Capítulo 15

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Subí las escaleras y entré en mi cuarto. Sergio se había hido a no sé donde y me había dejado sola en casa. Mi móvil comenzó a sonar número desconocido. Contesté quizá se habían equivocado.

- Diga.

- Hola - esa voz, familiar y masculina.

- ¿A-Andrés?

- Punto para la cabeza de cebolla - abrí mis ojos los mejor que pude, ¿cómo coño tenía mi número? - sabes, conseguir tú número es muy fácila gracias a tus amiguitos bailarines - dijo leyendo mi mente.

- ¿Qué quieres? - miré mi aspecto en el espejo, cada detalle.

- Quiero hablar con tigo, por favor abre la ventana - miré por la avertura. Y ahí estaba él, con su pose de: "mírame". Abrí la ventana y él comenzó a escalar el arbol del frente hasta quedar frente a miventana. Me corrí y pasó como si nada.

- Hola - dije a lo bajo, él me tomó de la cintura e hizo que nuestros labios quedaran separados por unos pocos milímetros, intentó besarme y lo esquivé. Su ceño se frunció un poco.

- ¿Qué sucede? - me solté de su agarre y me senté en la cama, él hizo igual.

- Dime algo, exactamente, ¿qué se supone que esto? - miré hacia el piso y él tomó mi rostro con sus manos.

- Bueno, eres mi chica - intentó besarme de nuevo y los esquivé otra vez.

- ¿Qué se supone que significa eso? - simplemente no entendía eso de "su chica".

- Que solo eres para mí - fruncí mi seño levemente, esto debe acabar.

- ¿Entonce tú eres mi chico? - soltó una carcajada.

- Los chicos no son de nadie - pero que idiota - nosotros no pertenecemos a a nadie, linda.

- Entonces - alcé mis cejas con burla - seré tu otra puta personal - su sonrisa se desvaneció - serás cabrón - me levanté y abrí la ventana, pero él la cerró.

- Seré solo tú cabrón - lo miré extrañada, no se estaba declarando, ¿o si? - mira, te dije muy claramente que no soy de esos que tienen novias, pero creo que podria hacer una excepcion por ti. Puedo intentar esto de tener una relaion seria y de solo una chica.

Tomó de nuevo mi rostro y me beso con mucha desesperación, le correspondí casi de inmediato, en serio me gustaba este hombre y me gustaba lo que acababa de decirme. Nos separamos un mometo para tomar aire y seguimos como si nada, soltó lo que quedaba de mi peinado y me recosto conta el espaldar de la cama, abracé su espalda y el se aferró a mi cintura.

- Por cierto - dijo jadeante al separarnos - no me gusto mucho el nuevo detalle que le dejaste a Ximena.

- Que mas dá, aun así a Jerry le encanto besarla con  o sin moretón - me soltó y miro con ¿rabia? Se acomodó, abrió la ventana.

- Voy a matar a ese gilipollas - dijo antes de salir. Este había sido el punto límite, no le importo, sólo juega. Bueno, quiere jugar, juguemos.

- De cuerdo, pero... - maldición algún día me mataría por esto - no olvides esto, bebé - tomé subarbilla con mis dedos índice y corazón y con mi lengua lamí suave y lentamente sus labios - adiós - cerré la ventana y el no se movió. Tocó a mi ventana y volví a abrir. Se recostó en mi cama y yo puse medio cuerpo sobre él.

- No creo que importe tanto - tan predecible como creí. Cerré la ventana - podría pasar más tiempo con mi nueva chica - y vamos de nuevo - cuando te dije que me encatabas, lo decía en serio, primor. Cuando te digo que haré lo que sea por que estés con migo, lo haré - ¿aquello era una amenaza o una avertencia?

Zapatillas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora