Subí las escaleras dejando solo a mi amigo y al tiempo temiendo por todo en lo que me podía estar inmiscuyendo. ¿Qué se necesitaba para volver a ser normal? pero aún así, ¿Qué se supone que es "normal"? Quede inmóvil frente a la puerta de la habitación de Sofia, ella no podía tener esos ataques, podían hacerle daño al pequeño o pequeña dentro suyo. Con un poco de valentía toqué un par de veces la puerta, esperé y esperé, pero ella no abrió. Toqué de nuevo, esta vez más fuerte, nada. Abrí la puerta de la habitación, ella estaba sentada en su cama, leyendo una revista de madres y bebés, me echó un rápido vistazo y siguió con su lectura.
- H-hola - tartemudeé - ¿puedo seguir? - ella asintió sin despegar sus ojos del papel de colores - me puedes contar que sucedió. - ella suspiró y me miró directamente a los ojos.
- Estoy segura que ya te lo habrá contado todo - yo asentí lentamente, ella sobaba su, muy poco hinchada, barriga - sé que lo que hice fué una tontería, pero había sufrido muchas desilusiones en el pasado, tu hermano fué para mí como un milagro - ella desvió su mirada - yo no le quiero enfrentar, me da miedo volver a ser como éra - su mirada entristeció - estoy feliz así, no me gusta devolverme al pasado, y mucho menos que éste mismo me persiga.
- Tal vez si lo enfrentas te sientas mejor, o simplemente perdona y pide perdón - dije casi en susurro - quizá no tengan que hablar de eso, pero pueden comenzar de nuevo, como los buenos amigo que alguna vez fueron - ella asintió y me dió abrazo, el cuál respondí con agrado.
Salí de la habitación y me metí en la mía, Sergio estaba recostado en mi cama. Me recosté a su lado imitando su posición, en un movimiento que no calculé, éste me tomó y abrazó, dejándome en sima suyo, pude sentir como se coloraban mis mejillas, él me soltó y volvimos a nuestras posiciones iniciales, por fín, él, rompió el silencio.
- No quiero que esto afecte nuestra amistad - soltó un enorme y largo suspiro, empezó a deshacerse de sus zapatos - no sé que haría si te perdiera, eres como... Como una hermana mayor, pero menor - yo le miraba expectante - yo nunca quise lastimarla, es que fué algo estúpido, aún así no lo ví venir.
Le besé su mejilla y esta vez fué él quien no pudo evitar enrojecer.
- Apoyo esa moción - ambos sonreímos.
Desperté con terrible dolor de lumbar, un cuerpo al lado mío me impedía moverme, estaba descalza, no recordaba haberme dormido, o haberme quitado los zapatos y mis pulseras. Mi amigo, como siempre, cuidando de mí. No estaba acostumbrada a dormir con alguien en una cama tan pequeña, eran las ocho de la noche. Cuatro horas, nuevo récord. Me levanté esquivando el cuerpo de mi amigo. Su celular sonó, y yo lo tomé descuidadamente pensando que era el mío, los modelas y el color eran los mismos, recuerdo cuando los compramos, eran gemelos, oferta dos por uno, él los compró como regalo de nuestro primer y único mes como "pareja".
Habían dos mensajes, supe que no éra el mío al ver de quien éran, lo metí en su bolsillo de la camisa y salí directamente hasta el baño. Estaba sudando demasiado, me apresué a bañarme y salí, al volver me encontré sola. Me vestí con un short muy corto, una camisa suelta en puntas, pero estrecha al comienzo, unos lindos botines color marrón claro y me solté el corto cabello.
Oí a Dylan hablando con ¿Sergio? Bajé las escaleras de inmediato y espié por una lado de la cocina, sin que nadie me viera. Hablaban muy animadamente sobre autos. Sofia al parecer no había dicho nada. Me devolví y salí como si nada hubiese pasado.
- Hola - le dije a mi querido hermano, el me dió un beso en la mejilla y siguió en su conversación.
- No me habías dicho que tu amigo fuera tan interesante - dijo Dylan, después que Sergio saliera al patio - y tampoco que era el ex de mi prometida - le miré con los ojos bien abiertos, el se limitó a sonreír - ¿pensabas que ella no me contaría? - hizo una pausa - Igual no importa.
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Zapatillas rotas.
RomanceCristina, una joven que, obligada por su madre al preocuparse por su extremada timidez, decide meterla en una academia de baile, pues ella siempre la escuchaba hablar sobre baile. Cristina trata de no mezclar su vida privada con su vida en el baile...