17. Descontrol

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Luego de calmar mis hormonas un poco, decido salir del baño. Aún estoy semi desnuda –solo llevo puestas mis bragas- así que cubro mis pechos con mi brazo.

—¿Adam? —pregunto mientras camino hacia mi habitación. Él no responde y no puedo evitar sonreír nerviosa. Mierda... espero que no esté molesto conmigo.

Cuando llego a la puerta de mi cuarto –que está entreabierta- y veo que Adam no está en la cama; de inmediato me asusto.

¿Se fue?

Miro más detenidamente y veo que su ropa aún está tirada en el piso... Entonces, ¿Dónde está este chico?

Entro con más seguridad hasta que siento que alguien se acerca por mi espalda y me rodea con sus fuertes brazos por la cintura. Mi corazón late rápido y chillo cuando sus dedos me hacen cosquillas.

—¿Pensabas dejarme con las ganas, pequeña? –dice divertido mientras besa mi cuello.

—¡Ya! ¡Para! —chillo y río como idiota. Adam me besa intensamente el cuello y luego me voltea para que lo mire.

-Kendall... no tienes que estar celosa de ninguna chica... Te quiero a ti, -besa la punta de mi nariz. -Solo a ti... –muerde mi labio inferior y solo puedo gemir de dolor y placer. Me rindo. Soy suya por esta noche.

Él me recuesta suavemente sobre la cama y se pone a horcajadas sobre mi cuerpo sin aplastarme. Sus manos pasan suave por mi piel y sus labios se detienen cuando llegan a mi boca. Soy bastante consciente de que estoy en el paraíso que cualquier mujer desearía estar.

—Odio que me hagas esto –dice en un susurro mientras continua con sus besos.

—¿Hacer qué? –pregunto divertida.

—Haces que te desee tanto... Cada vez que te veo todo lo demás deja de importar –acaricia mi cabello y me mira tiernamente. —Cada vez que te veo necesito tener tu cuerpo.

—Solo nos hemos visto como tres veces –me río y él también lo hace como un niño pequeño. Me encanta.

—Bueno, solo en una ocasión no te he tenido gimiendo por mí –me guiña un ojo y vuelve a besarme. —Pero me hubiera encantado hacerlo en el pub... con todos mirándonos... —sonríe en mis labios.

Sus manos que hasta ahora estaban en mi cintura, bajan lentamente hasta mis caderas y luego pasan al borde de mis bragas.

—Déjame tenerte una vez más... por favor, preciosa...

—Mmm... no lo sé —me hago la difícil pero ni yo me creo.

-De todas formas no iba a esperar que me dieras permiso -vuelve a besarme.

Cuando Adam está apunto de deshacerse de mi última prenda, escuchamos que alguien llama a mi puerta... ¿EN SERIO?

-Mierda –dice él y se recuesta a mi lado con la respiración agitada. -Más vale que sea importante...

—Debe ser Hanna –me siento en la cama. –Debe haber olvidado sus llaves.

Me levanto a regañadientes y me pongo lo primero que encuentro en el piso, la camiseta sin mangas de Adam. Es larga para mi tamaño, así que cubre lo justo y necesario.

—Me encanta como te ves con mi ropa –dice con su sensual sonrisa mientras me mira fascinado.

-Debes llevarme a tu apartamento para poder dejar mi cepillo de dientes –le guiño un ojo y él muere de la risa.

—Cuando quieras te llevaré —me guiña un ojo.

Salgo de la habitación y debo prender la luz de la sala para no tropezar con algo, aún no me acostumbro a mi nuevo hogar.

Como la puerta no tiene el típico agujero para ver hacia afuera, tengo que abrir sin saber quién está al otro lado.

—Olvidaste tus... —me quedo en shock al ver que no es Hanna la que está parada en la puerta.

—Hola, kitten...

-¿ERICK? –abro los ojos como plato y me quedo sin respiración.

—Necesito que hablemos...

Él luce cansado y su aliento lo delata, él ha bebido alcohol. Mucho alcohol. Sus ojos se clavan de inmediato en mi única prenda... la camiseta de AC/DC de Adam.

—Tú... ¿Estás con alguien? –frunce un poco el ceño.

—¿Qué haces aquí? –respondo seria. Toda la mierda que he descubierto este día ha vuelto a atormentarme. —¿¡Cómo supiste que yo vivía aquí!?

—Luego te cuento eso –él camina hacia mi y yo retrocedo de inmediato.

—No quiero verte —digo fríamente y me refugio detrás de la puerta. –Estoy ocupada ahora –intento cerrar, pero él detiene la puerta de inmediato.

—Kendall, no te he visto desde el lunes pasado y me estoy volviendo loco... necesito que sepas algunas cosas de mi... necesito que me escuches...

—¿Quieres contarme sobre tu hija de 16 años? –digo furiosa y él abre los ojos.

—¿Qué? –me mira confundido.

—Sé todo, Erick... conocí a Anabelle esta tarde. ¿De eso querías hablar, daddy?

Él me mira boquiabierto.

—Kendall... —hace una pausa. —Y-yo... —titubea. —Anabelle es mi hija, pero si estás pensando lo que creo que estás pensando...

—¿Tu maldito fetiche tiene algo que ver con tu hija? ¿Alguna frustración? —siento que mi vientre se contrae del solo nerviosismo.

—¡¿Qué?! –dice sobresaltado. –¡Absolutamente no! –su voz es ronca ahora. —¿Puedes dejarme pasar? Necesito que me escuches... Por favor... —intenta calmarse. —Te he extrañado mucho esta semana, y veo que ahora necesitamos aclarar un montón de cosas más.

Estoy conteniendo la respiración. ¿¡Por qué me pone así!? Se ve hermoso... perfecto... pero estoy tan enojada y confundida que no sé que hacer.

Estoy a punto de abrir un poco más la puerta para dejarlo pasar y escuchar lo que tiene que decirme cuando siento a Adam llegar por mi espalda. Oh no.

—Hola Erick –dice asomándose detrás de mí. MIERDA.

—¿Adam? –Erick frunce el ceño y mira a su amigo que sonríe a mi lado. —¿Qué haces tú aquí? –lo fulmina con sus ojos ardiendo en llamas.

Esto se va a salir de control, y lo peor es que estoy en medio, semi desnuda y en shock.

—Amm... lo mismo puedo preguntar yo ¿Qué haces aquí? –dice Adam haciéndose el gracioso e irónico.

Ambos se miran como si se fueran a matar y yo estoy en medio impidiendo que ellos se acerquen el uno al otro. Ay Dios.

—No es el mejor momento para bromear como un idiota —dice Erick y empuja la puerta para entrar y caminar directo hacia Adam.

Santísima mierda. ¿Acaso no puedo estar en paz por 5 minutos? Esto me pasa por desear a dos hombres que apenas conozco.

Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora