Our Little Secret [OC / Joe Jonas / Matt Bomer]

24. Londres

Me volteo para mirar a Adam de frente y no soy capaz de decir nada. Sus ojos me observan atentos en la penumbra de la habitación, pero su mirada es tan sincera que de verdad siento que puedo ver su alma. Sin embargo, y después de su confesión, el ambiente se siente algo tenso.

Obviamente no le diré que estoy enamorada de ellos dos desde que los vi porque pensaría que soy una niña inmadura, pero no gano nada con mentirme a mi misma. Yo también creo sentirme así, y por más que luche contra la corriente no puedo dejar de pensarlo y sentirlo. Ni yo creía en el supuesto amor a primera vista hasta que me pasó.

—Ya te espanté, verdad? —dice sonriendo de lado, haciendo una mueca como si realmente estuviera arrepentido de haber dicho tal cosa.

—No, no —digo de inmediato, tranquilizándolo. —Solo estoy procesando todo esto. Es que, apenas nos conocemos hace dos semanas y...

—Lo sé —interrumpe, rascando su cabeza—. Suena loco, verdad? Pero no puedo evitar sentir lo que siento. Y es que cuando te veo... demonios, no me había sentido así hace mucho tiempo —muerde su labio realmente afligido.

Mi corazón da un vuelco y siento una mezcla de sorpresa y confusión. Adam parecía ser el más reacio a involucrar sentimientos, y ahora lo tengo aquí diciéndome todo esto. Miro a Erick, quien sigue durmiendo plácidamente a mis espaldas, ajeno a nuestra conversación.

—Tranquilo... sé como se siente —me limito a decir y creo que él comprende que el sentimiento es reciproco porque sonríe cálidamente.

—Hoy cuando estuve con Gigi, en lo único que podía pensar era en ti. Salí con ella para intentar olvidarte... tal como te lo dije en esos jodidos mensajes de texto más temprano, pero no funcionó.

—¿Viste la foto que ella subió en su Instagram? —lo miro divertida y él sonríe otra vez.

—La de "Adam, eres asombroso"? —levanta una ceja.

—Si. Esa.

—Solo me pidió posar para una foto y yo acepté.

—¿Y la camiseta con la palabra "Daddy"? —enarco una ceja.

—Espera... —me mira confundido. —¿Cómo viste el instagram de Gigi? ¿Eres de esas chicas que stalkean en las redes sociales? —me mira divertido y yo ruedo los ojos.

—No bobo, ella comenzó a seguirme esta tarde. Debe haber visto tu celular o algo, al menos esa es mi teoría.

—Mmm... Ahora que lo recuerdo, estuvo con mi iphone un rato... las mujeres si que dan miedo —me mira asustado.

—Sobre todo las rubias, cariño, esas si que son de temer —bromeo con él tal como bromeo con Hanna y con su color de cabello.

—Bueno, por eso ahora las prefiero morenas —me besa y lo detengo.

—Oye... Aún no has respondido mi pregunta, —lo miro expectante. —¿Esa camiseta fue para sugerir algo o que? ¿Daddy? —digo irónica.

—Solo fue una tonta coincidencia —sonríe inocente. —Esa camiseta tiene una larga historia —acomoda sus brazos detrás de su cabeza.

—Tengo tiempo —digo seria y él vuelve a sonreír.

—Bien... —hace una pausa. —Esa camiseta era un regalo para Erick. Fue para su cumpleaños numero dieciocho, yo tenía trece —me mira pensativo. —Se la iba a regalar para bromear con su fetiche, que por cierto recién me había confesado.

Mmmm... con que el fetiche es desde antes de ser papá. Hoy ni siquiera alcanzó a contarme más porque terminamos en la cama, pero esto me tranquiliza un poco más.