36. Dejame presentarme

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Narra Kendall...

Miro a Adam, y está más serio que nunca. ¿Me ama? ¿Acaba de decir que se enamoró de mí? Pensé que solo yo me sentía así, aunque mi situación es más complicada... mi corazón está dividido en dos partes iguales.

Hanna todavía está parada en la puerta, bloqueando el paso de Adam hacia el departamento, y me mira como preguntando: ¿Qué hago ahora? Después de unos segundos para calmar mi mente, le lanzo una mirada a Hanna para indicarle que nos deje a solas.

Ella comprende de inmediato y se aparta, acercándose a donde estoy yo.

—Estaré en mi habitación —susurra a mi lado, y asiento. —Llámame y vendré con el bate de béisbol de mi hermano si es necesario —suelto una pequeña carcajada, y finalmente me deja a solas con Adam.

Lo miro, procesando sus palabras, y suspiro. Tal vez soy un poco dramática, pero verlo besando a su ex es... doloroso.

—¿Quieres que me vaya? —dice, más calmado, todavía apoyado en el marco de la puerta.

Limpio mis lágrimas —que, por cierto, son de rabia— y camino hasta donde está él con su tonta cara de "lo siento."

Me paro frente a él, solo a unos pasos de distancia, y veo que su mirada color avellana está muy perdida. ¿Qué tengo que responder en estos momentos? ¿También te amo pero tengo miedo? Sí, eso estaría bien, pero no quiero perdonarlo tan pronto. Acabo de verlo besando a la idiota esa de... Brenda? Blonda? Ah, sí, Blanda.

—¿Dirás algo? —me saca de mis pensamientos.

—Tú eres el que tiene que hablar, yo escucharé —digo cortante, y él sonríe mostrando su perfecta dentadura.

Idiota, ¿acaso no sabe que esa sonrisa me derrite?

—¿Me dejarás entrar? —ladea su cabeza. No contesto nada y me muevo a un lado, dándole a entender que sí puede pasar.

Cuando lo hace, cierra suavemente la puerta y se voltea a verme una vez más.

Le doy la espalda y camino hasta los sofás de la sala. Me siento sin mirar a Adam y reposo mi cabeza en mis manos. Acaricio mis sienes y trato de relajarme un poco; tampoco voy a hacer un escándalo por esto. Bueno, uno más grande del que ya he hecho.

Veo de reojo que él se acerca hasta mi lado y se sienta frente a mí.

—La chica que me besó...

—¿Te besó? —digo divertida. —No puedes ser tan descarado, Adam —sonrío irónicamente y él suelta un suspiro.

—Bien, la chica con la que me estaba besando y que no detuve a tiempo porque soy un idiota, —remarca sus palabras— hace un rato, es mi exnovia Blanda.

—Eso ya lo sé —digo mirando mis manos.

—¿Me vas a dejar hablar o harás interrupciones sarcásticas a cada momento? —dice un poco irritado.

—Tómalo o déjalo —sonrío falsamente.

—Ok. Ella... —toma aire. —Fue mi "primera relación seria" —hace las comillas con sus dedos y no puedo evitar alzar una ceja.

—¿Tú? ¿En una relación seria? Creí que no eras compatible según lo poco y nada que te conozco —me acomodo un poco en el sofá.

—Bueno, —rueda los ojos. —No sé qué tan seria fue, pero sí estuve mucho tiempo con ella.

—¿Cuánto tiempo? —estoy expectante.

—Casi un año —me mira serio. Muerdo mi labio para evitar reír. ¿Un año es mucho para él? Tengo amigas que llevan 6 o 8 años en una relación. Eso es serio y duradero, no esto.

—Bien —me limito a decir. —¿Qué más quieres contarme sobre tu ex? —él se estira hacia atrás y vuelve a suspirar.

—Es una muy larga historia —se queja.

—Tengo tiempo y ganas de conocer esa tan larga historia —me cruzo de brazos y él sonríe. —¿Tengo algo en la cara o qué?

—No —niega con la cabeza y esconde su sonrisa.

—¿Entonces? —digo volviendo a sentirme enfadada.

—Nada, es solo que te ves hermosa enojada y con ganas de apretar mi cuello —esconde su sonrisa con una de sus manos y ruedo los ojos. —Bueno, todo empieza cuando llegué a Nueva York.

—Vaya, al fin sabré un poco de ti —sonrío forzadamente.

—Sabes todo de mí.

—No te conozco, Adam... con suerte sé tu apellido, dónde vives ahora y lo que haces para ganar dinero. No conozco tu pasado, no conozco a tu familia, tus verdaderos gustos, tus sueños... —me doy cuenta de mis propias palabras y algo en mí se enciende. ¿Cómo puedo estar enamorada de un chico que apenas conozco y con el que solo he tenido sexo?

Quizás estoy enamorada de la idea de él.

—¿Te preguntas cómo puedes estar enamorada de alguien a quien apenas conoces? —sus palabras me toman por sorpresa, como si él pudiera leer mi maldita mente. —Yo te amo a ciegas también, Kendall... amo lo poco y nada que sé de ti, amo tus ojos cuando me miran con ternura, o con deseo en la cama... o en la arena —dice divertido y me hace sonreír al fin. —Te amo, preciosa. Y jamás había estado tan seguro de algo. Lo de recién fue solo un malentendido y reaccionar tardío. Blanda volvió a la ciudad pensando que puede tenerme otra vez... ¡Pero no! —toma mis manos. —Ella es solo una ex a la que nunca quise... era un chico inmaduro, pero ya no más.... Yo ya no quiero a nadie más... —acaricia mi mejilla. —No desde que te conocí... voy a sonar cursi, lo advierto, pero mi corazón es solo tuyo ahora Kendall. Puedes aceptarlo o botarlo y hacerlo trizas si quieres, pero yo te lo estoy entregando a ti. Estoy dispuesto a compartir el tuyo con Erick, porque de cierta forma los quiero a los dos. Claro que no de la misma forma —hace una mueca y ambos reímos. —Solo... quiero quedarme a tu lado por el tiempo que esté destinado.

MIERDA.

Estoy congelada mirando cara a cara a este precioso y perfecto extraño. A este hermoso y perfecto extraño que creo amar con toda seguridad. Siempre creí que el amor a ciegas o el amor a primera vista eran patrañas de los libros o las películas románticas, pero ahora que lo estoy viviendo en carne propia, sé que no serán patrañas nunca más. Amo a Adam, con sus estúpidos defectos y con su estúpida forma de ser... lo amo. Lo amo a él y amo a Erick... ellos son mis complementos perfectos.

—Si quieres empezar de nuevo esta extraña relación y quieres conocerme al cien por ciento, estaría encantado de hacerlo —Adam suelta mis manos y se pone de pie. —Soy Adam Jonas... ¿Y tú? —me mira sonriente y me vuelvo a sentir en las nubes.

—Kendall Steele —digo suave.

—Eres hermosa, Kendall... —sonríe. —¿Te gustaría salir conmigo? —se agacha y apoya una de sus rodillas en el piso. Es como si fuera a pedirme matrimonio. Río pensando en eso.

—¿Quieres darme la oportunidad de presentarme? Quiero que me conozcas mejor... quiero que me ames por lo que en verdad soy. El ex chico granjero de gafas gruesas que ahora vive su sueño en la gran manzana.

Lo miro confundida, pero no puedo evitar sonreír. ¿Adam granjero y con gafas? Eso es demasiado tierno de imaginar.

—Okey, Adam Jonas —me levanto y lo ayudo a incorporarse también. —Estoy dispuesta a conocerte mejor.

—Gracias —se acerca y me da un pequeño beso en la mejilla. Me quedo mirándolo expectante... en el fondo quería un beso en los labios... extraño los suyos.

—Iremos con calma esta vez —vuelve a leer mis pensamientos y no me queda más que abrazarlo fuerte y hundirme en su exquisito aroma.

Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora