Capítulo 9

2.3K 115 4
                                    

Subí las escaleras dejando solo a mi amigo y al tiempo temiendo por todo en lo que me podía estar inmiscuyendo. ¿Qué se necesitaba para volver a ser normal? pero aún así, ¿Qué se supone que es "normal"? Quede inmóvil frente a la puerta de la habitación de Sofia, ella no podía tener esos ataques, podían hacerle daño al pequeño o pequeña dentro suyo. Con un poco de valentía toqué un par de veces la puerta, esperé y esperé, pero ella no abrió. Toqué de nuevo, esta vez más fuerte, nada. Abrí la puerta de la habitación, ella estaba sentada en su cama, leyendo una revista de madres y bebés, me echó un rápido vistazo y siguió con su lectura.

- H-hola - tartemudeé - ¿puedo seguir? - ella asintió sin despegar sus ojos del papel de colores - me puedes contar que sucedió. - ella suspiró y me miró directamente a los ojos.

- Estoy segura que ya te lo habrá contado todo - yo asentí lentamente, ella sobaba su, muy poco hinchada, barriga - sé que lo que hice fué una tontería, pero había sufrido muchas desilusiones en el pasado, tu hermano fué para mí como un milagro - ella desvió su mirada - yo no le quiero enfrentar, me da miedo volver a ser como éra - su mirada entristeció - estoy feliz así, no me gusta devolverme al pasado, y mucho menos que éste mismo me persiga.

- Tal vez si lo enfrentas te sientas mejor, o simplemente perdona y pide perdón - dije casi en susurro - quizá no tengan que hablar de eso, pero pueden comenzar de nuevo, como los buenos amigo que alguna vez fueron - ella asintió y me dió abrazo, el cuál respondí con agrado.

Salí de la habitación y me metí en la mía, Sergio estaba recostado en mi cama. Me recosté a su lado imitando su posición, en un movimiento que no calculé, éste me tomó y abrazó, dejándome en sima suyo, pude sentir como se coloraban mis mejillas, él me soltó y volvimos a nuestras posiciones iniciales, por fín, él, rompió el silencio.

- No quiero que esto afecte nuestra amistad - soltó un enorme y largo suspiro, empezó a deshacerse de sus zapatos - no sé que haría si te perdiera, eres como... Como una hermana mayor, pero menor - yo le miraba expectante - yo nunca quise lastimarla, es que fué algo estúpido, aún así no lo ví venir.

Le besé su mejilla y esta vez fué  él quien no pudo evitar enrojecer. 

- Apoyo esa moción - ambos sonreímos. 

Desperté con terrible dolor de lumbar, un cuerpo al lado mío me impedía moverme, estaba descalza, no recordaba haberme dormido, o haberme quitado los zapatos y mis pulseras. Mi amigo, como siempre, cuidando de mí. No estaba acostumbrada a dormir con alguien en una cama tan pequeña, eran las ocho de la noche. Cuatro horas, nuevo récord. Me levanté esquivando el cuerpo de mi amigo. Su celular sonó, y yo lo tomé descuidadamente pensando que era el mío, los modelas y el color eran los mismos, recuerdo cuando los compramos, eran gemelos, oferta dos por uno, él los compró como regalo de nuestro primer y único mes como "pareja". 

Habían dos mensajes, supe que no éra el mío al ver de quien éran, lo metí en su bolsillo de la camisa y salí directamente hasta el baño. Estaba sudando demasiado, me apresué a bañarme y salí, al volver me encontré sola. Me vestí con un  short muy corto, una camisa suelta en puntas, pero estrecha al comienzo, unos lindos botines color marrón claro y me solté el corto cabello. 

 Oí a Dylan hablando con ¿Sergio? Bajé las escaleras de inmediato y espié por una lado de la cocina, sin que nadie me viera. Hablaban muy animadamente sobre autos. Sofia al parecer no había dicho nada. Me devolví y salí como si nada hubiese pasado.

- Hola - le dije a mi querido hermano, el me dió un beso en la mejilla y siguió en su conversación.

- No me habías dicho que tu amigo fuera tan interesante - dijo Dylan, después que Sergio  saliera al patio - y tampoco que era el ex de mi prometida - le miré con los ojos bien abiertos, el se limitó a sonreír - ¿pensabas que ella no me contaría? - hizo una pausa -  Igual no importa.

Zapatillas rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora