me empezara a abandonar poco a poco pero con gran agilidad.
- Hola - podía decirse que la emoción se desbordaba en mi voz tan solo con pronunciar esa sencilla palara.
- Hola - articuló con igual emoción.
Verla fue lo mejor que habia pasado en el transcurso de este tiempo, me sentía sola, y luego solo llegó, con esa bonita sonrisa, y esa vitalidad que no le había visto antes.
- ¿Cómo está la pequeña...? - pregunté sin saber el nombre de la bebe-feto. Ximena se veía hermosa con su ropa nueva, no había rastro de la callejera que yo había conocido en un principio, sin ofenderla. Llevaba un hermoso vestido de color beige y un abrigo blanco, bajo su vestido podía ver el bultito que la hacía ver tan adorable.
- Elizabeth - dijo con una sonrisa - lo hemos decidido juntos - se sonrrojó, lo que me hizo chillar de la emoción. Juntos. Sonaba tan bonito.
- Eso es genial - suspié y nos sentamos al borde de la cama - deberías darle una oportunidad al pobre.
- De hecho... - un tercero carraspeó detrás de nosotras, al voltearme ví al susodicho dirigiendose hacia nosotras. Al pasar por la habitación vi como se besaban, ella sonrió. Jerry se veía vivo, de nuevo. Se veía realmente guapo con su camiset blanca, sus pantalones de mezclilla y su chaqueta negra azabache.
- Hola, Chris - sonrió mostrando unos pequeños hoyuelos los cuales no me había fijado en detallar antes, se los veía radiantes juntos, lo cual me emocionó. Supuse que todos esos estúpidos probleas habían sido dejados a un lado. Esto era un nuevo y muy bonito comienzo para todos.
- Hey - hacía frío, la ventana estaba abierta y el invierno se acercaba con rapidéz, o sería por que nunca había visto nieve en mi vida y me estaba emocionando. Esto era algo... Grande.
- Estaré en frente - dijo saliendo y dejandonos solas, le dedique una mirada con los ojos super abiertosa mi querida amiga.
- Lo hemos cuadrado todo - dejó escapar un sonrisa pícara - tenemos la cuna, la ropa, los juguetes, pañales y todas esas cosas de bebé - sonreí.
- Tienes más detalles que contarme aparte de los pañales, pequeña traidora - espeté, para luego soltar en una carcajada las dos.
- Me dejó mudarme con él - sus mejillas tomaron color - su hermana... Es solo... Yo intuyo que no le caigo bien, es algo manipuladora con él, aunque no la culpo. Es decir un día él llegó con una chica preñada diciendo que el bebé era suyo, y en fin... - soltó un suspiro y sonrio - Me ha pedido "formalizarnos" - dijo esto último entre comillas - pero le he dicho que no quiero arruinarle la vida así, aunque lo estoy pensando seriamente, no este año, tampoco el siguiente, pero sí en un futuro - inconscientemente pensé en mi otra embarazada amiga.
- Esto es hermoso - solté, y tape mi boca a modo de disculpa - lo siento.
- No, no. Es cierto - sobó su barriga - es lo mejor que me pudo haber pasado. Maldita sea, creo que me estoy enamorando - dicho esto hundió su cara entre sus manos dejando escapar risitas, para ponerse color carmesí de manera volenta - su madre me ha ofrecido un empleo en unos de sus negocios. Es perfecto - su cabeza se volvió a asomar.
- Estoy tan feliz por ti - la abracé, pero entonces unos ojos azules se parecieron en mi cabeza - él está aquí - solté de repente. Nos soltamos y me miró extrañada.
- ¿Qué... Quién está...? - amplió sus ojos y pude ver su pupila un poco dilatada, al igual que las pequeñas motas color verde en su iris - No, no puede ser. No me escuchó.
- ¿Es-escucharte? - tartamudeé.
- Me dijo que vendría, que te buscaría - bajo su tono de voz, casi como arrepentida - lo lamento, no debí dejarlo.
- No es tu culpa - la calme - él es así. Lo sé, lo sabes, todos lo saben. Pero nuestro encuentro no terminó de una manera positiva, para nada. Es más, fue todo lo contrario.
- Y estoy segura de que Christian lo ha estado buscando - bajó su mirada, quitó una pelusa de su abrigo - les rogué a los que sabían donde se encontraba que no dijeran nada. Ellos entendieron, supongo.
- No le daré la oportunidad de humillarme de nuevo si me encuentra - acomodé mi cabello despues de que una brisa suave y fría lo despeinó - aunque trataré de no encontrarmelo de nuevo.
- Será difícil, sabes como es.
- Lo sé, pero no me interesa.
- Esa es mi chica - sonreimos con malicia.
Ximena se fué despues de un rato, Madeline no estaba así que no tuve el gusto de presentarsela. Me sentía mejor. Ella se hospedaba con Jerry en un hotel por unos días. Habían viajado por algo de su padre -el de Jerry- y volvería pronto. Le conté lo de mi vsita al hospital y se alarmó, pero la tranquilicé diciéndole que no había sido nada grave.
Le conté sobre Madeline y sus padres, sobre Stephan y el concurso. Ella me detalló la visitas al ginecolo: "Es horrible, los hospitales me asustan y encima de todo me colocan esa pegajosa gel azul helada". Había dicho con cara de horror. Ambas reímos y hablamos de todo. Sentí otra vez esa nostalgia cuando ella se fué.
Heme aquí sola, aburrida y con sueño -de nuevo- en mi cuarto. Había mucho que me esperaba por delante.
ESTÁS LEYENDO
Zapatillas rotas.
RomansaCristina, una joven que, obligada por su madre al preocuparse por su extremada timidez, decide meterla en una academia de baile, pues ella siempre la escuchaba hablar sobre baile. Cristina trata de no mezclar su vida privada con su vida en el baile...